GUSTAV: Sabes, a veces pienso que los artistas son como cazadores apuntando en la oscuridad. Ellos no saben cuál es su objetivo, y no saben si han acertado. Pero no puedes esperar que la vida ilumine tu objetivo y lo estabilice. La creación de la belleza y la pureza es un acto espiritual.
ALFRED: No Gustav, no. La belleza pertenece a los sentidos. Solo a los sentidos.
GUSTAV: No puedes llegar al espíritu con los sentidos. No puedes. Es solo por el dominio completo de los sentidos que puedes alguna vez alcanzar la sabiduría, la verdad y la dignidad humana.
ALFRED: ¿Verdad? ¿Justicia? ¿Dignidad humana? ¿Para qué sirven?
Morte a Venezia (Luchino Visconti, 1971).