Después de unos días de descanso, de pensar ya en primavera o incluso vacaciones o de sencillamente apreciar esa hora de mas que tendremos de luz al final del día, llega el momento de desperezarnos, de poner marcha a la semana, y de como no…empezar a añadir una decoración primaveral a nuestras casas. Espacios que empiezan a plagarse de flores, de estampados con motivos florales, y quizás, con un golpe de color intenso con el que rendir cada rincón.
Para ello, no se me ocurre mejor manera que hacerlo desde el ecléctico interior y lleno de personalidad de esta vivienda de Brooklyn. Un lugar que ama la arquitectura clásica, los detalles elegantes pero que se mezcla con ese toque rejuvenecido y fresco de sus propios dueños.
Un lugar que se merca no solo por una clásica distribución, de esas que hemos visto en cientos de películas, si no, por tener ademas, no una ni dos… si no tantas chimeneas casi como habitaciones. Un detalle que lejos de convertirse en un problema, le añade mayor elegancia al espacio, dejando que se vea como algo único y aprovechando esto como foco de cada estancia.
Haz de los retos, una ventaja. Dale la vuelta a ese inconveniente y focaliza destacándolo. Así lo integraras mas en el espacio.
Sin duda, un espacio que se marca por mucha personalidad, por un aire elegante y donde los pequeños recuerdos, o complementos de cada cual, hacen que posea ese toque artístico y plástico que tanto se admira en decoración.
Y vosotros ¿creéis que es una espacio muy creativo? o ¿preferís mayor sobriedad?
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