De la lucha en la clandestinidad al “transfeminismo”

Granada, 8 ene. 10. AmecoPress.- En 1975, todavía en la clandestinidad, del 6 al 8 de diciembre el movimiento celebra las primeras Jornadas Feministas estatales en Madrid. En junio del año siguiente Barcelona acoge sus propias Jornades Catalanes de la Dona. En 1977 nace uno de los espacios más importantes de agregación: la Coordinadora Estatal de Organizaciones Feministas (CEOF).

En 1979, ese año, en las Jornadas Feministas de Granada, eclosionan dos debates que dividen al movimiento: el de la doble militancia (muchas feministas militaban en partidos políticos) y el del feminismo radical, que en el Estado español concebía a las mujeres como grupo social homogéneo y abogaba por la segregación total.

Entre 1981-1985, frente a las tesis de la igualdad, proliferan los grupos de autoconciencia, influidos por el feminismo de la diferencia. En 1985 la Coordinadora celebra los diez años del movimiento.

En 1988, en las II Jornadas de Lesbianas en Madrid, éstas redactan su primera tabla reivindicativa. Tras pelear las demandas de las heterosexuales (despenalización del aborto, divorcio,…) durante más de una década, emergen las suyas propias.

En 1993, con el lema “Juntas y a por todas” la Coordinadora organiza unas jornadas donde por vez primera tiene lugar una mesa sobre transexualidad, con la presencia de la activista Kim Pérez (en la imagen). Las transexuales se suman a la lucha feminista: desde entonces participan en la marcha del 8 de marzo.

Ya en el 2000, en las jornadas de la CEOF, en Córdoba, se visibilizan muchos de los ejes que emergieron en los 90: sexualidad, prostitución, teoría queer, ecofeminismo, economía feminista, antimilitarismo, interculturalidad…

Y en 2009, en los 130 talleres y cuatro mesas centrales de las jornadas de la CEOF en Granada emergen nuevos planteamientos como el transfeminismo, que propone romper con las identidades binarias.

Un feminismo vivo y con futuro

Treinta años después de las I Jornadas convocadas por la Coordinadora Estatal de Organizaciones Feministas, Granada volvió a convertirse en una ciudad de encuentro, debate y reivindicación feminista. A partir de la decidida propuesta de la Asamblea de Mujeres de Granada, la CEOF apostó por trabajar durante meses para construir un espacio donde se expresara ese feminismo crítico y no institucionalizado, tantas veces negado o invisibilizado, dispuesto a subvertir los modos de vida que los sistemas de poder patriarcal, racial, heterosexista y capitalista establecen.

Y ese feminismo se expresó con fuerza en los 130 espacios de debate, que fueron un auténtico hervidero de ideas y propuestas. Los bloques temáticos permitieron recoger buena parte del quehacer y debate feminista, los nuevos planteamientos que se vienen formulando en torno a las identidades fronterizas; las diversidades corporales y las sexualidades; el neoliberalismo, la globalización y la acción feminista; las prácticas culturales de resistencia feminista.

El objetivo era también dar prioridad a aquellos feminismos que se sitúan en los márgenes.

La fuerte participación, la intensidad de los debates, el entusiasmo e interés, muestran la increíble capacidad del feminismo para interrogar, cuestionar, buscar nuevas alternativas y propuestas para la acción. En las Jornadas se puso de manifiesto la continuidad generacional. Nos encontramos y mezclamos mujeres de todas las edades, con una importantísima presencia de jóvenes. Y eso significa nuevos puntos de vista, experiencias, enfoques y temáticas.

Ese trabajo de traducción intergeneracional entre las mujeres más jóvenes y más mayores provoca un debate con nuevas interpelaciones, pero sobre todo un diálogo de enorme interés y madurez, en el que se expresa lo que de común y diverso hay en mujeres de diferentes generaciones, de nuestras vivencias y experiencias, y de nuestro común interés por resistir, transgredir y cambiar la sociedad. Nos mezclamos unas y otras en un feminismo vivo y con futuro.

El mejor reflejo de lo que se vivió en las Jornadas está en la manifestación de 5.000 mujeres: combativa, reivindicativa y divertida. Pese al silencio de los media, la movilización nos hizo sabernos fuertes. Y con esa fuerza afrontaremos los nuevos desafíos.

Fotos: Archivo AmecoPress