Revista Comunicación

del archivo chatarra: a diez años de la gloria

Publicado el 27 diciembre 2011 por Libretachatarra
super chatarra special
Fue el último editorial de la primera época del “Super Chatarra Special”. Lo pueden releer cerrando el archivo de texto que compendiaba los editoriales, con el número de la edición: “#92”:
http://www.superchatarra.com.ar/edanteriores/artcesto/editorial.zip
En un país en llamas, con un futuro oscuro, el equipo de mis amores nos daba el bálsamo de paz del que carecía el contexto social. Racing salía campeón después de 35 años de sequía. Racing, al borde de la desaparición, resurgía.
No alcanzó una cancha para festejarlo. Y en el futuro nos iba a estar esperando unos cuantos años de sufrimiento más. Pero la pasión, como en todos esos años de ausencia estelar, seguía intacta.
A modo de homenaje a ese equipo picapedrero que dejó jirones en la cancha y se subió a la Gloria, seleccionamos algunos párrafos de ese editorial y una picadita de los chistes que nos hacían a los académicos en esos años desiertos de títulos.
(Un apunte lateral: releyendo el editorial, recordábamos algunas cosas de la prensa deportiva de esos días que ya habíamos olvidado. Un supuesto video con el soborno de un partido, eventuales fallos arbitrales favorables, intento de pasar el campeonato a febrero de 2002 (nobleza obliga: Julio Grondona fue quien declaró que la última fecha se jugaba en diciembre). Llama la atención que, a una década, vuelvan las teorías de la conspiración. Un libro publicado aprovechando el aniversario, sugiere que Ramón Puerta (a la sazón con la Presidencia de la Nación) “necesitaba” que Racing saliera campeón para que no hubiera convulsión social. Por eso Brazenas (árbitro que culminaría su carrera con la “perla” Vélez – Huracán) se comió una posición adelantada en el único gol de Racing con la ayuda del juez de línea. Por supuesto, suelen ser los mismos periodistas que no vieron penal en el choque entre Orión y Teo Gutiérrez en el último Boca – Racing. Cosas que, los hinchas de Racing, sabemos que nos sucede a menudo).
Por otra ilusión más, para este 2012: vamos Racing que seguimos creyendo.
la Acade
villa del parque, 31.12.01
Porque es la ley del fútbol. Cuando los jugadores venían a entrenar en colectivo, les podía pedir cualquier sacrificio. Cuando empezaron a llegar en sus autos particulares, ya no eran los mismos. Quedó una bandera. Algún día se van a juntar tres, cuatro, cinco buenos jugadores, y si son humildes, Racing renacerá...
JUAN JOSÉ PIZZUTTI

