por Verónica Sánchez y Alejandro del Castillo (n´UNDO)
La ciudad, entendida como civitas, es a la vez el complejo de actividades humanas de una
sociedad local (cives) y el escenario
físico donde esta acción tiene lugar (urbs).
Esta agrupación, desde las primeras uniones
tribales hasta la polis griega o la actual metrópoli se ha mostrado como un
organismo evolutivo cada vez más complejo, capaz de garantizar necesidades
diversas para los diferentes pobladores. En esta unión de la ciudadanía siempre
ha existido el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de
los fines de la vida de sus integrantes. Esos logros se conseguían por medio de
las relaciones sociales en el espacio públicos de los ciudadanos. Esta unión,
esta polis social, ha necesitado principalmente del conocimiento, de la razón
natural, para irse conformando más diversa y compacta, más inclusiva. Ese
conocimiento no es sino «el arraigo en el tiempo por el ejercicio de las
facultades intelectuales de la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas»
(RAE).
La sustitución del espacio público por el espacio
tecnológico no parece tener como fin el continuar ayudando a la ciudadanía en
la consecución de sus objetivos o dicho de otro modo, a mejorar su vida
satisfaciendo sus necesidades, sino más bien a contribuir a generar unas nuevas
e innecesarias al servicio de las compañías fabricantes y suministradoras de
ese nuevo espacio (un)smart.
Creemos por tanto, que la denominación smart (inteligente) para una ciudad, no
es sino apuntarse el tanto de la redundancia, de explicitar lo evidente. Del
mismo modo presentar la tecnología como solución al problema de la
sostenibilidad y el consumo ilimitado, es no entender que sostenibilidad es la
explotación de recursos por debajo de su límite de explotación. La eficiencia inteligente
es simplemente consumir mejor la energía.
La realidad de estos proyectos de ciudad no es
otra que la de generar nuevos espacios de consumo y publicidad, unas ciudades
eficientes de falsa sostenibilidad que utilizando, no el término coloquial que
el diccionario define como showing a
quick-witted intelligence, en español, ser listo, vivo (lo que son las
empresas detrás de estos proyectos), sino la primera definición, creemos y
esperamos que sean solo fashionable and
upmarket projects que se queden en las revistas de lo posible y no deseable
del urbanismo de principios de siglo.
Verónica Sánchez y Alejandro del Castillo forman n´UNDO
http://www.nundo.org
Créditos de las imágenes:
Imagen 1: Dark City (fuente: http://agraphiablog.blogspot.com.es).
Revista Arquitectura
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