Revista Moda

De cómo me reconcilié con mis rizos

Publicado el 12 marzo 2013 por Soni Lane
De cómo me reconcilié con mis rizos Cuando era pequeña, las señoras mayores solían decirme: "¡qué pelo tan bonito tienes! ¿Es tuyo?". Y a mí eso de que si era mío me sonaba tan a chiste -en realidad lo era- que no sabía qué responder, y miraba a mi madre, en busca de respuestas. No sabía que había una cosa que se llamaba "moldeado", tan de moda en los 80. Todo el mundo quería rizos y pelo aleonado menos yo. Mis amigas tenían el pelo liso tabla, y los chicos preferían ese look ("Sonia no me gusta: tiene el pelo rizado, y además, gafas", esto último, por sí solo, ya era motivo de escarnio público). Me han llamado desde "Ricitos de oro" (de peque era más o menos rubita, luego se me oscureció) hasta "borreguito Norit" pasando por coliflor y oveja a secas.
Mi madre estaba tan harta de que odiara mis rizos que ya no sabía cómo peinármelos, porque yo quería ocultarlos siempre con una coleta tirante, y a veces acababa llorando y con rabietas cuando ella quería dejármelo suelto. Tan gilipollas estaba que por la tontería pasé varios veranos con el pelo "cortito, cortito", como decía mi madre a las peluqueras (tengo esas amenazantes palabras grabadas a fuego en mi memoria), o sea, a lo chico. Mi hermana -mayor que yo-, durante esta etapa, se lo pasaba muy bien peinándome, como decíamos, a lo John Travolta en 'Grease', es decir, engominado y con un mechón retorcido sobre la frente. He de reconocer que estaba graciosa con el pelo corto y ensortijado, pero yo entonces estaba más que disgustada con mi genética.
De cómo me reconcilié con mis rizosY seguí odiando mi pelo durante la adolescencia, cuando mi madre ya dejó de peinármelo y me dejó a mi libre albedrío en cuestiones capilares. ¿Y cuál era mi día a día con el pelo? os preguntaréis. Pues coleta tirante con espuma y gomina por toda la cabeza, claro, la mejor receta para un pelo sano, pensaréis. Un pelo que me cargué por completo con el paso de los años.
Algunos años más tarde, cuando ya era universitaria, descubrí las planchas del pelo y, aunque no os lo creáis, mi pelo mejoró. Quizá fue el dejar de echarme tanta mierda, pero dejó de estar tan reseco y se convirtió en una masa de pelo encrespada pero -eso sí- algo más sana a base de serums que me echaba después de planchármelo, para evitar los efectos de la humedad. Al principio me lo planchaba solo los fines de semana, cuando salía de marcha, para sentirme más segura de mí misma. Pero con el paso del tiempo, empecé a usar las planchas a diario. Me ponía excusas a mí misma tales como: "el pelo liso es más manejable, así estoy más guapa, se me seca mejor así que sólo con el secador.... Bla, bla".
De cómo me reconcilié con mis rizosY en esta etapa, todos los que me rodeaban me decían que estaba mejor con el pelo rizado, mucho más bonito y natural, pero yo nada, erre que erre con el pelo liso. El mensaje "rizos no" de mi infancia (y de los anuncios de la tele y de la sociedad, en general) había calado hondo. Y así hasta hace un par de meses, cuando, cansada de ocultar la persona que soy cuando salgo de la ducha (o de la playa, o de la piscina), y decidida a cuidarme el pelo a fondo, decidí ver qué pasaba si dejaba mis rizos al natural. Usaría las planchas solo un día a la semana. Todo un reto, a priori.
Los primeros días con el pelo rizado lo pasé un poco mal. Algunos mechones se quedaban suaves, pero el resto, duros y encrespados. A veces, cuando tenía que salir de casa, me hacía una coleta porque parecía el león de la Metro. ¿Habría perdido mis rizos por haberlos sometido tanto al calor de la plancha? No parecía el caso, aunque estaban un poco tiesos y rebeldes. Tenía que hacerme con algún producto definidor de rizos. ¡Claro! Como siempre me lo alisaba, no tenía nada que echarles a los rizos, ¡pobres! Me compré la crema de Kerastase, oleo curl, porque no quería nada que se pareciera a la espuma o a la gomina, auténticos venenos llenos de alcohol y otras guarrerías que dejan el rizo acartonado y lo van resecando con el tiempo. Con esta crema me empezó a ir mejor, los mechones quedaban más suaves, definidos y bonitos, el encrespamiento iba desapareciando -aunque siempre estará ahí, pero no tan rebelde-. ¡Había días que hasta me veía guapa! Y extendí el tiempo en que estaba sin alisármelo: de una semana pasé a 15 o 20 días. ¡Dios mío! 15 días con el pelo rizado, ¡a lo Bisbal! Pues sí, amigos, hay días en que me queda mejor y otros peor, pero es mi naturaleza y es lo que hay. Ahora estoy investigando cómo cuidar este pelo tan delicado y especial, que muchas matarían por tener. Y he de decir que actualmente me lo veo más sano y lustroso cuando lo llevo al natural que cuando me lo he alisado. Esto es de cajón, pero yo antes no lo veía.
En realidad yo quería hacer este post para recomendar un producto para los rizos (además del de Kerastase que he mencionado), pero me ha quedado esto, mucho más interesante ¿verdad?
 En fin, ya que me he metido en harina, os diré que el producto en cuestión es la Mousse definidora de rizos del Mercadona. Frente a la crema de Kerastase, que vale unos 18€, ésta vale 2,50€ aproximadamente y también deja un muy buen resultado -casi mejor-. Al principio me recordó a la gomina, porque me quedó el pelo pegajoso y los mechones muy fijados, pero con el paso de las horas, el rizo se va relajando y queda suave, brillante y -lo más importante- definido. Para que lo veais con vuestros propios ojos, ahí van unas fotos. No son de buena calidad porque están hechas con mi móvil y encima me las he hecho yo misma, como las pavas del Tuenti que se hacen fotos en poses sepsis en el váter. Tal cual.
Se ve que estoy empezando a estar orgullosa de mis rizos.

De cómo me reconcilié con mis rizos

En esta foto me acababa de echar la mousse del Mercadona y lo tenía en plan efecto mojado, que no me gusta especialmente.

De cómo me reconcilié con mis rizos

En esta foto y en la siguiente (como veis, salgo con un ojo medio cerrado, o sea, muy sepsi), habían pasado unas cuantas horas de haberme lavado el pelo y peinado con la mousse, y el rizo está mejor, más natural y suave.

De cómo me reconcilié con mis rizos

Como sabéis quienes hayáis leído mi post Objetivo: conseguir un pelo largo, mi meta es dejármelo crecer, porque creo que luce mejor y me iré pareciendo más a Kate de 'Perdidos' o a una de las protagonistas de 'Roma' y menos a Bisbal o a Maradona. ¡Decidme que sí, anda!
De cómo me reconcilié con mis rizos
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