Revista En Femenino

Derribando Mitos: Colecho

Por Mamikanguro @MamiKanguro

El dormir con los hijos en la misma cama (colecho) es una elección de cada familia. Para poder elegir, creemos que la información es fundamental, la información empondera; especialmente cuando se trata de temas sobre los que todos opinan y sobre los que existen tantas ideas muchas veces sin argumento. Por eso compartimos con ustedes los mitos más arraigados y difundidos sobre el colecho.

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¿Porqué está tan mal visto el colecho en nuestra sociedad?

Somos muchas las familias que hemos podido comprobar lo mal visto que está el colecho en nuestra sociedad. Los
motivos son muy diversos: mitos extendidos por las prácticas temerarias de padres irresponsables o desinformados,
alegaciones acerca de la vida íntima de los padres, el ritmo de trabajo que marca la sociedad occidental, etc.…. No
dejan de ser mitos que se han extendido en todas las clases de nuestra sociedad, y que hacen sentir mal a los padres
cuyo instinto les anima a practicarlo con sus hijos.

Lo explica muy bien James McKenna, profesor de antropología y Director del laboratorio sobre comportamiento
del sueño madre-bebé de la Universidad Notre Dame de Indiana en su estudio “Why we never ask “Is it safe for
infants to sleep alone?” (¿Porqué nunca nos preguntamos “Es seguro para los niños dormir solos”?)”:
Las retóricas malintencionadas, los juicios de valor, las presunciones erróneas y la confianza en datos
anecdóticos, han ejercido un papel influyente sobre los defensores del “anti-colecho”. Por ejemplo, las claras
distinciones entre colecho y prácticas peligrosas de sueño han sido ignoradas, y las desafortunadas cifras de esas prácticas inadecuadas (se refiere a colechar sin seguir unas normas de seguridad básicas), han sido utilizadas
para inflar las estadísticas mortales del colecho (practicado de forma segura).

Colecho y vida sexual

Si la vida sexual de una pareja depende de  mantener sus relaciones íntimas únicamente por las noches y en la cama matrimonial,decididamente, el colecho no va a ser el problema. El problema acá es otro. No culpemos al colecho. Existen otros momentos y otros espacios de la casa donde poder desarrollar una vida sexual activa, sin que eso se vea impedido por el hecho de dormir con los hijos. Aprovechemos el colecho para encender la imaginación, probar otros lugares de la casa. Se pueden sorprender de cómo van a ver resurgir las ganas.

Independencia y colecho

Dormir solo es una novedad para la historia de la especie humana. Antes las viviendas eran tan chicas  que en las  familias dormían todos juntos y a veces compartían el espacio con animales para darse más calor. El sentirse acompañado, seguro y contenido por las noches permite un correcto desarrollo psíquico y emocional de los niños, quienes maduran a su tiempo esa necesidad de protección. Estos beneficios se ven posteriormente reflejados en la constitución de personalidades más seguras y con una autoestima más alta en la edad adulta.

Colecho y Muerte súbita

Este mito es el peor para mi punto de vista. Los detractores del colecho aseguran que éste aumenta el riesgo a la muerte súbita, cuando en realidad existe un mayor peligro en dejar a un niño solo en una cuna, que en proporcionarle un entorno en el que duerma acompañado, con las debidas medidas de seguridad. Estamos de acuerdo con otros autores en que hay que tomar precauciones especiales para reducir el riesgo de accidentes
catastróficos. Sin embargo, la necesidad de tales precauciones ya no es un argumento en contra del colecho en su totalidad, y especialmente el compartir el lecho ya que los accidentes de niños estrangulados, asfixiados o muertos a causa del síndrome de muerte súbita suelen suceder en cunas donde los bebés duermen solos, y cuyo sueño no está debidamente supervisado.

Beneficios del Colecho

Pero el colecho, a pesar de lo que muchos se empeñen en hacernos creer, tiene múltiples beneficios. De hecho, es la forma que la naturaleza ha previsto para que los niños de todo el mundo descansen, teniendo cubiertas (con la ley del mínimo esfuerzo), sus necesidades más básicas sin necesidad de objetos variados destinados a suplir la figura paterna/materna: calor, contacto físico, alimento, etc.…. Por ejemplo, los bebés que duermen con sus padres, regulan antes los ciclos del sueño y aprenden antes a sincronizar la respiración y asemejarla a la de los adultos. Un gran beneficio que disminuye el riesgo de Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante.

Según Rosa Jové (psicóloga)*, tal como afirma en su libro “Dormir sin lágrimas” (Editorial La Esfera de los Libros, 2006) “El colecho favorece la regulación de la temperatura corporal por la noche. Los bebés cuando nacen no regulan su temperatura corporal. Por el día, sus padres les visten según el clima, pero por la noche, el calor de sus padres les mantiene estables. Por eso no es conveniente tapar excesivamente al bebé que duerme acompañado”.

De los estudios de McKeena, se obtienen resultados que nos indican que los bebés tienen apneas durante el sueño que en algunos casos pueden durar incluso 15 segundos, pero si el mecanismo automático de a respiración no se dispara por sí mismo, el niño se despierta y reinicia su respiración sin problema alguno. Este hecho es fácil que se produzca en las etapas de sueño ligero, y esta es la razón por la que los bebés no duermen profundamente como los adultos y tienen ritmos diferentes: Necesitan estar alertas para mantenerse vivos.

Según Mckenna el roce, el movimiento, el sonido de la respiración, la temperatura, el intercambio de gas carbónico
y las vocalizaciones del sueño del acompañante del bebé, ejercen una influencia positiva. La sincronización entre los ciclos de sueño madre-hijo cuando duermen cerca comparten la misma cama, aumenta la presencia de fases REM en ambos, incrementando así la alerta de la madre y la sensibilidad del bebé a cualquier movimiento de su madre, ayudando a disminuir y corregir los episodios de apnea. El SIDS (Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante) se presenta más en niños varones, con peso inferior al normal, prematuros, y entre los tres y cuatro meses de edad. McKenna también dice que cómo la postura natural que se utiliza en el colecho para amamantar es dejando al niño boca arriba tras haber mamado y con su madre de lado, en posición protectora, esto ya está siendo un factor protector para prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del lactante


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