Revista En Femenino

De uno en uno

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe

Hace tiempo que tengo un tema pendiente, de esos que se te quedan semanas y hasta meses en la carpeta de borradores, y nunca tienes tiempo para darle el empujón y sacarlo. Y este mes de junio, por casualidad, me ha llegado la prueba y la razón para ponerme a escribirlo y demostrar lo que tenía en mente. La me ha dado la oportunidad de experimentar con mis mellizos... por separado.

Hace unas semanas, la pequeña Leia pasó una semanita en casa, por cortesía del virus varicela-zóster. Así que armados de paciencia, lápices de colores, rock n' roll, y cookies, nos dispusimos a disfrutar de la baja. La experiencia es agotadora, pero yo echaba de menos cuando aún no iban al cole y estaban todas las mañana conmigo. La pena es no haber podido bajar al parque a jugar, o dar más paseos. El asunto se complicaba por la logística de tener mellizos, ya que teníamos que llevar y recoger a Luke del colegio. Y justo 15 días después, llegó la Fase 2: con Leia ya sana, ahora es el pequeño padawan el que pilla el virus, como nos temíamos. Y esta vez bastante más virulento. De un día para otro se le cubrió medio cuerpo de pupas. Cambio de papeles, y vuelta a empezar.

De uno en uno

Por un lado, me daba un poco de rabia que no hubieran coincidido, y tener que pasar en dos ocasiones por el proceso. Pero por otra parte me alegro, así he podido pasar en dos ocasiones por el proceso. Me explico. Es extraño, pero incluso lo hemos comentado más de una vez en casa. Cuando estamos con uno solo de los mellizos, todo es distinto. Y no me refiero solo a la obviedad. Hasta parece que se comportaran de forma distinta, más manejables, y más colaboradores. Tras más de tres años con Luke y Leia con nosotros, pasar una mañana o una tarde con uno solo de ellos -para lo que quiero explicar da lo mismo cuál- es una especie de tiempo muerto. Sigue siendo agotador, pero con menor intensidad, como que te recarga un poco las pilas, un cierto aire de... ¿ descanso?

Supongo que una de las claves es justo eso, la intensidad, que afloja un poco en estas situaciones, y que nos permite dedicarle tiempo en exclusiva a cada uno, y dentro de nuestras posibilidades, ofrecerle a cada uno lo que necesitan de nosotros. Sin interferencias entre ellos. Como merecen y como debería ser. Es algo que siempre he tenido , pero rara vez podemos llevarlo a cabo. Y estas semanas, con la excusa de la varicela, sí he podido estar y disfrutar las mañanas con cada uno de ellos a solas. De uno en uno. Agotado también, pero con otra intensidad, y satisfecho. Esta semana ha terminado el curso y ya están de vacaciones, así que ahora sí que va a ser intenso.

Y es que como contestamos a veces cuando alguien nos pregunta sobre lo duro que puede ser criar a una parejita de golpe, "yo no sé lo que es criar a uno solo". Solo de vez en cuando. ¿A quién más -con o sin mellizos- no le ha pasado algo parecido?


Volver a la Portada de Logo Paperblog