Desde Alepo: “Vencer el mal a fuerza de bien”

El día en que celebrábamos a nuestra hermana carmelita descalza Teresa Benedicta de la Cruz, escribían esta carta nuestras hermanas de Alepo (Siria), otras carmelitas que están, como la propia Edith, afrontando los horrores de la guerra, del ansia de poder, de la barbarie. Ellas, como también hizo Edith, permanecen junto a los que sufren, con la fuerza que les llega de la oración. Y sus vidas son semilla de paz.

Hace unos días, divulgábamos en este blog un artículo sobre la comunidad de Alepo, en el que se daba a conocer su situación. La carta que hoy publicamos, escrita por una hermana de ese Carmelo, nos habla de sus esperanzas y sus temores. Las acompañamos con nuestra oración, y quienes puedan y lo deseen, también con la ayuda económica. Lo importante es que sepan que no están solas, sino respaldadas por su familia religiosa, y por tantas personas de buena voluntad.

+ Alepo, 9 agosto 2016 (Sta. Teresa Benedicta de la Cruz – Edith Stein)

Queridos todos:

Sabemos que muchos de vosotros os estáis interesando por nosotras. Confieso que no tengo valor para escribir; tengo un “bajón epistolar” ante la situación tan embrollada, confusa y dolorosa que vivimos desde hace días. Las noticias son muy contradictorias y no sabemos qué está pasando realmente, excepto que la sangre corre sin parar y la gente está cada vez más desesperada… Día y noche, se escucha el estruendo de armas de todo tipo. Tras atisbar un rayo de esperanza hace tres semanas, con la liberación de una zona de Alepo por el ejército sirio, todo el mundo está desmoralizado ante el retorno de la violencia y los ataques, de las armas y combatientes por todas partes… Lo más doloroso es no saber qué está pasando, ni qué destino nos aguarda…. Sin embargo, en la comunidad, nos sentimos sostenidas por una paz que proviene de lo más hondo y que nos asegura que a pesar de todo, estamos en los brazos del Padre y que Él no permite nada que no sea para nuestro mayor bien. Sin embargo, cada una tiene su día “de bajón” y ¡hemos de ayudarnos mutuamente para mantener la esperanza!

Desde hace una semana, están cortados los caminos para salir de Alepo (y para entrar) y los productos básicos ya no llegan, lo que aumenta el sufrimiento de la gente, ya de por sí tan empobrecida y contribuye a extinguir cualquier atisbo de esperanza en muchos corazones. Además, la electricidad y el agua están otra vez cortadas. ¿Os imagináis lo que puede significar esto en pleno verano de Siria, a pesar de las soluciones alternativas que se han implementado en los últimos meses?

Esperamos un milagro de nuestra Madre María en la fiesta de su Asunción: ¡que ponga en los corazones de los líderes un deseo auténtico de paz y de compasión por tantas personas que sufren sin fin!

Os agradecemos vuestro afecto, vuestra oración, y vuestra ayuda a distintos niveles. Lo apreciamos de verdad.

En la comunidad, decidimos (además de otras medidas) rezar el oficio de Vísperas todos los días por la paz en Siria. Espero que ello estimule nuestra atención, nuestro celo y toque el corazón de Dios…

Permanezcamos unidos en el Corazón de Jesús y de María, y ahí siempre podremos “vencer el mal a fuerza de bien”.

Vuestra hermana

Anne-Françoise de la Nativité