Revista Comunicación

Diálogo

Publicado el 02 agosto 2010 por Joseluisp

Diálogo

¿Por qué tenemos la sensación de que la comunicación se está deteriorando? Cada vez encontramos más falta de diálogo entre las personas, las familias, los miembros de una organización, los grupos sociales de una comunidad, o las diferentes naciones de nuestro planeta.

David Bohm entiende el diálogo como una corriente de significado que fluye entre, dentro y a través de los implicados. A partir del diálogo es posible que surja una nueva comprensión que no estaba en el punto de partida, con lo que se genera un nuevo significado compartido por las personas que participan en el proceso.

Para mejorar el diálogo debemos ser conscientes de nuestro pensamiento, de cómo sus procesos influyen sobre nuestros sentimientos y nuestros estados corporales, de qué hacer para que, a partir de la comunicación, fluya un nuevo significado.

La mayor dificultad que nos encontramos a la hora de dialogar es que cada uno de nosotros tenemos creencias y opiniones diferentes. Nuestras creencias básicas giran en torno a cuestiones fundamentales como el sentido de la vida, nuestros propios intereses, los de nuestro país, o los de nuestra religión. Cuando nos identificamos con nuestras creencias las incorporamos a nuestra identidad, dejamos de tolerar a quienes las cuestionan y las defendemos con una gran carga emocional. Cuando nos aferramos tanto a nuestras creencias llegamos incluso a protegerlas de nosotros mismos rechazando cualquier pensamiento propio que la pueda cuestionar.

Para Bohm, la única forma de que el diálogo funcione consiste en participar en él poniendo nuestras creencias en suspenso. Cuando las creencias salen a la superficie no debemos evitarlas, ni suprimirlas, ni juzgarlas; sólamente tenemos que poner en suspenso nuestras reacciones, sin agredir a los demás y sin agredirnos a nosotros mismos. El diálogo sólo es posible si nos limitamos a observar las creencias y reacciones tanto propias como ajenas, sin pretender cambiar la opinión de nadie.

Cuando ponemos nuestras creencias en suspenso podemos observarlas, escucharlas, ser conscientes de su significado. Sólo así podremos compartir un contenido común y avanzar creativamente en nuevas direcciones hacia una conciencia compartida.

Mejorar nuestro mundo sólo es posible a través del diálogo entre nosotros. Para ello sólo debemos ser capaces de compartir nuestros juicios, nuestras opiniones y nuestras creencias. Sólo es precisa una actitud: la de estar abiertos a la escucha, una escucha dispuesta a generar un nuevo pensamiento, tanto a nivel personal como colectivo, que abra nuevos escenarios de futuro.

Valdría la pena.


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