Revista Infancia

Decálogo de la alimentación saludable para los niños

Por Alsalirdelcole @alsalirdelcole

Actualmente el término de alimentación saludable es ampliamente utilizado por los pediatras. Y, ¿a qué nos referimos con alimentación saludable?, pues a una dieta adecuada a las necesidades de cada niño, según la etapa de crecimiento en la que se encuentre, que le permita estar sano y prevenir enfermedades crónicas muy frecuentes en nuestra sociedad actual, como la obesidad, enfermedades del corazón, alteraciones del colesterol, diabetes… Esta dieta debe ser variada y equilibrada, y por supuesto debe tener en cuenta los gustos del niño.

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Igual que sabemos que es mejor prevenir que curar, pues será mejor y más fácil insistir con paciencia en la alimentación de nuestros hijos para que adquieran unos hábitos adecuados desde pequeños, que luego intentar corregirlos. Para ayudarnos en esta tarea y con el objetivo de promover una alimentación saludable entre la población infantil la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha presentado el decálogo de la alimentación.

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Decálogo de la alimentación saludable para los niños

  • Una alimentación completa y equilibrada mantiene la salud y previene las enfermedades, y se consigue con una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos. Si los niños comienzan desde que son pequeñitos a comer de todo, se acostumbrarán a hacerlo así para siempre.
  • La dieta mediterránea es muy sana. Consiste en comer muchos vegetales (frutas, verduras, legumbres y hortalizas), cereales (pan, pasta, arroz) y más aves y pescado que carne roja. Y cocinar con aceite de oliva, usando poca sal, la cual preferiblemente que sea yodada.
  • Es bueno repartir lo que se come en cinco comidas: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. En la media mañana y la merienda lo mejor es ofrecer una pieza de fruta fresca o un bocadillo que un zumo envasado o bollería industrial. La cena debe ser ligera. Y no hace falta comer más entre horas, nada de “picar”.
  • Recordad que los niños aprenden a comer imitando a los mayores. Es mejor comer despacio, masticando bien los alimentos, sentados en la mesa y siempre que sea posible disfrutando en familia. No se debe comer con la televisión, porque el niño mal comedor se distrae fácilmente y no come; y el que come mucho, lo hace sin darse cuenta de la cantidad que toma.
  • Para empezar el día con energía y para ir al colegio es fundamental un buen desayuno que debe contener: lácteo, cereales y fruta o zumo natural. Ayuda a mejorar el rendimiento físico e intelectual y a evitar la obesidad.
  • Todos los días se deben tomar frutas, verduras y hortalizas. Se recomiendan cinco raciones al día. Dos o tres deben ser frutas enteras y a mordiscos. Es mejor ofrecer como postre una fruta que un lácteo y no más de un vaso de zumo natural al día.
  • El agua es la única bebida necesaria y más sana que cualquier zumo, refresco o batido.
  • Evitar la comida precocinada (lleva más grasa y sal) y los alimentos con grasa saturadas, trans o hidrogenadas y los aceites de coco y palma (se deben leer las etiquetas de los productos que consumimos habitualmente). Los dulces y aperitivos salados deben tomarse con moderación. Cocinar más veces a la plancha, al horno o al vapor  y menos fritos, empanados o rebozados.
  • Deja que tu hijo decida cuánto quiere comer. Los niños comen la cantidad que necesita su cuerpo, no la que a nosotros nos parece adecuada o queremos. Es mejor ofrecer que obligar. No utilizar la comida como castigo ni premio.
  • Realizar una hora de ejercicio todos los días: correr en el patio, ir andando al colegio, pasear, subir las escaleras, andar en bici… Además varias veces a la semana conviene hacer un poquito más de deporte, y mejor en compañía.

En los primeros años de vida es cuando se aprenden los buenos hábitos en relación con la comida, así que lo mejor es poner cuanto antes en práctica estos consejos


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