DEBATE SOBRE LA COLEGIACIÓN OBLIGATORIA (y II)

El uso de la red nos llevó este año hasta Twitter. Dejamos constancia de ello con una entrada. Ya son muchos trinos, que nos han servido para contactar virtualmente con un reducido pero activo grupo de fisioterapeutas microblogueros. En uno de los últimos intercambios de mensajes resurgió el tema de la colegiación obligatoria. Ello nos ha incitado a volver a escribir unas líneas, de nuevo.

Como dijimos en Twitter (@fisiobitacora) ya expresamos hace casi 4 años, en 2009, nuestra opinión sobre la colegiación obligatoria (http://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2009/01/28/debate-sobre-la-colegiacion-obligatoria/). En aquel momento fuimos un tanto evasivos con una respuesta clara. Ahora, como entonces, pensamos que en el caso concreto de la Fisioterapia la colegiación la beneficia en tanto que disciplina. Creemos que, para bien o para mal, la discrecionalidad de la adhesión a una asociación de estas características, implicaría una disminución radical del número de colegiados. Me baso en algo tan subjetivo como nuestra percepción de que somos una profesión poco participativa, poco dada al corporativismo “positivo”, con bajas tasas de sentido de pertenencia entre sus profesionales. Pero también en datos demoledores, al menos en el caso de Madrid. En las asambleas ordinarias del Colegio de mucho más de 7000 colegiados apenas acuden una treintena. Una proporción más baja que la de las reuniones vecinales. En las últimas elecciones apenas votaron unos 300 colegiados. Además, entre muchos colegas se escuchan críticas desinformadas, poco constructivas, sobre el Colegio.
Aunque pueda parecerlo no formamos parte del Colegio de Fisioterapeutas más que como colaborador (no remunerado), con artículos para su mensual informativo.
No creemos que se deba obligar por obligar. Hay razones de peso “oficiales” para este requisito en las profesiones. Remitimos a los colegios para que se las expliquen. Lo que nos hace posicionarnos más allá del “brindis al sol” de 2009 es el convencimiento de que nuestra profesión y sus miembros somos muy vulnerables y estamos ante retos de calado que determinarán nuestro futuro. Sin organismos representativos con capacidad de liderazgo y con un respaldo mayoritario no se podrán dar determinados pasos ante la Administración. Carecemos de la tradición y el respeto de otras profesiones, cuyos colegios tendrían fuerza incluso si no tuvieran una colegiación mayoritaria. No veo, sinceramente, que otro tipo de asociaciones o sociedades con adhesiones parciales del colectivo, tengan la fuerza para afrontar retos y demandas trascendentales. Aunque, sin duda, su contribución sea importante.
En definitiva, los Colegios y el Consejo General han de ser instrumentos al servicio de la Fisioterapia. Y no vemos otra razón de su ser. Pueden ser prescindibles, por supuesto, aunque, actualmente, no hay alternativa para manifestar los anhelos, los deseos, las demandas y para defender a la profesión. Pero, evidentemente, ello va acompañado de la exigencia de eficiencia, eficacia, transparencia, democracia y compromiso. Y también hemos de ser capaces de reconocer el esfuerzo, en general no compensado, de los que trabajan en los Colegios; de interesarnos por la posibilidad de contribuir de alguna forma, aunque sea puntualmente;  y de criticar informada y constructivamente.

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