Revista Salud y Bienestar

Desmintiendo a un mito: El placer de fumar

Por Rafaele

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Cuantas veces hemos escuchado o leído los placeres y las virtudes del tabaco: El placer de fumar. Escuchamos hablar del encanto que lleva consigo, y son afirmaciones que hacemos para no darnos cuenta que fumamos porque necesitamos la dosis de nicotina suficiente como para dejar de sentir el síndrome de abstinencia que provoca la falta de tabaco.

Encontré el otro día leyendo un artículo en un periódico una frase que no me faltan ganas de comentar:

Se trataba de una breve historia insertada en uno de los capítulos de una novela ambientada en la época victoriana donde uno de los protagonistas afirmaba:

“…reflexioné unos momentos bajo el placer de fumar al no saber como había llegado a ese pensamiento… me encantaba fumar, su seducción y su agradable sabor, el placer social que implica, como me hacía sentir… todo aquello era para mi demasiado romántico”

A la hora de comentar esta frase debo de realizar una afirmación previa: El autor de esta obra debe de rondar aproximadamente los 50 años y todavía recuerda su época de juventud de cuando se anunciaban marcas de tabaco en la televisión y salían vaqueros del oeste acompañados de bellas mujeres.

El marketing de la industria del tabaco de los años 70 al autor de este escrito le dejó una “enorme huella“.

¿El placer de fumar?

Analizando la frase anterior, vemos las siguientes afirmaciones:

  • …el placer de fumar…
  • Me encantaba fumar
  • La seducción de fumar
  • Su agradable sabor
  • Placer social
  • …como me hace sentir el tabaco
  • El tabaco y el fumar es romántico

Ante esto, solo cabe realizar una serie de matizaciones:

El placer de fumar: Fumar no es ningún placer. Fumas porque necesitas la dosis de nicotina suficiente como para dejar de sentir el síndrome de abstinencia que provoca la falta de tabaco. Sería como afirmar “el placer de consumir una droga” para el drogadicto que la consume.

La seducción de fumar. Si vamos al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y vemos el significado de “seducir” comprobamos que…

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“Seducir: Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo”.

En este sentido, estamos efectivamente seducidos por el tabaco, por la nicotina y por todos los demás componentes que contiene un cigarro.

Su agradable sabor. El tabaco no tiene un sabor agradable. No sabe ni huele agradablemente, y eso lo sabemos al poco tiempo de dejar de fumar. Cuando dejamos de fumar, basta con que pasemos por un lugar donde hay fumadores (como pueden ser las puertas de los restaurantes) para darnos cuenta de lo mal que huele el tabaco.

Placer social. Tenerte que salir a la calle en medio de una reunión con los amigos en un restaurante o llegar a casa de algún amigo y que te pidan por favor que no fumes, son suficientes ejemplos como para darte cuenta que socialmente, fumar no es un hecho que esté bien visto. Dile a tu amigo aquello de “el placer de fumar”.

Puebra a hablarle del placer de fumar a un amigo que no fuma y detesta el humo del tabaco que se le pega a la ropa cuando está con fumadores, a ver que te dice.

-…como me hace sentir el tabaco: Fumar no hace sentirte ni bien ni mal, lo que si de verdad te hace sentir mal es querer dejar el vicio de fumar y no ser capaz de dejarlo; eso si que nos hace sentir mal.

El tabaco y el fumar es romántico. Eso sería equiparable a realizar las siguientes afirmaciones:

lo entrañable que fue pegarme un martillazo en un dedo” o “el recuerdo tan sentimental que tengo cuando perdí las llaves del coche

¿Qué tiene que ver el romanticismo o el ser romántico con fumar?… ¿Qué tiene de romántico el hecho fumar?

 

Cuando por fin dejas de fumar, quizás el pensamiento que te queda es… “¡Que tonto fue el hecho de fumar!

Por tanto…

1. El placer es No fumar, se seduce sin fumar más que fumando.

2. Se tiene un agradable sabor al no haber fumado mejor que habiendo fumado.

3. Socialmente está más aceptado NO fumar.

4. Personalmente te sientes mucho mejor si has conseguido dejar de fumar.

5. El romántico o la romántica eres TU, no el tabaco ni fumar.

Me parece estupendo que existan fumadores que quieren fumar y no quieren dejarlo, esto lo diré en muchas otras ocasiones y no me cansaré de repetirlo, ante todo está la libertad (si realmente deseas seguir fumando y lo haces libremente ¡Perfecto!), pero afirmar que el tabaco huele bien, tiene un agradable sabor y es romántico… ¡vaya!.

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Rafa García.

 

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