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Desgracia

Publicado el 04 junio 2010 por Icíar
Desgracia
Escritor: John Maxwell Coetzee
Vuelvo otra vez al Premio Nobel J.M. Coetzee , que tanto me gusta, y que hasta ahora ningún libro me ha dejado indiferente, con éste en concreto ganó además el Premio Booker.
Desde el principio, me pareció muy interesante que la historia se desarrollara en Sudáfrica, concretamente en la Sudáfrica del pos-apartheid de los años 90. Cuando la situación del blanco cambia radicalmente en comparación a la época colonial, los negros adquieren finalmente sus derechos, y también habrá los que liberarán sus iras y rencores.
En este entorno se desarrolla la historia de dos sudafricanos blancos David Lurie, y su hija Lucy, ambos por razones diferentes tendrán que adaptarse: él, al paso del tiempo, a su declive físico; ella, a las nuevas reglas que rige el mundo rural, en Sudáfrica.
Así que ahí está David, profesor de 52 años, resistiéndose a perder su puesto en el mundo de los sentidos. De la noche a la mañana se da cuenta que ha perdido su ‘magnetismo’, pero el deseo ..... sigue teniendo deseo. Cómo alimentar ese deseo. No se avergüenza de su naturaleza. Como uno de los últimos coletazos vivirá una aventura amorosa compleja con una alumna de 20 años que acaba en escándalo. No se defiende. No puede, su defensa se basa en el «derecho del deseo». Finalmente tendrá que irse, deja la ciudad atrás, y se va para reponerse a la Sudáfrica rural, a la granja donde su hija vive sola.
Lucy, enamorada de esta granja del estilo de las fincas de la época colonial, dedica su vida a la granja y a los animales. La única ayuda que tiene es de un vecino negro que está abriéndose camino en esta nueva Sudáfrica. ¿Cómo seguir viviendo en un lugar que es tu vida y en la que no tienes ya cabida? Hay que adaptarse, y de qué forma, ya veréis ....
En esta adaptación psicológica de él, mucho tendrá que ver los acontecimientos que pasarán en la granja, y en las consecuencias que tendrán en la hija. Su cascarón se quiebra. Y una de las cosas que creo recordaré entre muchas otras cosas del libro, es el enfoque que el escritor  da al  significado de la violación, buscando su esencia, su verdadero significado. La violación sinónimo de asesinato, de sometimiento, palabras que en mí no explican nada, pero que en el libro queda tan bien expresado. Recuerdo que ya Amélie Nothomb en "Estupor y temblores", en su inteligencia, relaciona las vejaciones verbales públicas de un jefe cabreado, con la violación, en esa forma de búsqueda violenta de sometimiento.
Este libro está vivo. Tiene una fuerza que impacta. No hay ningún párrafo que no sea interesante. Coetzee consigue engancharte, llevarte a esta Sudáfrica y al mismo tiempo deleitarte en la realidad psicológica y filosófica de sus personajes, de una forma que hacía tiempo no encontraba. Ha sido un placer escucharles. Se hace corto. Y el final, de algún modo, es un final feliz.

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