Revista Coaching

Di adiós a la necesidad de aprobación

Por Raquelcabalga @RaquelCabalga

Di adiós a la necesidad de aprobaciónLa necesidad de aprobación es lo primero que corta las alas de tu libertad.  Es cierto que todos, sin excepción, necesitamos en cierta medida esa sensación de seguridad física y emocional que nos puede proporcionar la aprobación de los demás pero ya no somos niños y la necesidad de aceptación externa no es más que un límite que rompe esa seguridad y estabilidad que creíamos haber logrado.

Cuando no obtenemos la aprobación de alguien dejamos de sentirnos seguros, nos sentimos avergonzados e incluso rechazados… Ese es el momento en el que empezamos a dudar de nosotros mismos: no soy suficiente, no sirvo para esto, no soy tan buen profesional como creía

Las dudas y el desequilibrio emocional que se implantan en nuestro interior cuando no recibimos aprobación no cambia nuestras capacidades o destrezas, “tan solo” destroza nuestro autoconcepto y con él la confianza y la autoestima que deberían acompañarnos.

Cómo saber si tu necesidad de aprobación va demasiado lejos

Esta situación no solo se manifiesta en la necesidad de recibir confort por parte de los demás, la necesidad de aprobación también se relaciona con personas que creen que lo que hacen no es suficiente, que tienen una baja autoestima, que nunca han sido independientes a nivel emocional o que siempre se han comparado con un “modelo a seguir”. Y es que esta mala costumbre nos limita y muchas veces no sabemos ni que hacemos uso de ella.

A continuación te dejo algunas de las señales más características de este reto:

  • Sabes donde ir a encontrar tu “dosis de reconocimiento”: sabes que explicando tus gestas a un familiar o publicándolas en Facebook vas a conseguir aprobación y cumplidos sobre tu valía de modo que usas estos recursos para saber cuán bueno/a eres.
  • No puedes pasar muchos días sin recurrir a esas fuentes de reconocimiento externo: está bien, pensarás que no es nada malo compartir con tus amigos y familiares pero haz una test y comprueba cuantos días puedes estar sin compartir todo lo que haces para lograr el feedback de tu entorno. ¿Te sientes ansioso/a con el experimento? Entonces deja de restarle importancia y acepta que algo no va tan bien como debería.
  • Utilizas la aprobación de los demás como motivación: te esfuerzas por ser cada día mejor y así lograr un mayor reconocimiento pero… ¿Te has parado a pensar en que no te esfuerzas para sentirte satisfecho/a contigo mismo/a o para lograr algo que deseas mucho (y que nada tiene que ver con lo que digan de ti los demás)? Te motiva lo que los demás dicen de ti y ello te empuja a seguir trabajando duro para no perder ese reconocimiento externo, para ser suficiente para los demás.
  • Tienes dificultades para aceptar que la única aprobación que necesitas es la tuya: le restas importancia al hecho de no valorar tus logros y no eres capaz de ver que todo lo que haces es para conseguir confort a nivel externo.
  • Te comparas con los demás constantemente: si te compararas con tu mejor versión no necesitarías fijarte continuamente en lo que hacen los demás pero eso es lo único que ves: los demás (bien sea para alcanzarlos o para lograr mayor reconocimiento que ellos).
  • El éxito de otras personas te incomoda: no puedes “ser menos que nadie” y que alguien logre cosas te pone enfermo/a porque ya no eres el centro de atención, porque dejan de reconocerte a ti. Y la vida no es una competición…
  • Si haces el bien necesitas contárselo a todo el mundo: y es que no obras bien solo por hacer el bien, haces lo que haces para obtener reconocimiento, para escuchar de los demás lo buena persona que eres. Haz el bien, no mires a quién y no se lo digas a nadie.
  • No asumes riesgos: no quieres saber nada de arriesgar si el éxito no está asegurado pues entonces perderías la opción de ganar y ser reconocido/a por ello.

Conviértete en una persona independiente a nivel emocional

¿Te has sentido identificado/a con todo lo que acabas de leer? Ok, está bien. No eres peor persona por ello… Tan solo es importante que seas consciente de un vicio que no te está ayudando. Y como no, te ofrezco unas pautas para que logres deshacerte de la necesidad de aprobación:

PASO 1: Identifica la creencia irracional y limitante que hace que necesites la aprobación externa de los demás. Por ejemplo, mi creencia se basaba en algo que me repitieron mucho de niña: “no das una de derechas”. Encuentra ejemplos que demuestren lo contrario y siéntete orgulloso/a de esos logros que han sido tuyos, solo tuyos.

PASO 2: Encuentra los miedos relacionados con esa creencia. Por ejemplo, yo tenía miedo al rechazo, a que me abandonaran, a estar sola… Cuando seas capaz de ver qué miedos se relacionan con esas creencias habrás logrado librarte de otro peso que has cargado durante mucho tiempo.

PASO 3: Haz una lista con TODAS tus fortalezas y virtudes. Y no, no sirve que escribas 3 porque estoy segura de que podrías escribir una larga lista. Así que… Si tras pensar un buen rato solo lleva 3, esfuérzate por encontrar al menos el doble. ¡Porque las hay!

PASO 4: A partir de la lista anterior, redacta afirmaciones positivas que refuercen esas fortalezas y virtudes. Si las llevas escritas en la agenda, las dejas en un post-it en la nevera o te acostumbras a repetirlas mentalmente te será más fácil salir del bucle y con que las recuerdes no necesitarás más confort que el que te puedas dar a ti mismo/a.

PASO 5: No evites los momentos de riesgo o conflicto por miedo a perder. ¿Qué es lo peor que puede pasar, que alguien opine distinto? Y lo mejor que puede pasar… ¿Qué logres un nuevo proyecto, amistad o negocio? Reflexiona sobre cómo te hacen sentir esos momentos y elabora una estrategia que te permita sentirte más cómodo/a. Por ejemplo: si te violenta precipitarte y decir que “no” porque dejarán de valorarte y recurrirán a otra persona puedes ganar tiempo diciendo “déjame que cuadre la agenda y mañana te comento” (de esta forma ganas tiempo para valorar en qué se basaría un “sí” y en qué el “no” para tomar la mejor decisión en base a tu bienestar y avance y no a causa de tu necesidad de aprobación).

PASO 6: Responde a la pregunta “¿Qué pasará si a la larga sigo diciendo que sí a todo y sigo siendo complaciente con todos sin haberme parado a pensar en lo que realmente quiero?”. Llega el momento de tomar el control de tu vida, asume la responsabilidad de tu presente y futuro.

PASO 7: Haz una lista con aquellas cosas que nunca explicarías a nadie por miedo a su reacción o por miedo a que dejaran de valorarte. ¿Ya lo tienes? Entonces elabora un plan en el que puedas ir compartiendo tus creencias personales sin que ello suponga un cataclismo, simplemente aprovecha oportunidades para decir qué opinas o cuáles han sido tus experiencias.

PASO 8: ¿Después de todo esto sigues identificándote en cosas parecidas o sigues teniendo esa necesidad de aprobación? Mantén la calma… Vuelve al Paso 1 y recuérdate a menudo que es importante que te digas “no importa lo que piensen de mí los demás, lo que verdaderamente importa es lo que pienso yo mismo/a y que así como soy ya estoy bien”.

Raquel Cabalga


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas