Revista Opinión

(De)cenas de navidad

Publicado el 23 diciembre 2010 por Observadorsubjetivo
votarHe estado estos últimos días buscando un tema más o menos relacionado con la navidad, para celebrar de alguna manera estas mis "vacaciones de invierno". Como soy de natural descreído, por supuesto obviaré el significado católico de las mismas... así que, si renuncio a lo evidente, debo buscar otro tema... algo que caracterice como casi ninguna otra cosa, "estas fechas tan señaladas"... ¿el árbol de navidad? ¿Santa Claus? ¿la lotería? ¿la iluminación callejera? ¿El Corte Inglés? no... aún mejor... ¡¡las cenas de navidad!!
Y es que pocos eventos marcan en la empresa tanto la navidad como la típica cena (copa si tienes suerte y comida si tienes mucha, mucha suerte) con tus compañeros de trabajo, tus proveedores, tus clientes, tus jefes... Prácticamente desde que comencé a trabajar tuve la ocasión o la obligación (según el caso) de asistir a estos eventos... y digo "tuve la ocasión" porque también es cierto que muchas veces conseguí escaquearme (además de descreído con la religión también lo soy con los actos de "team building" no deseados). He de reconocer que me molestaba tener que renunciar a unas valiosas horas de vida personal por un acto / evento que en casi nada repercutía en mi vida laboral real; siempre proponía hacerlo a la hora de la comida, no siempre con éxito. ¿A alguien le aporta realmente ver a su jefe y/o compañeros con más alcohol en sangre del legal para conducir? A mi, no...
(De)cenas de navidadY, cuando tuve mucha suerte, conseguí asistir sólo a comidas... pero, claro, aquí como siempre, en la moderación está la virtud. Reconozco que sí me gusta salir a comer a buenos restaurantes, y trataba de aprovechar esta oportunidad... pero tres o cuatro "comilonas" en una semana son demasiadas incluso para mi. Y es cierto lo que dice el saber popular: lo poco gusta, lo mucho cansa.
Eso por no hablar de los restaurantes que se aprovechan del exceso de demanda (bueno, estos dos últimos años, se nota que menos) para darte una comida infame a cambio de un precio abusivo...  ¿por qué tengo que cerrar un menú previamente para una comida de seis o siete personas cuando en cualquier otra fecha comeríamos simplemente a la carta, por el mismo precio?
Lo cierto es que ahora que tengo la responsabilidad de organizar o no la comida (nunca cena) de mi equipo, me apetece hacerlo. Además, creo que en los dos últimos años ha salido bastante bien... comemos todos juntos, muy cerca del trabajo, un viernes para no tener que volver después "al tajo", y paga la empresa. Como el ambiente es bueno y parece que nos lo pasamos razonablemente bien, mientras pueda, seguiré organizándolo igual... un rato (corto) tranquilo, con la idea de charlar un poco e irnos luego a seguir con nuestras vidas.
Un abrazo a todos los que os pasáis por este blog, y que tengáis sólo cenas o comidas agradables, deseadas, digestivas, y no demasiado largas. ¡¡ Buenas vacaciones !!
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