Revista Cultura y Ocio

De España a Paraguay pasando por tierra de los ayoreo

Por Lparmino @lparmino

De España a Paraguay pasando por tierra de los ayoreo

El Alto Paraguay sufre la expansión ganadera
Fotografía: 
Herr stahlhoefer - Fuente


La destrucción de los bosques sudamericanos y de las tierras tradicionales de numerosos grupos aborígenes no es algo nuevo. Es práctica común en cualquier país de Latinoamérica a pesar de las numerosas legislaciones nacionales o de las muchas iniciativas particulares y de organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos indígenas. Sin embargo, lo sucedido en Paraguay estos días, denunciado por Survival International, respecto a la comunidad ayoreo mantiene una particularidad que, sin embargo, ha pasado de largo para la prensa española: la implicación de uno de los grupos empresariales más poderosos del país y de uno de los hombres más ricos en el panorama nacional: Jacinto Rey González es presidente de la empresa Carlos Casado S.A., firma ganadera que, según las autoridades paraguayas, ha estado destruyendo ilegalmente territorio boscoso en el que se supone que se refugian los últimos ayoreos no contactados.


De España a Paraguay pasando por tierra de los ayoreo

Áreas de asentamiento de los ayoreos
Union of Native Ayoreos of Paraguay (UNAP) - Fuente

Los ayoreosson el último pueblo indígena en situación de aislamiento en toda América del Sur fuera del territorio del Amazonas. Habitan una extensa región del Alto Paraguay, en el nordeste del país. Sin embargo, la deforestación de la región a manos de empresas ganaderas ha reducido considerablemente el territorio de estos grupos. La zona tradicional de los ayoreos se estima que ocupaba casi tres millones de hectáreas boscosas. En el año 1993, cuando algunos representantes ayoreos iniciaron los trámites ante las autoridades de Paraguay para formalizar la propiedad de sus tierras ancestrales el cómputo de terreno reclamado sólo se refería a algo más de medio millón de hectáreas. El contacto con la sociedad moderna envolvente y grupos occidentales, especialmente misioneros extremistas norteamericanos, iniciados en Paraguay en torno a los años sesenta del siglo XX, ha diezmado el territorio ayoreo y a su población.

Socialmente, entre los ayoreosno existe ninguna forma de organización política excepto la articulada en torno a los grupos familiares extensos. El modelo cultural ayoreo representa el paradigma propio de la sostenibilidad de las poblaciones indígenas respecto al entorno en el que viven y explotan. Son grupos de cazadores – recolectores nómadas que articulan su sistema productivo de acuerdo a la variabilidad estacional de la zona: una estación seca y un periodo de lluvias que dedican a tareas agrícolas. Su peculiar relación con la naturaleza se ejemplifica en la visión respecto a la agricultura. Esta no se concibe como una forma de explotación de los recursos naturales sino como un medio de apoyo y complemento. La producción  (caza, recolección, productos agrícolas y objetos manufacturados) se somete a un estricto proceso de distribución entre todos los miembros del grupo local sin que hubiese arraigado un sentimiento de propiedad ni de acumulación individual.

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Avance de las tierras agrícolas en Paraguay
Fotografía: Peer V - Fuente

En su peculiar captación del entorno, distinguen a los ayoreo, que significa algo así como “hombres verdaderos”, de los cojñone, “los que hacen cosas raras, sin sentido”. Esta visión responde a una realidad compleja y dramática de esta tribu azotada por la amenaza del contacto con elementos pertenecientes a la civilización moderna. Los primeros contactos se registraron en el siglo XVIII con jesuitas pero los intentos evangelizadores resultaron totalmente infructuosos. Posteriormente, sí se puede documentar relaciones más o menos esporádicas entre los ayoreos y otras gentes. Por ejemplo, en 1830 el científico francés D’Orbigny confirmó la presencia de ayoreos. Sin embargo, durante el siglo XX, la explotación forestal y ganadera de la región, junto a las auténticas cacerías humanas de grupos cristianos fundamentalistas llegados desde Estados Unidos (en concreto el MANT o Misión a las Nuevas Tribus) constituyeron las principales amenazas a la supervivencia de estos grupos. Muchos ayoreos contactados fueron obligados a sedentarizarse mientras otros muchos decidieron ocultarse en los bosques y permanecer allí aislados.

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Ornamento ayoreo
Fotografía: Daderot - Fuente

En la actualidad, esos bosques – refugios están siendo sistemáticamente acosados y asediados por las grandes empresas ganaderas que se dedican a la explotación de la región. La empresa brasileña Yaaguarete Porá posee en una zona donde se han avistado a indígenas aislados un total de setenta y ocho mil hectáreas de terreno. El pasado 14 de agosto de 2012 Survival International denunciaba la implicación del magnate español Jacinto Rey González, presidente de la empresa Carlos Casado S.A., filial del Grupo San José, en la destrucción de bosques donde se refugian estos indígenas aislados. Pese al desmentidode la empresa negando su participación en estas atrocidades, el Gobierno paraguayo confirmaba la actuación ilegal de la firma que preside Rey González. En palabras del director de Survival International, Stephen Corry, “Es asombroso descubrir que una de las empresas más grandes de España está envuelta en un comportamiento tan escandaloso”.
La actualidad empresarial de los entramados financieros supranacionales puede trazar una línea, aunque difusa y muchas veces confusa, entre la línea del AVE Madrid – Valencia o la ampliación del Museo del Prado de Madrid con la destrucción del hábitat de los ayoreos. La lógica del beneficio no entiende de sostenibilidad en ninguna parte del mundo, ni siquiera cuando se encuentran en juego las vidas de otros seres humanos.
Luis Pérez Armiño

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