Frente al glamour del Starlite de Andrea Bocelli, Julio Iglesias o Lionel Richie, se han conocido denuncias sobre la posible ilegalidad laboral de los trabajadores contratados para el evento.
En 2014 algunos medios marbellíes publicaron que era habitual que los trabajadores de Starlite hicieran hasta 30 horas extras bajo el formato de ‘ayudas gratuitas’, lo que supuso 70 horas semanales.
Con todo, nadie – aún en la frondosidad del descontento existente en una de las ciudades más bellas de España – quiere perder su turismo de lujo y sus paseos marítimos repletos de mármol y puentes de madera sueca. Nadie quiere apostar por más desconsuelos, ya es suficiente con conocer que en mayo de 2008 había 7.864 parados y que hoy son 14.201, que en el mismo período hubo 9.525 demandantes de empleo y que hoy existen 16.476*. Sin embargo debemos decir que de acuerdo al índice GINI, establecido en el informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea)**, Marbella está entre los 12 grandes municipios españoles más desiguales o menos justos socialmente.
Sin duda Marbella es una de las mejores ciudades españolas para vivir, la seguridad ciudadana es altamente aceptable y su cosmopolitismo es más que evidente para el visitante: marroquíes, ucranianos, rumanos, italianos, rusos, argentinos, alemanes, franceses, colombianos, asiáticos, ecuatorianos o ingleses, garantizan la libertad de expresión, la independencia en el deambular diario y el respeto mutuo; pero junto a ello la gente se pregunta por qué desde 2013 se han marchado de esta joya del mediterráneo 3.339 personas***.
Muchos opinan que esa huida tiene que ver con el que los jóvenes se enfrentan a las peores probabilidades de desarrollo profesional, la ciudad está enfocada al jubilado de clase media y, que los trabajos que se ofertan son escasos, temporales, de bajos ingresos y poco atractivos.
Aceptando este escenario, debemos preguntarnos sobre el modelo de ciudad al que estamos yendo, los administradores políticos y económicos de Marbella parece que no han demostrado mucho acierto en este tema después de sus mesas sectoriales: el intento de crear edificios inteligentes o rascacielos o, establecer helipuertos en parajes naturales, han desconcertado a demasiadas personas.
Incluso los experimentos nacionales como la Golden Visa o residencia para millonarios extranjeros que compren una vivienda por valor superior a 500 mil euros, que realicen una inversión mínima de 2 millones de euros en títulos de deuda pública española, o de 1 millón en acciones de empresas españolas, no parece que hayan dado los resultados económicos esperados por los bolsillos de los de a pie.
La sensación del éxito del gobierno local, en la ciudad de las vacaciones eternas, se asemeja cada vez más al éxito económico de Rajoy.
En todo caso, como el arte de las reflexiones siempre es flexible, sumamos otro testimonio a nuestra valoración; el del Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos, invitados por el Ayuntamiento en agosto de 2014 para la redacción de una propuesta de un Plan Estratégico de Marbella 2014 – 2022****.
En la propuesta el colegio observó que los datos que presentaba el Plan General de Ordenación Urbanística de Marbella eran diferentes a los que aparecían en el observatorio de vivienda y suelo español; en números redondos el total de viviendas era de 110 vs 86 mil, respectivamente, en el total de viviendas principales era de 60 vs 38 mil y en las vacías de 23 vs 12 mil. Bajo este prisma ¿quién puede creer en un plan de ciudad consolidado?
El mismo informe habló de los bajos ingresos medios de las familias de Marbella, situándolos entre los 10.200 y 11.300€/persona, remuneraciones que impedirían acceder a pagos hipotecarios superiores a los 400€ mensuales, considerando a familias de dos personas remuneradas y precios de viviendas no superiores a los 90.000€ a pagar en 20 años.
Es, por decirlo de alguna manera, imposible aceptar que quien gana poco sea el responsable de no poder comprar siquiera una vivienda de protección oficial, amén de las complicadas trabas burocráticas por las que deben pasar incluso las empresas constructoras.
Pareciera que la diligente administración local se hubiera resuelto a soterrar las carteras marbellíes, prefiriendo preguntarse qué es lo más útil para los objetivos nacionales; un ejemplo final de ello lo hemos visto cuando hemos conocido que los de aquí pagamos la tributación per cápita más alta de España: 1.247€*****. [email protected]
* Observatorio Argos.
** http://www.fedea.net/renta/desigualdad.html
*** INE.
**** http://www.marbella.es/estrategia/el-plan/mesas-sectoriales/inmobiliario/item/download/29_db0fcc3d6665df0bdc507c480924cd65.html
***** Reforma fiscal y Haciendas Locales (el caso de Málaga) Jesús Rodríguez Márquez Profesor Titular de Derecho Financiero y Tributario. Instituto de Estudios Fiscales. Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es
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