Revista Historia

De caprichos, disparates y miedo

Por Codiceeremita @codiceeremita

Mi objetivo en esta semana era escribir acerca de otra artista maravillosa, Mary Cassat, pero me temo que habrá de esperar: en su camino se ha cruzado un inmortal, Goya.

Goya es uno de esos creadores a los que cualquiera con escaso interés por la historia del arte nombraría ante la pregunta de: "dime tres pintores que conozcas". Si después se le preguntara por una obra suya, probablemente mencionaría la Maja desnuda o Los Fusilamientos. Si se incidiese más allá y se le preguntase el por qué de su importancia, puede que no supiera responder. Es importante porque era importante. Los porqués, ahí está el problema casi siempre.

Cuando realicé las prácticas del ya extinguido CAP de formación del profesorado de Secundaria tuve la fortuna de que en esos momentos la clase de Historia de 4º de la ESO coincidiese con la Guerra de la Independencia. Dentro de la misma no es necesario estudiar la obra de Goya desde un punto de vista estético, pero creo que no abordarla como un documento esencial para un acompañamiento gráfico e interpretativo de la época sería un error garrafal. Y no compararla dando a conocer las estampas de la guerra creadas por sus compañeros, también. No tienen nada que ver.

caprichos, disparates miedo

Al comenzar indagué un poco acerca de los conocimientos de esos chicos y chicas de 15 y 16 años. El 90% no lo conocían, y se me ha quedado grabada su cara de sorpresa cuando les mostré Saturno devorando a un hijo o sus risas con los retratos de la Casa Real, especialmente la reina María Luisa, quien a pesar de todo su aparato era para ellos la mujer más fea que habían visto.

Muy en especial en su obra gráfica (dibujos y estamñas), me asombra comprobar cómo él retrató sus propios demonios y los que poblaban su tiempo, pero podrían ilustrar nuestra actualidad. Quizá él tenía la esperanza de que sólo fuesen un testimonio visual de los males que aquejaban a la sociedad de su época. Si fue así -que no creo- se equivocó, porque invariablemente trascendió a lo universal llegando hasta nuestros días. A veces me pregunto si la evolución histórica es tan aguda como pensamos, o sólo hemos cambiado de traje.

Ello me ha llevado a reflexionar acerca de algunas máximas sobre lo que llamamos "genio". De Velázquez es indudable su calidad técnica, pero de Goya no hay siempre tal unanimidad. Pero si nos paramos a pensar un poco no nos costará razonar que lo que más admiramos de ellos es precisamente ese justo desequilibrio que los hace trascender de la norma para comunicarse con nosotros de forma intemporal.

Un retratista de corte, un intelectual, una persona con holgura económica podía lograr la ambición de evolucionar de acuerdo a sus propias necesidades creativas. Pero lo cierto es que no todos (y todas) las sintieron, o no en la misma medida. A veces, esa transgresión es sutil, pero nos conecta con un hilo invisible con la persona que hay detrás de esa obra. A veces, es devastadora y tan visionaria que alcanza la eternidad.

¿Qué es lo que hace que nos sintamos tan conectados a ellos? Quizá, pienso, ese fino hilo se conforma porque podemos reconocernos, podemos extrapolar lo que nos muestran a nuestra propia realidad. Como dije antes, lo particular se transforma en universal. Don Sebastián de Morra, de Velázquez, no es un bufón de corte, podría ser La Dignidad. El Duelo a garrotazos de Goya no son dos labriegos del siglo XVIII, es una representación paradigmática de La Sinrazón humana, del absurdo, de lo inútil, de lo surrealista, de la ignorancia en su aspecto más brutal. Creo que, después de ver esta pintura, es imposible no pensar en ella oyendo las noticias. Y creo que no soy la única en pensar en la obra de Goya en general, habida cuenta de algunos fotomontajes que he visto últimamente.

¿Sería recordado el aragonés si se hubiese limitado a su papel como retratista de corte? Parece claro que no. Hoy, podemos admirar la totalidad de su obra a través de esta magnífica web del Museo del Prado:

Incluso cotillear entre su correspondencia más íntima... con las transcripciones que nos ofrecen junto a la profusa información documental.

Sin lugar a dudas, para mí lo más importante de la web es poder repasar toda su extensa obra gráfica, sus grabados y dibujos, descritos y clasificados. Solemos admirar las elaboradas pinturas de los artistas, pero normalmente es en sus dibujos, en ese esbozo de la primera idea, en donde encontramos esa comunión. De ahí, al grabado, no había ni un paso. Y de eso, Goya, sabía un rato largo.

Quizá por eso me gusta tanto -pero tanto- el fragmento de la película de Los fantasmas de Goya que edité y subtitulé con el fin de mostrárselo a los chicos y chicas de la clase, porque podemos seguir el proceso completo de creación de un aguafuerte, y podemos imaginarnos al mismo Goya realizándolo. Seguro que no me equivoco creyendo que fue lo que más les gustó.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=-YkQLu_3UeY&w=640&h=480]

En todo caso, creo que lo esencial es que cada uno extraiga sus propias interpretaciones. Hoy, creo tener las mías. Mañana... qué se yo.

¿Y vosotros?


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