Revista Opinión

De Madrid al cielo. Muerte de Carrero Blanco

Publicado el 19 diciembre 2013 por Icaro @ateneo

la cia asesina a carreroDe Madrid al cielo dicen los castizos, la expresión popular completa es «De Madrid al cielo, y en el cielo, un agujerito para verlo» y eso hizo la CIA en Madrid, hace cuarenta años; haciendo saltar por los aires el coche del Presidente del Gobierno, franquista pero gobierno, Luis Carrero Blanco.

El Señor Carrero Blanco hizo carrera duante  la Guerra Civil Española (también llamado golpe de estado fascita) en el que permaneció escondido hasta bien entrado el año 1937 año en el que salió de su escondrijo, las embajadas de Mexico y Francia (curiosamente los dos paises que más tarde mejor se portaron con la Republica) para unirse a los suyos “los fachas”. Carrero mandó un submarino, luego un destructor para acabar la guerra siendo  jefe de Operaciones del Estado Mayor de la Armada (franquista). Es lo que tiene no hacer mucha guerra y sí mucha política.

La leyenda cuenta que hizo un informe a Franco proponiendo que España fuera neutral y no entrase en guerra (ser neutral apoyando al nazismo, evidentemente). Sigue contando la leyenda que Franco comenzó a confiar en él, y rápìdamente subió peldaños en el escalafón franquista. Fue nombrado Subsecretario en 1941, y Ministro de la Presidencia 1951, contaba 47 años,  llegó a Vicepresidente en 1967  y finalmente Presidente del Gobierno (como Rajoy pero con menos cejas) en el año 1973

Luis Medró, perdón, quiero decir que Luis Carrero Blanco medró en política aunque no es cierto que fuera del Opus Dei, estába controlado por el Opus Dei y especialmente por eel catalán Lopez Rodó ( que años después fue designado para formar parte de la llamada “Comisión de los veinte”, cuya tarea fue redactar el proyecto del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979). Carrero, era un servidor de la Obra, de igual manera que nuestro Ministro de Interior, el ilustre Serñor de las cuchillas, Jorge Fernandez Díaz. Entre Carrero y Lopez Rodó (especialemente el segundo) la política española aprendió a hacer planes, planes de desarrollo, que consiste basicamente en tener unos precios tirados, vivir del turismo y esquilmar al país y su territorio.

Y Luis se las prometía muy felicices, siendo Presidente del Gobierno (año 73, el mismo año que Allende y Chile es asesinado por Pinochet) y entonces llega la CIA y le pone una bomba a manos de ETA.

Carrero Blanco muere al explotar una bomba bajo su coche. Cuenta la leyenda y la historía que la responsable de su muerte fue ETA. Y cuentan… los menos que a menos de 100 metros del lugar del atentado a Carrero se encontraba ni más ni menos que la embajada de los Estados Unidos de Guantanamo, perdón de America. La CIA puso en bandeja de bomba a ETA el asesinato de Carrero. ETA recibió los planos para realizar el atentado de una fuente anonima y la embajada estaba a metros de donde se construyó el artesanal tunel para colocar la bomba a Carrero.

La transición en el vientre plano de Europa.

Carrero se oponía oponía a la transición democrática considerada imprescindible por los EEUU, para reforzar su presencia en “el vientre blando de Europa (sí, sí, vientre blando, además de PIGS, somos, hemos sido el vientre blando de Europa).  España, Portugal y Grecia debían transformar sus regímenes dictatoriales en democracias homologables con el resto de los países de la OTAN e Italia no podía caer en manos comunistas (pero eso es otra historía)

¿Os suena?

A modo de eplílogo y por seguir haciendo memoria….

Con la muerte de Carrero llegó a la Presidencia del Gobierno el señor Arias Navarro, cuyos ejes principales de su polítca eran tres:

1) exclusión radical del comunismo ”en sus tendencias, grupos o manifestaciones”, que incluye a cualquier grupo con connotaciones obreras reivindicativas. Quedan pues excluidas de la posibilidad de legalización un gran número de organizaciones ya sea políticas o sindicales.

2) La afirmación de la unidad nacional, que deja fuera de discusión cualquier reivindicación nacionalista y cualquier proyecto autonómico.

3) El reconocimiento de la forma monárquica del Estado.

40 años, que no son nada…y todo sigue igual ¿no?


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