Revista Cultura y Ocio
"Empieza, siempre, en las sienes, una palpitación casi imperceptible al principio, y en el momento preciso en que la reconoce, ese latido empieza a crecer hasta que siente que la cabeza le va a estallar y la vista se le nubla y la distancia entre él y los objetos que lo rodean vacila y el brazo que extiende hacia el teléfono tarda en llegar y el número del servicio médico de urgencia no aparece en la lista que sin embargo sabe que ha incorporado a la memoria del teléfono. Pero no es solo la cabeza. "
La mente es de asociaciones curiosas y, a mi, la foto de la cubierta de este libro, me recordó a Dylan Thomas. Y lo compré incluso sabiendo que no iba a encontrarlo en el libro. Pero daba igual, ya se me había metido en la cabeza y lo quería leer. Hoy traigo a mi estantería virtual, Dark.
Conocemos a Víctor, un escritor de cierta edad, echando la vista atrás para recordar sus años de adolescencia en Buenos Aires. Una época en la que, ya sabiendo que quería dedicarse a escribir, se sintió atraído por esos lugares oscuros que tienen las ciudades: los clubes, los fumaderos de opio... Es la época en la que conoció a Andrés, un hombre ya adulto que se encargó de mostrarle ese otro lado de la ciudad.
Quizás en este caso lo más adecuado sea comenzar diciendo lo que no es esta novela. Dark no son las memorias de Cozarinsky, aunque él tenga más de setenta años y sea escritor y viviera en Buenos Aires en la época representada en la historia, su historia es una novela, no unas memorias. Tampoco estamos ante una de esas novelas Bildungsroman al uso, no es una novela de formación ni tampoco una de esas historias en las que se pierde esa inocencia de la que parecen revestir a todos los niños y adolescentes en este subgénero. Dark habla de esa curiosidad por lo prohibido propia de la edad, de un joven de buena clase social al que determinados ambientes le son ocultados, cuando no vedados, y que se siente tentado a descubrirlos. Eso es lo que hace Víctor, y en su coqueteo con los bajos fondo y peores tugurios, se encuentra con Andrés. Y en poco más de cien páginas veremos hasta dónde logra satisfacer su curiosidad, y también la relación entre ambos.
Pudiera el autor haber cargado tintas en la relación más o menos ambigua de los dos protagonistas, o quizás habernos enseñado cómo uno se aprovecha del otro. Sin embargo, nada es totalmente limpio en esta novela, y ninguno de ellos será totalmente sincero. Andrés, el adulto que mira al joven, que le enseña los lugares, las putas y los charcos de la ciudad, parece sentirse atraído por Víctor. Lo parece, lo intuimos, pero tampoco es este ese tipo de novela. Víctor es el joven con ganas de vivir, de transgredir lo cotidiano de su vida, y lo reviste de necesidad vital de experiencias para su futura profesión, aunque... desde las primeras páginas sabemos que es una curiosidad natural, latente en esos años de experimentación, y que poco hubiera importado la vocación que sintiera en ese momento. Y asistimos al juego literario de una relación simbiótica entre ambos, sin tener muy claro quién se aprovecha de quién o si ninguno lo hace realmente. Porque posiblemente, en la búsqueda de lo oscuro de la ciudad, se refleja en parte esa oscuridad interior que llevamos en algunos de nuestros deseos.
La novela, cortita, escrita con sumo cuidado para alcanzar una cadencia mantenida a lo largo del relato, juega con esa oscuridad que marca su título y que se ve reflejada en cada esquina. La noche, el deseo, la mentira, lo prohibido... pero también está el consejo y el final. Un final redondo para una historia que tiene mucho de literario y que se lee en apenas un suspiro, aunque se prorrogue en el tiempo mediante interesantes conversaciones una vez terminado.
Mi primera incursión en la novela de Cozarinsky ha sido un éxito rotundo. Repetiré.
Últimamente parece que las novelas de desarrollo, esas que parten de la una adolescencia iniciática en la vida adulta, son cada vez más frecuentes. Y vosotros, ¿ya habéis probado con este tipo de historias?
Gracias.
PD. Me sigue pareciendo que la fotografía de la cubierta de este libro tiene algo.