Revista Cultura y Ocio

Desprecio por la Historia

Publicado el 18 agosto 2016 por María Bertoni
Primero habló el anfitrión; luego el invitado.

Primero habló el anfitrión; luego el invitado.

A juzgar por la cobertura periodística acordada al acto oficial que el Presidente Mauricio Macri y el gobernador Alfredo Cornejo encabezaron ayer en el Cerro de la Gloria, el tributo a José de San Martín se redujo a tres menciones principales. Según Diario de Cuyo (entre otros medios), el Primer Mandatario se limitó a resaltar el “profundo respeto que hay por San Martín en todo el continente americano”. En cambio, la agencia española EFE rescató la siguiente reflexión presidencial: “Él (San Martín) es el gran protagonista que nos metió la semilla de la libertad, pero la libertad no sólo en términos de no depender de nadie más, sino en términos de responsabilidad, de asumir que tenemos que ser nosotros los protagonistas de nuestro destino”. Según ese mismo cable, Macri invocó los principios “de este patriota, de este ejemplo que hemos tenido” para llamar a la unidad de los argentinos.

La tercera mención apareció en boca de Cornejo. Según la agencia Noticias Argentinas, el gobernador mendocino enumeró las virtudes del Libertador homenajeado -“austero, buen organizador, buen administrador, estudioso, muy profesional y honesto”- con la intención de señalar el desafío “en armonía con esos valores” que el presente nacional le impone a nuestro Primer Mandatario.

En esta nota de color, Mendoza Online sostuvo que el acto “fue fugaz”. Después de pronunciar sus discursos (que “duraron menos de cinco minutos”), el Presidente y el gobernador balbucearon el Himno a San Martín, dejaron una ofrenda floral y realizaron un minuto de silencio. Para subrayar la premura, el periódico digital también contó que Macri abandonó tan rápido el Cerro de la Gloria que recién pudo ir al baño en Perdriel, donde anunció obras de saneamiento.

En el sitio web de Casa Rosada se encuentra alojada la versión completa del discurso que el Primer Mandatario improvisó ayer a propósito del 166° aniversario de la muerte de Don José. Por lo visto, los medios lo recortaron bastante, quizás para reducir el daño que la rudimentaria retórica macrista le inflige a la investidura presidencial, quizás por piedad con los lectores alérgicos a una prosa que parece inspirada en textos de la revista Anteojito.

A título ilustrativo, Espectadores transcribe los siguientes párrafos:

MauricioMacri_DiscursoMendozaSanMartin_Ago2016

Cuatrocientos efectivos de seguridad custodiaron al Presidente Macri al pie del Cerro de la Gloria.

¡Qué lindas sus palabras, Gobernador! Porque esos valores que expresó con tanto orgullo como mendocino, por haberlo tenido tan cerca en el corazón en momentos previos a esa gesta, los transmitió con mucho amor y con mucho respeto, y claramente él es el gran protagonista que nos sembró la semilla de la libertad. Pero la libertad no sólo en términos de no depender de nadie más, sino la libertad en términos de responsabilidad, de asumir que tenemos que ser nosotros los protagonistas de nuestro destino.

Esto que les decía a ustedes, chicos, que todo el conocimiento que adquieran es lo que los va acompañar toda la vida, lo que les va a permitir relacionarse con sus afectos, con el resto de la comunidad, y hacer su aporte. Eso es lo que intentó pregonar el General San Martín, y lo hizo siempre, desde el primer día, amando y transmitiendo ese amor que tenía no sólo por nuestro país, sino por el continente.

Chicos: quiero decirles que ustedes van a vivir, cuando viajen, el profundo respeto y amor que hay por el General San Martín en todos los países latinoamericanos y esos valores son los que estamos viendo en estos días en nuestros representantes olímpicos. Vio, Gobernador, con qué orgullo visten y representan a la Argentina, y cómo compiten. Detrás de cada uno de ellos, hay miles y miles de horas de preparación, de estudio, de trabajo, que es la forma en que se consiguen las cosas.

En eso siempre creyó el General San Martín. Y, como decía el Gobernador, hoy más que nunca tenemos que estar convencidos de que ése es el camino, que él también les inculcó a todos, especialmente a su hija, el profundo amor por la verdad que nos lleva a desarrollar ese elemento tan necesario en una sociedad, y que tenemos que potenciar, que es la confianza.

Desde esa unidad, lamentablemente él luchó y al final la vivió en la frustración de no haberlo logrado, exiliado. Y hoy de vuelta, estamos frente a un momento histórico de nuestro país, en el cual nos hemos decidido a encarar un cambio, pero no es un cambio económico, es un cambio de valores. Este valor que es el esfuerzo personal, que no es el sacrificio, que es la cultura del trabajo, y en la cual ya hemos empezado a dar pasos muy importantes”.

El discurso de ayer difiere apenas de los discursos que Macri ofreció en el acto por el Día de la Bandera (y el 196º aniversario de la muerte de Manuel Belgrano) y en el acto por el 200º aniversario de la declaración de nuestra independencia. En las tres ocasiones, el Presidente retrató a los próceres en cuestión de manera ñoña y consecuente con la cantinela sobre esfuerzo, unidad y éxito nacional que repite desde tiempos de campaña electoral. Nobleza obliga, esta vez no se atrevió a barrabasadas tan grandes como arengar con la consigna proselitista “Sí, se puede” y especular sobre la angustia de los hombres que combatieron el yugo español. Quizás debamos agradecerle la mejora a la Directora General de Discurso, designada hace poco más de un mes.

En el artículo que redactó para este suplemento especial de Página/12, el presidente de la Cámara Federal de Casación Penal Alejandro Slokar describió a un San Martín poco difundido en las escuelas y nada difundido por los historiadores mitristas: aquél que “trazó las directrices de una reforma penal fundada en principios humanitarios”. Cuenta el también profesor titular de Derecho Penal en la UBA y en la Universidad de La Plata que, cuando fue Protector del Perú, Don José resguardó la libertad de expresión, impidió los allanamientos sin justa causa y, “con una plena reivindicación de los derechos y la cultura de los pueblos originarios”, consagró la libertad de vientres para los nacidos a partir del 28 de julio de 1821 y poco después para los esclavos. También dio de baja a la Inquisición.

Don José de San Martín, en las antípodas de Cambiemos.

Don José de San Martín, en las antípodas de Cambiemos.

Por si pasara desapercibida la grieta ideológica que separa a San Martín y a los funcionarios de la alianza Cambiemos en cuanto a política económica y política exterior, corresponde señalar las diferencias abismales en cuanto a la manera de entender el rol de la Justicia y de las fuerzas de seguridad pública. Si resucitara en nuestros días, el general homenajeado repudiaría -por citar sólo dos casos bien concretos- la detención irregular de la diputada electa para el Parlasur Milagro Salas y la reciente embestida policial contra ciudadanos jubilados.

“Desde esa unidad, lamentablemente él luchó y al final la vivió en la frustración de no haberlo logrado” dijo Macri en un pésimo castellano. Nuestro jefe de Estado redujo a ese balbuceo una problemática nacional que excede la suerte que San Martín corrió (o eligió), perseguido por Bernardino Rivadavia y sus secuaces.


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