¿Debo aceptar ir a una fiesta infantil?

Muchas veces hay que ponerse en la piel del otro o de la otra y ese es uno de esos momentos. Cuando invitan a nuestro hijo a una fiesta infantil a veces incluso por quedar bien, los organizadores sugieren a los padres que pueden venir a tomar café o un trozo de torta.

Foto bajo Creative Commons de wendypan

Para empezar hay que pensar que quién realmente está invitado a la fiesta es tu hijo o hija. 

Por tanto el organizador no espera precisamente que le junten todos los padres en la fiesta (me imagino un piso pequeño con críos y padres a la vez). 

El organizador/a piensa en que vengan niños y como se lo van a pasar bien y que no que vengan los padres.

Si te apetece dar una vuelta a ver qué tal está el ambiente, puedes yo te recomiendo que estés 5 minutos o 10 cuando tu primogénito acuda a la fiesta o al final. Si decides quedarte por una u otra razón, es recomendable que ofrezcas tu ayuda a los organizadores. 

Preguntar si se necesita ayuda durante la tarde es una buena opción.

En una fiesta infantil especialmente si es en un domicilio particular normalmente siempre faltan manos. Por tanto, se discreto y procura no disponer del tiempo que los demás dan a tu hijo para ti.

Si los niños son muy pequeños, a lo mejor sí que se hace necesario más de un colaborador. Cuando los críos son más autónomos es posible que  lo mejor para todos sea desaparecer cuando dejamos a nuestra hija/o en la fiesta y volver a recogerla/o. 

Piensa que además tu retoño puede bloquearse y no comportarse de la misma manera. Puede no participar en juegos, cohibirse o todo lo contrario, intentar destacar más de la cuenta. 

Ninguno de nosotros se comporta de la misma forma delante de otras personas sean o no nuestros hijos.