Revista En Femenino

Diario de un bebé: 3 meses. Ya veo y, ¡Oh! ¡tengo una mano!

Por Mamás_besos @mama_besos

Diario de un bebé: 3 meses. Ya veo y, ¡Oh! ¡tengo una mano!

Precisamente hoy mi bebé hace tres meses. En este último mes son tremendos los avances que realiza día a día. Ya ve perfectamente, por lo que me vigila todo el día y cuando salgo de su campo de visión sus gritos se encargan de decirme: “¡eh, mami! ¡No te vayas o te la lío!”. Así que si hasta ahora sólo tenía un niño absorbente en casa, el Mayor, ahora tengo dos, y eso desgasta más que una lija.

En cuanto al crecimiento, el Peque sigue in crescendo una barbaridad. A los dos meses ya medía 64 cm y pesaba 7,3 kg, y viendo su progreso estas últimas semanas mucho diría que ya debe hacer los 8 kg. Con deciros que ¡cuando lo meto en el cochecito se queja porque va encogido! espero que aguante al menos un mes más en el cuco, hasta que pueda meterlo en la sillita. No es un bebé, ¡es un bebote!.

Ya se ríe a carcajadas, reconoce las voces, le encanta conversar (como a su madre jeje), y… ¡ha descubierto que tiene una mano! Se pasa muchos ratos con ella alzada, observándola y hablándole. Ahora sólo le hace falta descubrir la otra y darse cuenta que, además de metérselas en la boca, puede hacerlas mover a su antojo y coger cosas.

Le encanta Bob Esponja. Será que le llama la atención su color amarillo o que con lo tragón que es lo que tiene son ganas de meterse entre pecho y espalda una burguer cangre burguer jajaja. Sí, lo sé, soy una mala madre, ¿mira que ponerle a ver Bob Esponja a su edad? Pero es que es misión imposible que el Mayor se trague el canal Baby en la tele, así que no me queda otra si quiero tenerlos distraídos unos minutos. Y bueno, de todo se aprende, hasta de Bob Esponja jajaja.

Des de hará una semana las noches se han hechos más placenteras, por el hecho que ya duerme ¡7 horas seguidas! vamos, todo un lujo, teniendo en cuenta que hasta ahora comía cada tres horas durante todo el día y toda la noche. Así que espero ir perdiendo las ojeras e ir recuperando mi Ser, porque hasta ahora, con tanto sueño, no era yo, era un zombi con patas y un biberón enganchado todo el día en la mano.

Eso sí, durante el día no duerme casi nada. Se pega un par de cabezaditas y listo. Por lo que me las tengo que ingeniar para distraerle. Un rato en la hamaca, otro en el gimnasio, otro en bracitos, otro enseñándole juguetitos, otro leyéndole cuentos, hablándole (que eso se me a bien jeje), etc.  Y entre medio, intentar hacer lo que se pueda (comida, recoger al Mayor al cole, etc).  ¡Suerte tengo de los buenos abuelos!.

En cuanto al Mayor, quiere al Peque con locura. Sus celos los tiene, claro está, pero está encantado con su hermano. Eso sí, tenemos que vigilar más al Mayor que al Peque, porque todo el rato quiere darle mimos, besitos y jugar con él y muchas veces no domina su fuerza ni los efectos que pueden tener sus actos. Por ejemplo, hace unos días cogió la hamaca de su hermano (con el Peque encima) para traerlo conmigo a la cocina y se le cayó (así que ya tuvimos el primer susto y la primera visita a urgencias con el Peque).

Y, ¿cómo externaliza sus celos el Mayor? Sólo hay que fijarse un poco para darse cuenta que el hecho de que esté toooodo el rato encima de su hermano no es otra cosa que para llamar también nuestra atención.

Como anécdota, se me cayó la baba hace unos días, cuando fue el cumpleaños del Mayor, y me dijo que el mejor regalo que había tenido era su hermano. Sólo por eso, ya ha merecido la pena, y mucho, tener a su hermanito y pasarse todas las noches en vela.


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