De vez en cuando la vida...: gracias Juan Carlos

¡Hola a tod@s!
No acostumbro a hacer entradas de este tipo, pero algunas veces tengo la necesidad de contaros cosas, y en este caso la ocasión lo merece. 
Me temo que voy a ser incapaz de expresar bien todo lo siento, pero lo haré lo mejor que se pueda.
El 26 de Mayo quedé con Antonia J. Corrales para conocernos en la Feria del Libro de Madrid y, de paso, estar un ratito con Eva García Sáenz, la autora de La Saga de los Longevos. Cuando llegué donde habíamos quedado me dijo que también lo había hecho con otro lector y que me iba a caer genial. He de confesaros que pensé: ¿para un rato que tengo para estar con ella la he de compartir? Seguro que el tío es un capullo integral.
Llegó la persona en cuestión, me lo presentó, nos pusimos a hablar los tres, y, de las pocas veces que me ha pasado en mi vida, me quedé muda oyéndolos a los dos: tenían tantas cosas que contar y tan interesantes, que lo mejor que podía hacer era escuchar.
Juan Carlos González Montes, que así se llama, le llevó un libro para que se lo dedicara y le regaló unas libretitas preciosas. Desde ese día, no nos hemos vuelto a ver, aunque hemos hablado alguna vez sobre libros.
Cuál no sería mi sorpresa, cuando el lunes 25 recibo un correo por Facebook de Juan Carlos en el que ponía Pregunta mañana al llegar al trabajo, si tienes algo para ti... Espero que si... y además que te guste... Seguro que si... ya me cuentas... Me dejó intrigadísima.
Al día siguiente, nada más entrar por la puerta, Pablo, uno de mis compañeros, me dijo: ayer trajeron una cosa para ti. Está en tal sitio. Cuando vi el tamaño pensé: es una libreta como las que le regaló a Antonia. Pero cuál no sería mi sorpresa cuando vi ¡¡¡que está personalizada!!!: la portada con la hadita del blog, el canto con mi nombre y la contraportada con el escudo de mi Atleti.

Además, había una notita, en la que me pedía que, igual que Antonia utilizaba las suyas para escribir sus novelas, yo la utilizase para hacer las reseñas. Pero no. Es tan bonita que va a quedarse guardada como un preciado tesoro.

Mi compañero seguía insistiendo para que le contase quién era esa persona y si estaba engañando a eliott. Y entonces, sin pensarlo, contesté: la persona que me hizo la foto en la que, por primera vez, eliott opinó sobre mi físico (aunque había visto montones de ellas, el muy cabrito jamás hasta entonces había dicho ni mú). 
Desde aquí, Juan Carlos, muchas gracias por este regalo, pero también porque, esa foto que tú nos hiciste, fue la que me llevó a decirme: ya está, por fin ha opinado (para los que no conozcáis la historia, os hago un resumen: eliott y yo nos conocimos por Twitter hablando del Atleti; para que luego digan que el fútbol no sirve para nada, jajaja!).
Ni te imaginas todo lo que te debo. No había vuelto a pensar en ese detalle, pero el otro día, al tener que explicar quién eras para que mi compañero dejase de insistir, me di cuenta de que tú también habías contribuido a que la relación entre eliott y yo saliese adelante.
Algunos, como Mientrasleo, me conocéis físicamente porque antes tenía fotos en Facebook y en Twitter. Otros, como Tatty, porque coincidimos en el evento de Follett. Para los que no, aquí tenéis la foto en cuestión, acompañada de una de las más grandes: Antonia J. Corrales.

Y, como dice Serrat en la canción que da título a esta entrada, De vez en cuando la vida, nos besa en la boca...En mi caso lo lleva haciendo un año, porque no dejo de encontrarme con gente maravillosa, como Juan Carlos, como Antonia y como todos vosotros.
Es un lujo para mí que todos, de una u otra manera, forméis parte de mi vida.
Besindios.