Revista Ciencia

De calabazas ajenas y otras anécdotas

Por Enid
* Pronto voy a cosechar una calabaza ajena.  Al igual que las habas que sembró mi vecina, el bejuco de la calabaza corre realengo por varios patios.  Hay que velarlo y dirigirlo para que no vaya a dónde no es bienvenido.
De calabazas ajenas y otras anécdotas
La que nació en mi patio está colgando de las ramas del palo de limón y hubo que ponerle una hamaca para que no se rompa el bejuco y reviente en el suelo.
De calabazas ajenas y otras anécdotas
* Esta es la primera vez que voy a lograr cosechar tomates que no sean de las variedades pequeñas. Anteriormentemente, tuve una mata que germinó por si misma, pero el único tomate que echó se malogró.  Y otros que sembré yo, las orugas acabaron con las matas antes de que me diera cuenta.
De calabazas ajenas y otras anécdotas
En esta ocasión sembré la matita en un tiesto y la puse en un lugar dónde le dá mucho sol, tanto que a veces tengo que regar dos veces al día.   Ya pronto estarán de cosechar,  no son súper grandes, pero lo suficiente para cortarlos en ruedas.  Ahora quiero sembrar otras variedades... también en tiestos.
De calabazas ajenas y otras anécdotas
* La mata de berenjena luego de dar unas estupendas berenjenas,  de pronto se secó en cuestión de días.  Ayer estuve arrancando las raíces de la misma y soltando el terreno donde estaba sembrada.  Lo que encontré no me gustó para nada; dos larvas de caculos. Definitivamente los caculos se han convertido en el enemigo público número uno de mi patio.
* Y ya estamos oficialmente en otoño.  Estoy a la espera de que lleguen temperaturas más frescas y menos lluvias para comenzar otra vez a sembrar en el huerto.

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