Revista En Femenino

Diario de una Cesante: Capítulo 4: Preguntas Capciosas y Discriminación

Publicado el 05 mayo 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Roberta Stanley desde ChileDiario de una Cesante: Capítulo 4: Preguntas Capciosas y Discriminación
Hoy quiero compartir con ustedes una de las entrevistas más extrañas que he tenido durante mi ferviente búsqueda de trabajo. Y es que realmente me parece increíble, insólita y casi de mal gusto lo que me tocó vivir. Probablemente hayan pasado por algo así alguna vez. Espero que no: 

Llegué temprano, me fumé un cigarro en el parque que está a la salida del metro salvador y repasé mi currículum. Como yo había modificado mi CV del año de las cavernas, era importante que ya actualizara también mis conocimientos para la entrevista. 

Era en un edificio de esos antiguos que hay cerca de Manuel Montt, con escalera de mármol y rebote de sonidos en las ídem. Como soy alta, los tacos me tenían un poco cansada de la caminata y la escalera era de mármol, procuré tener cuidado de no resbalarme. Hubiera sido de película caer y quedar con las rodillas hechas puré, pero subí cual andinista escalando el Ojos del Salado.

Llego a la oficina, me atiende un Secretario con olor a Sandía y café, que escuchaba música clásica en los parlantes de su computador. Y me habla con un particular tono de voz, podría decir que era muy parecida a la voz de un camionero. 

- ¿Zí?... ¿qué ze le ofreze? (escribo con Z porque el hombre zeteaba, no seseaba).- Vengo a una entrevista con XX...- ¿Y a qué hora tiene la entrevizta?- A las 12- contesto.- Ya, ezpereze un ratito. Yo esperaba atenta mientras el hombrecito tostado con olor a sandía movía su humanidad por un pasillo, por donde circulaba mucha gente joven. Pasaron 10 minutos aproximadamente, y yo me perdía en el sillón de cuero negro apostado en la recepción. Para no aburrirme, saqué el libro que leía en ese entonces y me perdí mentalmente... hasta que un hombre no muy alto aparece y me habla. Si no lo miro dos veces juro que es el Cazador de Cocodrilos. - ¿Roberta?- Si, yo soy. (Como estaba enterrada en el sillón de cuero, traté de ponerme de pie con la mayor de las elegancias, pero no me resultó mucho)- Pase por aquí por favor. Llegamos a una sala de reuniones. Helada como un témpano. Bueno, la entrevista era personal -bien por mi- el tipo me explicaba de qué se trataba el trabajo, la modalidad de horarios y el perfil que yo cumplo para el puesto. En realidad tuvimos una conversación bastante amena y me sentí muy segura de mi misma... hasta que llegó la Psicóloga Laboral. Nunca pensé que esa mujercita de menos de 30, de voz suave y moño apretado sería capaz de hacerme ESA entrevista. Ahí va:- Roberta, ¿te molestaría trabajar con homosexuales?- No, para nada. Son personas igual que cualquier otra (mi cara de a poco se desfiguraba).- ¿Pero sabes que la homosexualidad es una enfermedad?, ¿cierto?- No es una enfermedad, es una opción sexual. - ¿Tú apoyas la igualdad de género?- Claro, la gente puede hacer con su vida lo que mejor le parezca.- ¿Tú eres lesbiana?- (¿¿¿Cómo dice que dijo???) No. De hecho tengo novio. - Ok. (¿QUÉ ONDA ESTA TIPA? ¡No entiendo nada!)- ¿Qué religión profesas?- Ninguna- ¿Crees en Dios?- Si. (Esto ya se parecía al censo. Ya me estaba sintiendo realmente incómoda).- ¿Tienes hijos? - No- ¿Tienes planes de tenerlos?- No aún. A ver... ¡párenme la música!¿No se supone que es ilegal hacer ese tipo de preguntas?Hace algunas semanas leí una noticia publicada en el sitio web de la Radio Bio Bío que es ilegal preguntar ese tipo de cosas (religión, edad, estado marital, opción sexual, etc.), y son las preguntas más aplicadas en los procesos de selección. Sin mentirles, de las muchas entrevistas a las que he ido, todas han preguntado si pretendo tener hijos o si estoy casada. ¿Eso no está explicito en el CV?Está claro que en los tiempos que corren (no sé si en otros países, pero sí en Chile) es poco rentable contratar mujeres entre los 20 y los 40 años, porque eventualmente querrán formar una familia, y con la Extensión del Postnatal, las empleadas estarían 6 meses (en realidad 5 y medio) fuera del trabajo, lo que significaría una eventual contratación de un reemplazo, capacitación, pagarle a dos personas (la que está en postnatal y el reemplazo), lo que hace que el mercado laboral para las mujeres se reduzca a su mínima expresión. 

Diario de una Cesante: Capítulo 4: Preguntas Capciosas y Discriminación
¡Poder procrear NO NOS INHABILITA COMO PROFESIONALES!Es increíble que tantas mujeres durante la discusión de esa ley hayan estado tan felices con la nueva normativa sobre el postnatal, pese a ser una ley tan nociva para la inserción laboral femenina. Y claro, tiene un lado muy amable que es priorizar el tiempo que las mamás estarían con sus bebés, pero el lado más amargo es que por el hecho de ser mujeres, se cierran puertas, y aunque seamos el triple de productivas y trabajadoras que los hombres, ya tenemos varios puntos menos al momento de conseguir un trabajo porque podemos procrear. Una vergüenza. 

Siento que es justo y necesario que a las mujeres se nos mida por nuestras capacidades, por el mérito que tenemos para conseguir buenos resultados en una empresa, por el compromiso que adoptamos al trabajar. Tal vez ese tipo de entrevistas laborales, como la que yo tuve, sean más comunes de lo que uno puede llegar a pensar. Y si es así, ¿cómo se supone que una sociedad avanza?Finalmente, la Psicóloga laboral siguió escudriñando en preguntas que no tenían mucho que ver con mi perfil profesional, y me fui con una asquerosa sensación de rabia y decepción, porque sé que en muchos lugares de Chile hay personas que han vivido la misma situación que yo, y todavía no hay leyes que frenen la capciosidad en las entrevistas y la discriminación en las mismas.


Fuente fotos: dulcinea-chiapas.blogspot.com /www.revistacarrusel.cl

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