Revista Arquitectura

Del aserradero a la lija fina, pasando por la sierra y la fresadora

Por Luissantalla

El proceso de transformación que sufre la madera, desde su extracción hasta la puesta en obra es todo un largo camino lleno de oficios tradicionales reinterpretados, formas de trabajo reinterpretadas que convierten la carpintería tradicional en una nueva técnica a la vanguardia. Podríamos decir que los oficios tradicionales están en vías de extinción, pero para nada, el saber tradicional se mantiene, quizás lo que está desapareciendo es el trabajo monótono de una mano habilidosa, llevando la repetición y la monotonía al trabajo de máquinas, dejando la habilidad a la parte del diseño.

Hoy en día las herramientas eléctricas buscan sustituir al formón y a la trencha, al cepillo manual, convirtiéndose en herramientas indispensables en cualquier carpintería. Una de las novedades de nuestro tiempo es la automatización, el recuento y el control numérico de las piezas que fabricamos. La trasformación de la madera, sobre todo cuando se hace con certificados de calidad, con certificados de origen del producto, identifica a cada elemento, siendo un número o un código más en la cadena de transformación. En España estamos adoptando de alguna manera otras formas de explotación, cuidando más la reforestación, pudiendo esta ser controlada igualmente y permitiendo un equilibro que por el momento está balanceándose de forma agitada.

El primer punto de tranformación del árbol pasa por el aserradero. Las grandes sierras empiezan a «escuadrar» los troncos de madera, pudiendo hacer vigas o tablones, que posteriormente serán listones, tablas o láminas, que podrán utilizarse directamente como madera maciza o como parte de nuevos elementos fruto de la agregación de diferentes listones o láminas, como son las maderas laminadas y los contrachapados.

Del aserradero a la lija fina, pasando por la sierra y la fresadora
diseño contemporáneo frente a la construcción tradicional – imagen propia

Herramientas eléctricas esenciales para carpintería
Una vez que la materia prima se ha convertido en un elemento con caras rectas es cuando empieza su transformación gracias a herramientas para madera que nos permiten cortar de forma precisa, perforar, lijar… para obtener las dimensiones y el acabado que deseamos. Cuando trabajamos con madera recién cortada debemos de tener en cuenta su grado de humedad, y lo que ello implica: los elementos de corte y perforación pueden sufrir con elementos húmedos y que las dimensiones finales de la pieza una vez seca pueden alterarse, apareciendo con el tiempo alabeos, fisuras y grietas… Como recomendación, utiliza la madera lo más seca posible, que haya sufrido secados naturales, prolongados en el tiempo, evitando, en la medida que puedas, utilizar maderas «verdes» que seguirán moviéndose una vez hayan sido colocadas.

Si eres un enamorado del aspecto tradicional de la madera maciza aserrada sigues siendo bienvenido! Parece que el oficio está derivando en la transformación y montaje de elementos perfectamente escuadrados y planos, pero nada mas lejos, las herramientas modernas también permiten trabajar con piezas irregulares y mantener su aspecto rugoso, irregular, con defectos, y porqué no decirlo también, con su encanto.

Elección de las herramientas adecuadas para el oficio de carpintero

Lo primero que asociamos a un carpintero es una sierra y un martillo. Parece que con esas dos herramientas todo es posible, y prácticamente sí, pero hay que abrir el abanico y definir los tipos de sierra y los tipos de herramientas de fijación. Está claro que una de las herramientas más importantes es la sierra, pero también el serrucho, la sierra circular, la sierra de arco, la sierra de cinta…

Para poder elegir una buena herramienta hay que conocer bien el lugar de trabajo. Buscas una herramienta para tener fija en el taller o para llevar contigo a todas partes. En función de esto podemos hablar de herramientas de taller, con su posición fija, con una gran precisión y potencia, y con un sistema de aspiración permanente, muy interesante en los locales cerrados. Si por el contrario buscas una herramienta portátil, fácil de transportar, debes de saber que puedes tener potencia, pero los cortes serán más imprecisos (las herramientas que cuentan con poca base provocan que las piezas queden peor rematadas)

Lo más habitual es poder llegar al destino con las piezas prácticamente elaboradas, donde solamente haya que montar, y si hay que hacer alguna pequeña modificación que sea con una herramienta precisa, como un cepillo eléctrico, o una fresadora , con herramientas que permitan hacer los ajustes de última hora.

Del aserradero a la lija fina, pasando por la sierra y la fresadora

Las herramientas que nos permiten hacer las uniones, como los taladros, que nos permiten perforar y atornillar deben de ser cómodos de manejar, tener la potencia adecuada (o un regulador de la potencia). La madera no siempre exige mucha potencia, que en muchos casos es contraproducente puesto que rompe la pieza. Siendo herramientas de precisión y potencia, no dejan de ser la modernización de las herramientas tradicionales que cuidaban el material.

Lo mismo sucede con las lijadoras y los cepillos que nos dan el acabado final. Una gran potencia puede hacernos perder la veta, que en muchos caso deseamos que sea marcada. Antes de lanzarte a comprar una máquina piensa en el tipo de uso que le vas a dar, en la potencia que necesitas, el los tipos de acabado que quieres, en si vas a necesitar cable, o no te importa que lo tenga…

Ante todo piensa en las herramientas eléctricas como la evolución necesaria de las herramientas tradicionales y en respetar los materiales como lo hacían los maestros ebanistas, que tenían una visión del reciclaje y del aprovechamiento del material y de los recursos a nuestro nivel, buscando la economía y el buen hacer. Que las herramientas no te hagan perder la referencia de un producto final lógicamente construido.


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