Revista Salud y Bienestar

Determinantes culturales – 4

Por Pedsocial @Pedsocial

Determinantes culturales – 4Continuamos esta serie refiriéndonos a la importancia de los determinantes culturales en la evaluación de pacientes desde la Pediatria social. Y en ello incluimos cuestiones como la situación étnica, procedencia y origen familiar, el idioma familiar y otras materias. Conviene conocer las experiencias sociales que haya atravesado la familia o el niño, la integración en el entorno y lo que puede entenderse como la herencia social: de “dónde” vienen, cuales son sus “orígenes” sociales.

En la relación asistencial, el esfuerzo explicativo se hace en los aspectos biológicos y rara vez en los aspectos de la relación del individuo con su padecimiento. En ocasiones, cuando el padecimiento, la enfermedad, tiene unas características o una incidencia que la hacen extensiva a grupos poblacionales más amplios, como sucede con padecimientos crónicos, se cede la tarea de explicar cómo afecta la enfermedad al individuo a los grupos de autoayuda, asociaciones de familiares de enfermos y demás. En cambio y en general, en el manejo de los problemas agudos que precisamente son los que con más frecuencia son motivo de consulta, los comunes y habituales, no queda lugar para establecer una conexión entre el conocimiento médico y el conocimiento popular. La relativa inmediatez de los problemas y la premura, parece que liberan al profesional de muchas consideraciones que no sean la identificación de unos síntomas, la elaboración de un diagnóstico y la prescripción de un tratamiento, procediendo de una forma más o menos automatizada y sin tener en cuenta la variedad de los pacientes que acuden y, menos aún, de ocuparse de sus peculiaridades, notablemente las culturales.

Únicamente cuando la diferencia cultural es muy evidente, como sucede con los extranjeros o los inmigrantes se adquiere una cierta conciencia de esas diferencias. Es en esta línea que se ha elaborado el concepto de la competencia cultural de los médicos.

Los componentes de la cultura. Probablemente haya tantas definiciones de culturas como culturas mismas. Algunas simples incluyen como cultura la coincidencia de un lenguaje, una historia, unos conocimientos y unas experiencias comunes a un grupo o sociedad. Además pueden incluir otras aspectos como las creencias, las normas, los valores, o también la etnia (o la raza) la orientación sexual, la existencia de una discapacidad u otras características definidas y autoatribuidas por el propio sujeto o grupo. En la cultura se incluyen componentes objetivos, fruto de observaciones, otros sujetivos, fruto de experiencias, y así se construyen sistemas de significados que componen un marco para actitudes y comportamientos. La cultura se aprende, se enseña, se reproduce y evoluciona constantemente.

En la interacción médico/paciente son perceptibles diferencias entre sus propias culturas, su nivel social y de educación, diferencias de género e incluso de edad que no pueden ser obviadas. Y durante la misma se desarrollan eventos que están condicionados por elementos como el respeto mutuo, la relación de poder, la capacidad de comunicarse, la empatía, la confianza, la intimidad y la dignidad. Cuando las diferencias son más evidentes como sucede en la interacción con inmigrantes recientes, cuando médico y enfermo son asimismo conscientes de la existencia de una distancia cultural, todos estos elementos adquieren un especial protagonismo.

El diagnóstico. Evaluación de los factores culturales.
En la evaluación para el diagnóstico se debe incluir en la anamnesis una serie de elementos que permitan contextualizar al paciente y su dolencia. Es conveniente establecer una identidad cultural o étnica: etnia, ciudadanía, religión, orientación sexual o de género, así como una precisión sobre la lengua preferida, su conocimiento de las lenguas oficiales y su grado de alfabetización.

Puede además obtenerse información sobre las creencias y prácticas comunes en relación con la salud y la enfermedad y detectar la existencia de estigmas o vergüenza en relación con su situación, así como las diferencias de género en el proceso de demanda de asistencia, algo notable, por ejemplo, entre mujeres africanas y/o de religión musulmana. Se debe establecer con precisión la composición del núcleo familiar y los diferentes roles asumidos así como la dinámica familiar. Igualmente se debe recabar información sobre aspectos psicosociales que pueden convertirse en estresantes añadidos como la pobreza, el desempleo, la ilegalidad, los antecedentes de delincuencia y las experiencias de discriminación/exclusión padecidas. Y también recabar información sobre experiencias asistenciales anteriores, ya sean en el ámbito sanitario del país de origen en el caso de extranjeros, como el recurso a prácticas o profesionales de medicina tradicional.

X. Allué (Editor)


Determinantes culturales – 4

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