Revista Psicología

Día Mundial de la Salud Mental

Por El Baúl De La Psique @bauldelapsique

Hoy, 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Afortunadamente, la ciencia sigue avanzando y gracias al tratamiento los síntomas de dichas enfermedades suelen ser esporádicos. Cuando decimos tratamiento, todos tendemos a pensar en el farmacológico. Pero piensa por un momento: ¿qué ocurriría si no tuvieras ni amigos, ni pareja, ni trabajo y la sociedad te discriminara? ¿De qué les sirve a las personas con enfermedad mental su tratamiento farmacológico si no tienen calidad de vida? Por supuesto, con esto no quiero negar la importancia del tratamiento farmacológico, pero sí hacer conciencia de lo esencial que es el aspecto social para el proceso.

Día Mundial de la Salud MentalCollage de Francesc de Diego Fuertes en su obra “Esquizofrenia Gráfica” (2009). Él explica que lo que intenta transmitir es el rechazo social (a la izquierda gente de espaldas al enfermo), el apoyo que supone la familia y la impotencia que ésta sufre (las personas que están junto al enfermo), hacer una crítica a las farmacéuticas (las dos personas que se están dando la mano y de la que de una de ellas se ve dinero salir del bolsillo) y el silencio del resto de sanitarios ante la situación (la enfermera que pide silencio). El fondo del collage está realizado con recetas, prospectos y cajas de medicamentos.

Como ya hemos hablado en entradas anteriores, en la actualidad el estigma social asociado al los problemas de salud mental es una de las mayores dificultades que nos encontramos para la rehabilitación, ya que esto priva a las personas que los sufren de muchas oportunidades para vivir una vida plena. Además, al contrario de lo que ocurre con los síntomas del propio trastorno, los efectos del estigma son permanentes y no tienen tratamiento. Pero, por si fuera poco, encontramos una complicación adicional: ¿Qué ocurre cuando te dicen una cosa muchas veces? Pues que acabas creyéndola. A veces, cuando las personas con enfermedad mental interiorizan estos prejuicios, aparece el autoestigma. ¿Y qué es el autoestigma? Ni más ni menos que: “Es verdad, tienen razón. Soy un inútil y no sirvo para nada“. De ahí el efecto “por qué intentar”, que ya podréis suponer en qué consiste: autoestima y autoeficacia muy bajas. Además, es conocido por los profesionales de la salud mental que muchas personas no acceden al tratamiento por el miedo al etiquetado y a la estigmatización. De esta manera, evitando el contacto con los servicios de salud mental, se evita el estigma.

Kay Redfield Jamison es una psicóloga norteamericana de reconocido prestigio

Día Mundial de la Salud Mental
en el campo del trastorno bipolar, el cual que ella misma padece. Redfield sostiene que la decisión de no revelar la propia enfermedad mental es muy entendible y respetable. No obstante, su opinión es que este hecho perpetúa la percepción social de que la enfermedad mental es intratable, ya que la sociedad sólo habla de ella y cree conocer aquella asociada a los pacientes violentos, los sin-hogar psíquicamente enfermos, la refractariedad al tratamiento, etc. Es decir, la sociedad no conoce el hecho de que muchas personas de esta sociedad, ya sean conductores de camión, secretarios, profesores, abogados, médicos e incluso políticos padecen algún problema de salud mental, responden al tratamiento y trabajan y funcionan en la sociedad con éxito, como cualquier otro ciudadano.

Siguiendo con lo que esta psicóloga dice y a modo de ejemplo, ¿conocíais estos casos que os presentamos a continuación?

Personas célebres
Personas célebres que sufren o han sufrido alguna enfermedad mental

Uno de los puntos importantes en la recuperación y la inserción social es la incorporación a la vida laboral. El trabajo puede jugar varios papeles:

  • Puede servir como un estímulo para el desarrollo cognitivo.
  • Puede servir como elemento organizador de la vida cotidiana y como un vehículo hacia las relaciones sociales.
  • Es una actividad retribuida, con lo que se tiene acceso a la autonomía.
  • Es una actividad socialmente valorada, lo que puede aumentar la autoestima.

En respuesta, existen diversidad de programas para la inserción laboral para personas con enfermedad mental. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2012, este colectivo ocupa la tasa más baja de actividad dentro de la población con discapacidad. Tal es la dificultad, que las personas con discapacidad psíquica son el colectivo con mayores problemas de inserción laboral, seguido de los mayores de 45 años. Esto puede deberse a que personas que llevan su enfermedad mental lo suficientemente bien como para trabajar tienen, sin embargo, graves dificultades para encontrar un empleo porque los empleadores los discriminan.

Gráfica
Tasa (%) de actividad de la población con discapacidad en 2012

Por otro lado, también están muy extendidos los mitos sobre la enfermedad mental. Uno de los mitos más arraigados es que las personas que lo sufren son violentas. Idea, en parte, propagada por los medios de comunicación. Con respecto a ello, la especialista Inmaculada Palanca (2015) dijo en una entrevista concedida al periódico El Mundo: “No hay ninguna enfermedad mental que se relacione con mayor riesgo de cometer actos violentos que el de la población general. De hecho, los casos de violencia (…) que se ven en otros países no responden a trastornos mentales”.

Mitos
Tabla de mitos y realidades

Por último, sólo nos queda la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer? Las tres estrategias principales que se han utilizado para luchar contra el estigma han sido:

  • La protesta (frente a declaraciones públicas, reportajes de medios de comunicación y anuncios estigmatizadores).
  • La educación (proporcionar información veraz, como por ejemplo con cursos breves).
  • El contacto directo con una persona con enfermedad mental.

Y, por supuesto, empatizar. Aún más teniendo en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 4 personas sufre algún tipo de problema relacionado con la salud mental o la sufrirá y además se predice que esta estadística aumente.

Bibliografía

Arnaiz, A. & Uriarte, J.J. (2006). Estigma y enfermedad mental. Norte de Salud Mental, 26, 49-59.

Corrigan, P., Larson, J. & Rüsch, N. (2009). Autoestigma y el efecto «por qué intentar»: repercusión en las metas en la vida y en las intervenciones basadas en la evidencia. Revista Oficial de la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA), 7(2), 75-81.

FEAFES (s.f.). Personas célebres con enfermedad mental. Recuperado el 29 de mayo de 2015 de FEAFES Galicia: http://www.feafesgalicia.org/ES/celebridades/39/

Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental (FAISEM) (2006). Documento de trabajo 3. Servicios de orientación y apoyo al empleo. Andalucía: FAISEM.

Ministerio de Empleo y Seguridad Social (2014). Informe del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad. Madrid: Servicio Público de Empleo Estatal.

Observatorio sobre discapacidad y mercado de trabajo en España (ODISMET) (2014). Informe cero. La situación de las personas con discapacidad en el mercado laboral.

1 de cada 4 (s.f.). Tabla de realidades. Recuperado el 29 de mayo de 2015 de 1 de cada 4. Junta de Andalucía: http://www.1decada4.es/volvamosapensar/enfermedadyestigma/mitosrealidades/realidades/


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