Revista Opinión

De Irak a Francia

Publicado el 31 enero 2011 por Javiermadrazo

La revolución en el norte de África  y la polémica reforma del sistema de pensiones en España han eclipsado estos últimos días dos noticias de calado, una positiva y otra negativa, que han pasado desapercibidas en los medios de comunicación. La primera hace referencia a la presencia en Irak del juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, que se ha desplazado a ese país con el objetivo de investigar la muerte del cámara de televisión José Couso, alcanzado por un obús norteamericano, cuando se encontraba, en abril de 2003,  realizando su trabajo en una terraza del Hotel Palestina de Bagdad.  Ojalá la justicia pueda depurar finalmente todas las responsabilidades que se derivan de este caso y el Gobierno de Estado Unidos pague su culpa y con él todos aquellos que han querido dejar en el olvido un crimen todavía  no resuelto. La familia de José Couso, sus compañeros y amigos tienen derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación.   

La segunda noticia a la que aludía al inicio de este post nos llega de Francia y tiene como protagonista a su Consejo Nacional. El pasado viernes, 29 de enero, esta institución determinó que los artículos 75 y 144 del Código Civil, que niegan el matrimonio entre personas del mismo sexo, son constitucionales y por tanto legítimos.  Leo la noticia dos veces y aún me cuesta darle crédito. El país que ha vendido al mundo el mito de la “igualdad, libertad y fraternidad” se aferra a su espíritu más reaccionario, retrógrado e intolerante para impedir que dos hombres o dos mujeres puedan contraer matrimonio si ese es su deseo. Resulta tan inaudito como inadmisible, o lo que es lo mismo tan fariseo como hipócrita, admitir  el llamado Pacto Civil de Solidaridad, como hacen en Francia ante la evidencia de regular  las uniones homosexuales, para impedirles después el matrimonio legal, que es patrimonio exclusivo reservado para bendecir la convivencia entre un hombre y una mujer. Es obvio que el país vecino necesita otra revolución.   

 


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