De camino al mar, los puentes más bonitos de Valencia

Puente de Serranos

De camino hacia el mar y siguiendo el viejo curso del río Turia. Esta vez no vamos a recorrerlo por los jardines sino por sus puentes. Los más recios, los de piedra, marcan siglos de existencia. Los más modernos resultan fascinantes por su diseño vanguardista.El río Turia y sus puentes marcaron siempre la fisonomía de Valencia y sus murallas, su entramado urbanístico y sus puertas. Un río difícil de domesticar que exigía la constante reconstrucción de aquellas pasarelas de madera que permitían el paso a la ciudad. Un río con fuertes corrientes convertidas en riadas.Hoy el río ya no lleva agua. En su lugar se encuentra el pulmón verde de la ciudad. Vamos a recorrer los puentes para poder ver desde arriba los jardines y las instalaciones deportivas que existen a lo largo de unos nueve kilómetros. Vamos a pasear por estas estructuras de piedra y hierro mientras que dejamos que nos sorprendan algunos de los monumentos que se encuentran a la vera de sus pretiles.
Y como los puentes más históricos están en el norte del cauce vamos a comenzar la ruta desde el Parque de Cabecera. Y a unos metros se halla el Bioparc de Valencia.El cauce derecho del río se encuentra al lado del casco histórico. Podemos hacer este recorrido tanto por una parte del cauce como por la otra. Quizá sea más fácil hacerlo por la acera derecha. Sin embargo, si lo hacemos por la orilla izquierda podemos tener una visión más amplia de los monumentos que van apareciendo del casco histórico según vamos avanzando. Contemplaremos mejor las Torres de Serranos o el Miguelete. Una vez sobrepasado el puente del Real, podemos cruzar hacia la orilla derecha ya que tendremos más cerca la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Puente 9 de Octubre

De camino al mar, los puentes más bonitos de Valencia

Comenzamos con uno de los puentes diseñados por Santiago Calatrava, el 9 de Octubre. Muy amplio. Dividido en dos calzadas que están separadas y permiten ver el cauce. Cuatro figuras que se asemejan a unas alas desplegadas decoran sus entradas. Podemos atravesarlo a través de las aceras laterales que están iluminadas con unos focos. El puente también lo está a lo largo de su recorrido con farolas modernas. Como todos los demás puentes que vamos a ver, éste debe su nombre al día que entró Jaime I en Valencia tras conquistarla a los musulmanes. Tiene dos sentidos de circulación. A la izquierda del cauce nos encontramos con el Bioparc y a la derecha la avenida del Cid, salida hacia la autovía de Madrid.
Puente de las Artes

Tras recorrer dos puentes hacia el mar, llegamos al Puente de las Artes. Otro de los puentes modernos. Construido por Norman Foster a finales del siglo XX cuando ya estaban consolidados los Jardines del Turia. Modernidad frente a los viejos puentes que vamos a ver de sillería de piedra. Llaman la atención sus altas farolas blancas que surgen desde la mediana central. De doble circulación, es el que nos facilita la entrada a las Torres de Quart y la calle Guillén de Castro.
Puente de San José

El primer puente de piedra que nos encontramos y que nos va a invitar a que lo atravesemos para ver la escultura que se alza en el pretil derecho. Como el nombre indica, esta imagen corresponde al patrón de Valencia: San José. Lo construyeron de madera en el siglo XIV pero su estructura fue arrastrada por las riadas. Y aunque dos esculturas lo decoraban en el siglo XVIII, éstas fueron trasladadas al Puente de la Trinidad. Puente pequeño, de una sola dirección para el tráfico rodado. En este caso hacia Llano de Zaidía. A los viandantes nos deja a la entrada del Barrio del Carmen.
Puente de Serranos

Al final se le dio una merecida estampa al puente y su monumento. Porque los dos forman una visión difícil de separar. Lo han estado haciendo durante siglos. Las torres nos recuerdan a la puerta y sus murallas y una ciudad encogida en su interior. Comenzamos a caminar hacia las torres, aquellas que fueron la entrada principal a la ciudad amurallada. Nos imaginamos que llegamos desde la Serranía. Este puente se llamaba así en honor de todos los caminantes que llegaban desde esta comarca de Valencia. Puente amplio y señorial que se ha puesto a la altura del monumento que lo preside. Desde la calle Sagunto arranca con la silueta de las Torres de Serranos enfrente. Uno de los más antiguos de la ciudad en cuanto a su trazado. Puente de madera y piedra. Dicen que lo mandó construir el nieto de Almanzor… Y lo hicieron de madera, material que era destruido una y otra vez por las fuertes avenidas del río Turia. Fue construido en piedra en el siglo XIV aunque dos siglos más tarde tuvo que ser reconstruido de nuevo. Fue en el siglo XIX cuando le añadieron aceras para facilitar el paso a los caminantes. Hoy, peatonal, luce esplendoroso, como lo hizo antaño. Puerta que simbolizaba el poder de la ciudad de Valencia.
Puente de Madera. Pont de Fusta

Nos encontramos en un pequeño puente muy emblemático. Es el llamado por los valencianos, Pont de Fusta. O Puente de Madera. Al igual que muchos otros, éste, en su origen fue una pasarela de madera que tenía que ser reconstruida una y otra vez. Una pasarela que tan solo daba paso a los caminantes. Cuando decidieron hacer el de Serranos peatonal, surgió la necesidad de desahogar el tráfico por aquí. En honor al pueblo que le tenía especial cariño fue construido con una pasarela y barandillas de madera separada de la calzada. En la orilla izquierda del río se encontraba la Estación de Madera que era la que le daba su nombre. Nos acerca a la calle Muro de Santa Ana y a la Plaza de la Virgen (Basílica, Catedral y Miguelete).
Puente de la Trinidad

