De regreso…

Desde el 04 de junio no salía nada. Este año cumplo cuatro años de haberme metido en esta aventura y quizás esta sea la interrupción más larga en mucho tiempo. Puede que sea odioso decirlo pero el trabajo que tengo ahora me roba energía, vitalidad e inspiración..., los tres ingredientes clave para escribir lo que escribo.

Me pregunto si esa es la ley inexorable del trabajo: ¡Tenerse que aburrir en él! Puede que tenga el trabajo equivocado, eso también es cierto, o que yo sea la persona equivocada para el tipo de trabajo que hay que hacer, pero bueno, no será algo que resuelva hoy en este escrito ni en este regreso.

Puede que las cosas no hayan cambiado mucho últimamente, pero yo sí he cambiado. Algo haré, algo pasará, eso lo sé. Vienen cosas diferentes, cosas en mi vida, en mi visión del mundo. Quizás como casi siempre, la tendencia del blog termine reflejando esto de alguna manera. Creo que ha llegado la hora de comprometerme más con varias opiniones que tengo sobre muchos temas que pueden parecer polémicos, pero hace rato no tengo polémicas...

Lo bueno de las polémicas es que te muestran el fondo de lo que piensas, no solo porque lo sacas y lo pones en la mente de otros, sino porque con las críticas que recibes también notas en qué página están quienes te leen o te escuchan. En fin, puede que tampoco sea para tanto, puede que no ocurra nada.

Me han rondado muchas ideas estos días..., sobre escribir más cosas de mi vida, de cómo vivo, sobre la cotidianidad. Creo que peco a veces por elevarme mucho en las ideas y reflexiones que hago. Me ha rondado la idea de empezar en serio la escritura del libro que nadie leerá, el de psicología budista. Ya casi nadie lee, todo el mundo quiere vídeos (personalmente odio ver videos y mucho menos hacerlos), tal vez me tenga que convertir en youtuber, un youtuber cuarentón.

En fin, es solo un regreso, tal vez la pausa fue necesaria, refrescante, recargante.

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