Detour, desvíos sin indicación

Detour es la nueva película de Christopher Smith, el director de Desmembrados y Creep. Durante la presentación en la 49ª edición del Festival de Sitges, el propio Smith dijo que ésta era su mejor película.
Para mí lo es, solamente si la comparo con Triangle, su tercera película. Entiendo que el director inglés quiera promocionar su más reciente trabajo, pero me cuesta creer que teniendo obras como Desmembrados o Creep haga semejantes declaraciones.
La faceta más interesante de Smith es que no se encasilla. Ha tocado distintos géneros y estilos; horror, slasher, terror, comedia, fantástico, crimen, acción, época medieval. En Detour hace lo propio con las road movies de los 70 y el cine negro.
Harper está convencido de que su padrastro causó el accidente que dejó a su madre en coma. Una noche de borrachera, le cuenta sus penas a Johnny, un golfo que le ofrece una solución a sus problemas: liquidar al tipo a cambio de veinte mil dólares.
Desde la lejanía, Smith intenta emular a Tarantino y Brian de Palma pero sin el mismo acierto. Como en casi todas sus películas, Smith se ha hecho cargo del guión que, en esta ocasión, transita como una novela de ‘elige tu propia aventura’ ofreciendo al espectador varios desvíos, como bien indica el título del film.
Smith divide la pantalla en varias partes al estilo de Brian de Palma y nos ofrece una visión paralela con dos opciones distintas de la historia al mismo tiempo.
Hasta aquí todo pinta bien, pero hay algo que no acaba de funcionar. Cuando intento recordar los detalles cruciales que forman y dan sentido a la historia y el sorpresivo desenlace, me cuesta recordarlos. Y eso solo puede significar una cosa, que la película no es tan buena como asegura su director.
Detour me parece un thriller criminal correcto mientras lo estás viendo, pero que se olvida con demasiada facilidad, más aún, teniendo en cuenta la simplicidad argumental y los pocos personajes que impulsan la historia; Harper, Johnny Ray y Cherry, interpretados por Tye Sheridan (X-Men: Apocalipsis), Emory Cohen (Brooklyn) y Bel Powley (The Diary of a Teenage Girl).
Tye es el más convincente de los tres. Y su personaje tiene bastante que ver con el ¿intrincado? desenlace, que nos coje por sorpresa.
Emory en el papel de Johnny Ray no acaba de dar la talla como el malote que pretende ser. Mientras que Bel, la veo desubicada y un tanto sobreactuada en algún momento, como en la escena del Sheriff en la carretera.
Smith nos ha presentado un trabajo mejor que Triangle que tenía un guión sin pies ni cabeza, y Black Death, que se quedaba en lo puramente estético. Pero, lamentablemente, no ha recuperado el pulso cinematográfico de los inicios de su carrera como director.