Revista Espiritualidad

Día 16 – La vida es un eco

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

La vida es un eco. Lo que envías, regresa. Lo que siembras, cosechas. Lo que das, obtienes. Lo que ves en los demás, existe en ti. Recuerda, la vida es un eco, siempre regresa a ti. ~ Autor desconocido <3

Otra de las ideas fundamentales del Curso de Milagros es que dar y recibir es lo mismo. Que no hay separación entre ellas, que son simultáneas aunque no siempre lo percibamos con esta claridad. Si dar y recibir es lo mismo, todo aquello que doy, vuelve a mi, por que en el fondo al no haber separación me lo doy a mi mismo. Si doy odio, tengo que haber encarnado el odio para poder dártelo, de la misma forma si ofrezco amor, o paz, yo mismo la estaré recibiendo. La confusión viene porque no siempre nos resulta tan fácil darnos cuenta de que cuando no estamos recibiendo amor, eso quiere decir que no lo estamos dando. Y en esto, según el Curso, no hay concesiones.

Hace unos años, cuando empezaba con el estudio del Curso, fui a Santiago de Compostela con mis padres y mis tíos. Llegó la hora de la comida y estábamos paseando por el centro buscando un restaurante donde comer. Dábamos vueltas sin que ninguno nos gustase a todos. La mayoría queríamos aprovechar y comer comida gallega. Mi padre quería que nos alejásemos del centro pero los demás no estábamos muy de acuerdo con esa opción. Llegó un momento en que nos paramos en mitad de la calle a ver que hacíamos. No lo teníamos nada claro. No conocíamos ningún restaurante y ya estábamos todos un poco cansados de dar vueltas.

En ese momento mi madre y yo decimos entrar en una farmacia que estaba cerca y preguntar al farmacéutico por un sitio donde ellos, los nativos de Santiago, irían a comer. Así que entramos en la farmacia y el chico que nos atendió nos facilitó la información que habíamos solicitado. Salimos de la farmacia con la información y contentas por que ya teníamos restaurante gallego donde comer. Pero cuando salimos los tres que estaban fuera, mis tíos y mi padre, estaban serios. Les indicamos el lugar y nos dirigimos hacia allí pero la tensión entre nosotros se podía mascar. Llegamos al restaurante y entramos pero había que esperar puesto que estaba lleno. De los dos bandos que claramente había en ese momento, mi madre y yo queríamos esperar, los otros tres querían irse a otro sitio. El conflicto estaba servido.

Al final nos fuimos del centro, y acabamos comiendo en ¡una pizzeria! :(

Durante toda la comida el ambiente estaba tenso. Yo sentía bullir dentro de mi un auténtico volcán. Comimos rápido y fuimos hacia el coche para volver a Asturias. Nadie se hablaba. Yo tenía ganas de explotar de la rabia y el enfado.

Sentada en el coche y con algunas horas por delante mientras dentro de mi se desataba la tormenta solo pensaba: Vamos a ver, el Curso dice que si no recibes amor, es que no lo estás dando. Y claramente nosotras, mi madre y yo no recibimos mucho amor cuando salimos de la farmacia. Pero no veía donde yo no lo había dado. Nosotras habíamos ido con toda nuestra buena voluntad a preguntar. ¿Qué podía haber pasado? En esos momentos el ego suele hacerte pensar que son ellos, que tú no hiciste nada, y si lo hiciste fue dar amor. Pero el Curso es claro como el agua clara: Si no recibes amor, es que no lo estás dando.

Aprovechando el tiempo en el coche y mientras atendía a mi sentir que se iba calmando pedí por favor poder ver donde yo no había dado amor. Y la respuesta no tardó mucho en hacerse evidente. Y una vez más tuve que admitir con humildad que tenía razón. Cuando mi madre y yo entramos en la farmacia lo hicimos desde una posición de superioridad (de nuevo el orgullo). Nosotras íbamos a solucionar el problema. Íbamos a entrar a preguntar como valientes heroínas mientras que los de afuera, cobardes mortales, no se atrevían a entrar en ningún sitio. Todo partió de nosotras y en el mismo instante en que no dimos amor, nos encontramos con aquello que habíamos dado.

He tenido la oportunidad de poner en práctica esta lección en varias ocasiones y en cada una de ellas cuando me he dado el permiso para dejar atrás mi interpretación y abrirme a la verdad esta siempre se me ha mostrado de manera clara y diáfana. Cuando no recibes amor, es que no lo estás dando, no importa lo que tú creas y lo que te digas a ti mismo. No siempre es fácil verlo pero si estás dispuesto a ello, lo verás. Entonces podrás entregar ese pensamiento no amoroso a la paz para su corrección, y la paz y el amor serán restaurados en tu mente.

Aprender que dar es lo mismo que recibir tiene una utilidad especial, ya que se puede poner a prueba muy fácilmente y comprobar que es verdad. Y cuando con este caso especial se haya comprobado que en toda circunstancia en que se le ponga a prueba siempre da resultado, el pensamiento subyacente se puede entonces generalizar a otras áreas de duda y de doble visión. Y de ahí se expandirá hasta llegar finalmente a único Pensamiento subyacente a todos ellos. ~ Lección 108 "Dar y Recibir son lo mismo" <3

En el Curso del día

Hoy vamos a tener presente que " todo lo que doy es a mi mismo a quien se lo doy" y por lo tanto " recibiré lo que estoy dando". De esta forma elegiré que es aquello que quiero experimentar y lo daré. Una forma de hacerlo es a través de cuando te encuentres con alguien o pienses en alguien digas internamente: " Te ofrezco paz y dicha, para que la paz y la dicha sean mías". Hoy vamos a recordar que todo parte de mí, y vuelve a mí como un eco.

Al terminar el día

Piensa en alguna situación o conflicto que mantengas en tu vida. Puede tratarse de alguna situación donde percibas escasez, o enfado, o falta de comunicación, envidia, prepotencia, etc. Deja que la situación con la que vas a trabaja venga a tu mente, y anota al lado que es lo que estás recibiendo desde tu punto de vista. Puede que al igual que yo pienses que "tú no estás dando eso que recibes" pero si estás dispuesto a que se te enseñe, eso será lo que ocurra. En silencio pide ver donde tú nos has dado amor, y siempre es antes de no recibirlo, nunca es como respuesta a lo que estoy recibiendo. Piensa en el eco, lo que el eco repite es lo que yo lanzo al aire. Permanece en quietud con el deseo de ver y cuando la información te llegué entrégala a la paz para su corrección (corrige en mi mente esta falsa percepción). Mostrar humildad y dejarnos enseñar es el camino de la paz.

Si en la meditación no recibes nada no te preocupes, en mi caso ha habido ocasiones en que he pedido ver y a lo largo de ese día he recibido la respuesta como cuando sabes que tienes algo en la punta de la lengua y te relajas. Al final la información llega porque ese es tu deseo sincero.

Cuando la respuesta llega es tan clara que no podrás dejarla de lado.


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