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Diabetes en los perros: síntomas, tratamiento y dieta

Por Jgallego19
diabetes en los perros

La diabetes en los perros, diabetes mellitus (a veces llamada diabetes de azúcar), es una enfermedad común en los perros. Los perros de raza Golden Retriever, Schnauzer miniatura, Keeshond, los pastores alemanes y los caniches tienen una incidencia más alta, pero todas las razas pueden ser afectadas. Las hembras con esta enfermedad superan a los machos en una proporción de tres a uno. La edad promedio de inicio de esta enfermedad es de 6 a 9 años.

La diabetes es un resultado de la producción inadecuada de insulina por las células de los islotes en el páncreas. Puede haber una predisposición genética para que esto ocurra en algunos perros. La destrucción de las células de los islotes también se da en algunos casos de pancreatitis. La insulina permite que la glucosa pase al interior de las células, donde es metabolizada para producir energía para el metabolismo. La deficiencia de insulina resulta en hiperglucemia (alto nivel de azúcar en sangre) y glucosuria (azúcar en la orina).

Síntomas

La glucosa en la orina hace que el animal diabético expulse grandes volúmenes de orina. A su vez, esto produce deshidratación y la necesidad de beber grandes cantidades de agua.

Inicialmente, los perros que no metabolizan el suficiente azúcar tienen un aumento en el apetito y el deseo de comer más. Más tarde, debido a los efectos de la malnutrición, el apetito disminuye.

En resumen, los síntomas de la diabetes temprana son: micción frecuente, beber mucha agua, un gran apetito y pérdida inexplicable de peso. En las pruebas de laboratorio se pueden encontrar altos niveles de glucosa en la sangre y la orina.

En casos más avanzados hay letargo, pérdida de apetito, vómitos, deshidratación, debilidad y coma. Las cataratas también son comunes en los perros diabéticos. En última instancia, la diabetes es una enfermedad que afecta a todos los órganos. Los perros diabéticos tendrán agrandamiento del hígado, serán susceptibles a las infecciones, y a menudo desarrollarán problemas neurológicos si no se trata.

Tratamiento

El control dietético y las inyecciones diarias de insulina pueden regular a la mayoría de los perros diabéticos, lo que les permite llevar una vida activa y saludable. Los agentes hipoglucémicos orales utilizados para tratar la diabetes en personas no han sido eficaces en los perros, pero se sigue investigando en este área.

Los requerimientos de insulina no pueden predecirse basándose únicamente en el peso del perro, debido a que el grado de insuficiencia pancreática es diferente en cada perro. La dosis diaria de insulina se debe establecer individualmente para cada caso. En los perros diabéticos recién diagnosticados, la terapia con insulina se inicia en casa. Después de una semana de tratamiento, el perro es llevado de nuevo a la clínica, y se obtiene una curva de glucosa en la sangre (una serie de pruebas de azúcar en la sangre extraída durante más de 12/24 horas), para ver cuando los niveles máximos y mínimos de glucosa en sangre. Después de esta prueba, ya se podrá detallar la dosis y la frecuencia de las inyecciones.

El veterinario debe explicarte cómo preparar e inyectarle la insulina al animal. También te puede pedir que controles los niveles de glucosa en la orina, mediante la recopilación de muestras de orina y el uso de una tira de prueba (un pequeño pedazo de papel que indica los niveles de glucosa en la orina).

Dieta

La obesidad reduce en gran medida la capacidad de respuesta del tejido a la insulina y hace que la diabetes sea difícil de controlar. En consecuencia, un perro diabético con sobrepeso debe ser sometido a una dieta alta en fibra y alta en carbohidratos hasta que alcance un peso ideal. Ejemplos de este tipo de dietas son las dietas de prescripción de Hill r / d, w / d, Purina OM, y en forma y acabado en seco. Debes evitar los alimentos blandos y húmedos y las golosinas, que son altas en azúcar.

La hiperglucemia es menos probable que ocurra si se alimenta al perro con alimentos enlatados y secos que contengan altas concentraciones de fibra y carbohidratos complejos. Estos componentes son de absorción lenta y ayudan a minimizar las fluctuaciones de azúcar en la sangre después de comer.

Las necesidades calóricas diarias son determinadas por el peso y el nivel de actividad del perro. Una vez determinadas dichas necesidades, la cantidad de alimento se determina dividiendo el requerimiento calórico diario por la cantidad de calorías que proporciona una lata o recipiente de comida. Es importante mantener el número de calorías constantes todos los días, puesto que la cantidad necesaria de insulina se calcula sobre esta base.

Es igualmente importante mantener un horario estricto de las inyecciones de insulina. Para evitar la hiperglucemia severa después de comer, no le proporciones todas las calorías del día en una sola comida. Divide la ración diaria en partes iguales y dale de comer dos o tres veces al día, o según las indicaciones de tu veterinario. A los perros diabéticos les va mejor con un horario muy reglamentado en cuanto a la alimentación y las inyecciones de insulina, suministradas a las mismas horas todos los días. Idealmente, tu perro debería tener el mismo nivel de ejercicio y actividad.

Un perro delgado que ha perdido peso debe ser alimentado con una dieta baja en fibra (las dietas bajas en fibra tienen mayor densidad calórica) hasta que recupere el peso.


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