Este es el puente de piedra más antiguo de todos. Fue construido en el siglo XIV y las escaleras que nos permiten bajar hacia los Jardines del Turia así nos lo muestran. Al igual que otros, su nombre se debe al monasterio de la Santísima Trinidad que nos hemos encontrado en la orilla izquierda del río. También destaca el Museo San Pío V de Bellas Artes en la misma orilla del cauce.
Puente del Real

Un gran puente que ha dado mucho a lo largo de toda la historia de Valencia. Puente de madera que también era destruido una y otra vez y que soportaba bastantes idas y venidas de caminantes, caballerías y carros. No solamente fue abatido por el río. En la visita de Carlos I a Valencia se agolpó tanta gente en el puente de madera que dicen que se vino abajo y centenares de personas cayeron al agua. Decidieron construirlo en el siglo XVI de piedra para hacerlo más robusto, con sus pretiles y sus típicas esculturas. En la riada de 1957 fue gravemente dañado por lo que necesitó una gran reconstrucción que lo haría más amplio para favorecer el tráfico. La verdad, es uno de los puentes que más tiene. Así que perdió parte de su encanto a favor del trasiego diario. Puente del Real porque en los Jardines del Real o los Viveros, como popularmente se llaman, se encontraba el palacio. Actualmente solo podemos ver algunos restos nada más entrar al jardín que fueron descubiertos en el siglo XX. Desde el Paseo de la Alameda hacia la Plaza de Tetuán y Parterre. Nos vamos a la orilla derecha del cauce.
Puente de la Exposición

O Peineta, así lo llaman los valencianos. Aunque no siempre fue como lo vemos ahora. Construido a principios del siglo XX con hormigón armado también fue destruido por la riada de 1957. Colocaron una pasarela de madera que fue sustituida por el diseño de Santiago Calatrava a finales de siglo. Es un gran arco inclinado que se extiende por todo el puente y que tiene 14 metros de altura. Podemos andar por cualquiera de las dos amplias aceras que tiene. Además, es el único que alberga una estación de metro: Alameda. Desde el Paseo de la Alameda hacia la plaza Porta de la Mar.
Puente de las Flores

Es uno de los últimos construidos sobre los Jardines del Turia. Un puente diferente decorado con flores. Una pasarela de madera y un muro formado por centenares de macetas con flores estacionales crean un ambiente recogido alejado de la circulación. En el momento de la inauguración fue decorado con 28.000 flores de Pascua. Cuando se marchitaron fueron sustituidas por pensamientos, geranios… Flores para cada estación del año. Desde el paseo de la Alameda hacia Navarro Reverter y Porta de la Mar.
Puente del Mar

Uno de los más bellos. Peatonal. Muy tranquilo. La forma de sus escalones redondeados recuerda al movimiento de las olas. Porque este puente era el que llevaba hasta el puerto y la playa. Y uno de los más castigados por las avenidas del río Turia. Fue terminado de construir en el siglo XVI aunque sus pretiles de piedra no fueron añadidos hasta el siglo XVIII. Abierto al tráfico rodado dejó de tenerlo al construir sus escaleras en el siglo XX. Este es el último puente de piedra con carácter histórico.

En el cauce del río, en el jardín una bella estampa de un lago rodeado de palmeras y bosques de pinos.Desde el paseo de la Alameda hacia la plaza América.
Puente de Aragón

Se llamaba así porque llevaba a la Estación de Aragón actualmente desaparecida. Fue construido con hormigón armado sobre seis arcos apoyados en bases modernistas que le dan cierto encanto al igual que sus farolas. Es de doble sentido de circulación y une la plaza Zaragoza con la Gran Vía Marqués del Turia.
Puente del Ángel Custodio

Quizá vamos a recorrer uno de los más bellos entornos del Jardín del Turia. Así que hay que asomarse por los pretiles del cauce para verlo.

Entre fuentes, lago y variada vegetación se encuentra el Palau de la Música antes de llegar al puente.

De aire parisino debido a las farolas de hierro fundido que nos trasladan a finales del siglo XIX. Es muy amplio, tiene un seto central y dos calzadas laterales. En los Jardines del Turia se recrean ambientes mediterráneos y clásicos. Más allá podemos ver el Gulliver, una gran escultura en el suelo que recrea a este famoso gigante que promete diversión al deslizarse por sus toboganes o subiendo por sus escaleras.
Puente del Reino

El más largo de todos los puentes fue construido en 1999. De él lo que más nos llama la atención son sus grandes esculturas de bronce de estilo gótico que representan a los guardianes del puente. Cuatro ángeles caídos con cabeza felina.
Llegamos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el final de nuestra ruta. Un recorrido que termina en otro puente diseñado por Santiago Calatrava: L’ Assut d’Or.

Un espectáculo rompedor frente a los puentes de piedra, sus pretiles y sus arcos. Brilla el diseño en el cauce del río y cierra la ronda de circulación.

Un grandioso puente provisto de tirantes elevados e inclinados que van formando un arco. Se unen a 110 metros de altura en su cúspide. Incluso este puente lleva el nombre de una presa de riego que existió siglos atrás.
Un primer tramo hasta el Puente del Mar de 5,7 kilómetros de distancia
Un segundo tramo desde el Puente de Aragón hasta L'Assut de l'Or de 2,6 kilómetros de distancia.
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