- Ricky Rubio fue Ilusión en USA -ya lo había sido antes en España- cuando los T-Wolves le seleccionaron en el draft. Muchos le veían como el nuevo artista del pasa; un hacedor de juego colectivo que podría entusiasmar y divertir a las masas. El Pete -sin Pistol- Maravich 2.0.
- Pasó a Decepción -para muchos- en su último año en el Regal FC Barcelona, inmerso en una crisis de creatividad provocada por un bajón en los niveles de acierto en sus lanzamientos. Niveles que había mejorado en su primer año como blaugrana, no lo olvidemos.
- Después de una breve puesta en marcha ya es toda una Realidad que se ajusta perfectamente a la idea de Ilusión. Su capacidad para influir en el buen juego del equipo es total; su arsenal de creatividad para divertir al público es brutal.
Hablamos de mass media USA y españoles, pero también europeos. Nuestros vecinos franceses le honoran. Parece pues, que el reino del baloncesto tiene una nueva capital en Minneapolis, y Rubio es el nuevo monarca.
Nos alegramos.
Posdata
El efecto Rubio incluso está pasando factura al resto de colectivo español que pulula por las arenas de los Estados Unidos...y Canadá. Sorprendentemente los hermanos Gasol han pasado a un segundo plano; la recuperación de Calderón parece que no tiene el mérito suficiente como para magnificarse y Rudy -otrora feliz compañero de Ricky en Badalona- es carne de subtítulo. Ni antes eran los Masters del Universo ni ahora segundo plato. Seamos capaces de ponderar en la justa medida. Todos lo agradecerán.