Revista Cine

De reyes, príncipes y bufones

Publicado el 09 octubre 2014 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

La televisión es un reflejo de la sociedad y en España somos más monárquicos de lo que a primera vista parece, pero no hay que llevarse las manos a la corona por ello, al fin y al cabo la fascinación por esa raza superior al común de los mortales viene de largo y está muy extendida por todo el globo.

Déjenme realizar un recuento rápido de las series patrias:

-Isabel, reina de castilla, poco puedo decir, su regreso a la parrilla era lo más esperado de la temporada y no ha decepcionado, la serie tiene una factura de lo más decente, está bien actuada, bien dirigida, representa bien los hechos históricos, y pocas pegas podemos ponerla, aunque tampoco es la serie perfecta. No obstante ahí tenemos nuestro The Tudor. Sin duda es lo mejor que TVE ha hecho en los últimos años (o quizá lo único).

-En Antena tres tenemos Velvet, las galerías de ropa son al fin y al cabo un microreino, en el primer capítulo moría el rey y el príncipe ascendía al trono para dirigir a sus lacayos. Es un culebrón, no nos engañemos, pero está bien hecho.

-En Telecinco El príncipe ha recaudado una buena cuota de share, el título hace referencia a la barriada de donde surge el protagonista, pero la historia se lía entre los juegos de poder y los amoríos habituales. Toda una corte real. No dice nada nuevo y un servidor no la encuentra interesante, pero tampoco puedo decir que esté mal realizada.
Tres series, una de cada grupo, no vayamos a mostrar preferencias, pero sigo un poco más, porque la nueva producción española de éxito en taquilla, El niño, también tiene unos personajes que buscan destacar por encima de otros, ganarse su reino. Son dos remedos de príncipes conquistadores. No es una mala película, pero dista mucho de ser buena.
Y es que nos gustan esos personajes alejados de nosotros mismos. Quizá la vida real sea sórdida y monótona, pero la ficción está para sentirnos por encima de ella, para conocer esos otros mundos donde se es “importante”. Al menos ocurre así en el drama. La comedia funciona de otra manera, los bufones siempre han sido figuras interesantes, aquellas que podían mostrar la realidad sin sufrir consecuencias. Hace una década en nuestro país había cosas interesantes, no hay más que recordar la inmortal 7 vidas, y aunque ahora no todo es Los Serrano, su humor sin fundamento ha calado demasiado y las series son un cúmulo de bromas refritas, tontas y aburridas, con momentos dramáticos repetidos y catarsis previsibles.

Pero no sólo son las sinopsis las que padecen este gusto por lo monárquico, sino que también se refleja en los actores. Todas las series españolas y la mayor parte de las películas están protagonizadas por los mismos. Lo peor es que no son los mejores, la mayoría de las veces no hay nada tras las caras bonitas o el rol que ya han repetido cinco veces con diferentes resultados. No nos despegamos de los de siempre, nos encanta verles otra vez ahí, representando al género humano, porque aunque suene exagerado eso es un personaje, el representante de parte de la población, al igual que un rey o un príncipe.
El poder es un tema más de la ficción, quizá uno de los más importantes, pero no basta con tener reinas, príncipes y bufones en la televisión o el cine, es necesario arriesgarse, encontrar nuevas tramas o al menos darle un aire nuevo a las antiguas. ¿Algún día lo aprenderemos?


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