Uno de mis primeros recuerdos es un vasito de plástico, con una bombilla adosada en un lateral, que exhibía, orgulloso, una calcomanía descascarada del Racing campeón del mundo del 67. Quiero creer que allí bebí la primera leche del sentimiento racinguista acunado entre las alas mistongas de un tristón ángel albiceleste.
Uno cambia de amigos, de esposa, de barrio, de trabajo, pero sólo hay dos cosas que no se cambian en la vida: la vieja y la camiseta. Racing me dio mas sinsabores que alegría y, sin embargo, no hay manera de disimular el orgullo que encierra ser hincha de la Acade, así, familiarmente apocopado, con cariño, como llamamos a las cosas que son parte nuestra, entrañables, imprescindibles.
Hubo una tarde en que una síndica anunció, muy alegremente, que el Racing Club de Avellaneda había dejado de existir. Y nos pareció la peor pesadilla, la burla final, el puñal hundido hasta la empuñadura. Porque ya habían vendido el país, nuestro futuro y todos nuestros sueños. Pero, la Academia, ¿no era demasiado?
Al domingo siguiente, cuando nos habían prohibido jugar, los racinguistas produjeron una manifestación de fe que hizo reventar de orgullo al alma académica, mucho más que la gloria efímera de cualquier campeonato: se llenó el Cilindro Mágico para ver una cancha de fútbol vacía. En los otros estadios estaban los demás equipos, los que jugaban por los puntos; en Avellaneda estaba el record de asistencia del campeonato.
Aún a la distancia, esa epopeya eriza la piel, porque con esa fe ciega, en esa exhalación de pasión, la hinchada racinguista ofrecía, una vez más, el corazón, en un tozudo acto de amor y de coraje. “Racing es como el país”, se dijo en más de una ocasión. Y en el crepúsculo de la fiesta menemista, esquilmado por sus dirigentes, endeudado millonariamente, sin equipo, sin poder jugar, al borde de la muerte, en una metáfora celeste y blanca, Racing mostró que lo único que tenía era su gente.
No había otro plantel que hubiera tenido más derecho a cortar con 35 años de malaria que este Racing de 2001. Tras tantas estrellas pretenciosas que pasaron con más pena que gloria por el club, que este grupo de picapedreros, esta ráfaga de voluntad incansable, estos once corazones bombeando en un pecho de grama y cal, se metieran de prepo en la historia académica, es un acto de estricta justicia cósmica. Venían golpeados, del ascenso, de las inferiores de un club en quiebra, de fracasar en otros equipos o de vegetar en el banco de suplentes. Con modestia, armándose en el camino, se treparon a la punta siguiendo el lema de Mostaza: paso a paso.
(…)
Es cierto que este Racing no pasará a la historia como un equipo vistoso, de juego depurado y asociado. Se lo recordará por su garra, para dar vuelta partidos perdidos, por su dignidad para no bajar los brazos en ningún momento, por su voluntad solidaria para sacar resultados ante rivales claramente superiores.
(…)
En un ramalazo de aire puro, el Obelisco fue testigo del festejo en paz de los hinchas racinguistas, en el mismo lugar en que siete días antes la Federal intercambiaba proyectiles con manifestantes y delincuentes. Picos y valles de un país ciclotímico, la epopeya de Racing fue una de las pocas cosas buenas de este 2001. Gente tirando para un mismo lado, con la misma camiseta, dejando el alma, jugando cada pelota como si fuera la última, soportando todo y creyendo, sobre todas las cosas, creyendo que aspirar a la gloria no es una quimera. Metáfora celeste y blanca, sueños de grandeza que se creían perdidos, creerse muerto y descubrir que se estaba más vivo que nunca.
(…)

chistes de Racing A.C. (antes de ser campeón)
¿Cómo le dicen a Racing?
Ra... sin club.
No obstante. Para no decirle "sin embargo".
Crónica. Todos los titulares son muertos.
Sorpresa y media. Lo ves diez minutos y llorás.
Ruta 14. Todos los fines de semana, una tragedia.
Cantinflas. Después de muerto sigue haciendo reír a la gente.
Trineo de Santa Claus. Adelante tiene dos de palo, en el medio son cinco perros y atrás son tres de madera.
Hielo continental. No entra en ninguna copa.
Abuelo de vacaciones. Va con los chicos y peleando atrás.
Che Guevara. Murió hace 30 años y cada vez tiene más hinchas.
Titanic. Todo el mundo lo va a ver pero ya saben que se hunde.
Arroz con leche. Porque tiene que pedir permiso para ir a jugar.
Camión viejo. Da pena cargarlo.
Televisor coreano. No hay técnico que lo arregle.
Dinosaurios. Antes eran grandes y ahora no existen.
Cometa Halley. Da una vuelta cada 70 años.
Iglesia abandonada. No tiene cura.
Pastor Evangelista. Llena la cancha de fieles y los hacen llorar.
Papá Noel. De chico te ilusiona y de grande te das cuenta que no existe.
Martín Karadagian. Ni los chicos se creen que alguna vez fue campeón.
Balsa. Porque son un montón de troncos a la deriva.
1er. acto: Racing campeón.
2do. acto: Racing campeón.
3er. acto: Racing campeón.
¿Cómo se llama la obra? Misión imposible.
¿Cuál es la diferencia entre un póster de Racing campeón, y el de cualquier otro equipo?
El de cualquier equipo es a color.
En Avellaneda sacaron una promoción nueva para hinchas de Racing: los autos se los venden sin bocina, total no festejan nunca.
1er. acto: Racing campeón.
2do. acto: Racing nuevamente campeón.
3er. acto: Racing otra vez campeón
¿Cómo se llama la obra? Misión imposible 3.
Los socios de Racing le dicen al interventor:
-Señor, ya no queremos tener pileta en el club.
-Cállense y sigan escupiendo.
A Lalín le dicen “aguarrás”: de lejos parece solvente.
http://www.superchatarra.com.ar/edanteriores/artcesto/palito.zip

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