Revista Opinión

De políticos, patricios, plebeyos, riqueza y demagogia

Publicado el 19 enero 2015 por Alberto Garcia @ensurincon

Seguramente siempre te ha llamado la atención que los políticos, sobre todo en los niveles más altos, disfruten de un patrimonio considerable, vengan de familia "con posibles", participen en empresas o tengan salarios superiores a la media... por encima del salario mínimo interprofesional. Patricios, les llamaban en Roma.
La mayoría de las veces esos mismos "patricios" terminan desempeñando funciones de alto nivel; ministros, presidentes de comunidades autónomas, portavoces, alcaldes o gestores de empresas públicas.
Nunca han sido incluidos en un ERE, no han cobrado un salario mínimo, engrosado las filas del paro, sufrido un desahucio, solicitado un subsidio o han tenido que aceptar trabajos en "negro" para llegar a final de mes. No ha padecido esos avatares, pero algunos si tienen experiencia en imputaciones, corruptelas, malversación, cohecho, prevaricación, juicios e incluso cárcel. Una experiencia que tú, como plebeyo, no tienes.
Es difícil aceptar que sean capaces de comprender al resto de los ciudadanos y sobre todo a los más desfavorecidos, ya que sus experiencias y vivencias son otras. Hay "otros mundos" y el suyo nunca ha estado incluido en el tuyo, ellos viven en una realidad y tu en otra. El problema es que ellos son los que gobiernan y legislan... por el bien de todos.
Si tu piensas así, siento decirte que eres un demagogo, ácrata, izquierdoso, extremista, proletario, antisistema y demás lindezas, amén de un plebeyo en toda regla.
La política no es fácil, ser político tampoco. Precisas de estudios, conocimientos, habilidades, padrinos y en algunas ocasiones de cierta ideología. También debes disponer de rentas saneadas para poder dedicarte a tiempo completo, no puedes ser político por la mañana y currito por la tarde o en el turno de noche. Así sólo llegarás a sindicalista, es algo pero no es todo.
Si tu familia no lleva décadas -algunas veces siglos- en política, no puedes aportar ni experiencia ni contactos. Para mantener tradición familiar y patrimonio sólo hay un camino; triunfar en los negocios, triunfar en la política o triunfar en ambos.
Tan difícil es que llegues a ser político, como que ellos gobiernen pensando en ti. Pero no olvides que vivimos en democracia, déjate de demagogia, protestas y zarandajas. Sal a la calle, reclama tu espacio y consigue el poder. No digas "basta", mejor hazte de la "casta". De plebeyo a patricio.

"La verdadera carga del senador es gobernar para el ciudadano, no para el mismo o su gente, sea cual sea su precio" (Anónimo plebeyo romano antes de convertirse en patricio y senador).


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