Diego arria, corte penal internacional, tribunal de núremberg

Diego Arria, Corte Penal Internacional, Tribunal de Núremberg
Alguien con realista sarcasmo dijo que la humanidad debería agradecer que al terminar la segunda guerra mundial no estaba esta Corte Penal Internacional, ni el fiscal era el abogado argentino Luís Moreno Ocampo, el que en 9 años que estuvo en el cargo y después de haber recibido tantas denuncias contra Chávez y Maduro nunca vio méritos para abrir una investigación, los nazis no habrían sido ni siquiera llamados a declarar.
60 millones de muertos que produjo el horror nazi obligaban a que se castigara a los responsables, que se hiciera prontamente y con dureza. Las fuerzas militares aliadas: Estados Unidos, Francia Inglaterra y Rusia desechando la idea de ejecutarlos sin trámite, se acordaron en crear un tribunal especial para juzgarles, se puso de lado el dogma universal del derecho penal sobre la prohibición de juzgar personas por hechos anteriores a la existencia de la ley, ni someterlas a tribunales creados después de los hechos, todo lo que en latin se resume como “nullum crimen, nulla poena sine praevia lege”. Así se instituyó el Tribunal Penal Militar Internacional en la ciudad de Núremberg, Alemania, que en el lapso de un año juzgó, condenó y ejecutó en la horca a unos, mandó a la cárcel a otros y también absolvió a varios. Se hizo justicia y con esto además del castigo proporcional al crimen se produjeron los esperados efectos disuasivos para que a nadie nunca mas se le ocurriera repetir semejante horror.

EX-FISCAL CORTE PENAL INTERNACIONAL  LUIS MORENO OCAMPO

El mencionado fiscal de la CPI en detrimento del principio de transparencia universalmente aplicable al proceso judicial, nunca informó sobre las múltiples denuncias que recogían llantos, dolor, sangre y toda clase de sufrimientos del pueblo venezolano durante los regímenes de Chávez y Maduro, ignoró algo elemental como es dar cuenta de lo que al respecto hacía en el desempeño de las funciones para las que se le dio el cargo. Solo por sagacidad periodística se supo a través de la agencia de noticias EFE lo que ocultaba: que a finales de 2011 faltando poco para dejar la fiscalía desechó de un solo tirón y sin investigar nada doce denuncias de las que al respecto se le habían llevado porque “no tienen base suficiente, en Venezuela no ha habido conflicto armado ni tampoco se ha producido ataque sistemático y masivo contra la población civil”
A este ex fiscal ahora lo hemos visto entrevistado por Patricia Janiot en CNN sobre su inactividad ante los hechos que ocurren en Venezuela, aduce que no se le demostró que en nuestro país se hubiera ejecutado crímenes de guerra, ni tampoco genocidio; increpado por Janiot sobre los vídeos que muestran la represión él contestaba que allí lo que veía eran peleas callejeras, que los muertos no llegaban al nivel de considerar ninguno de los delitos de los que conoce la Corte, que había que “escuchar las dos campanas” es decir, que ante cada denuncia se escuchara también a la embajadora de Venezuela ante la CPI, es decir a Haifa el Aissami “persona de gran experiencia como fiscal y como embajadora” agregó. 
Yo no podía salir de mi asombro, cómo es posible que un abogado de ese nivel diga semejante barbaridad, de que para poder actuar como fiscal había que presentarle pruebas, ni siquiera indicios, sino pruebas, que como los abogados ya sabemos solo se denominan tales aquellas evidencias registradas formalmente por los órganos a los que la ley otorga esas facultades y en la forma allí determinadas. Moreno Ocampo pide pruebas de: 1) los hechos, 2) de que estos constituían delitos de genocidio, o de lesa humanidad, y 3) de que no eran investigados ni sancionados por la justicia nacional, o sea, actas -certificadas por notarios o registradores- de las órdenes de disparar a matar; también de los cadáveres; exhumaciones, con muestras de ADN, de los caídos en protestas o de los niños fallecidos por falta de medicamentos, quiere certificaciones del TSJ de que allí se negaron a abrir juicios.

Un fiscal es el acusador por excelencia, es el representante de la sociedad que por su conducto busca poner en movimiento al tribunal para que se haga justicia, el fiscal es el “prosecutor” como se le dice en inglés “the director of public prosecutions”, y en el artículo 53 y 54 del Estatuto de Roma se le atribuyen esas funciones de investigar y establecer la verdad de los hechos, de manera que no es como dice este ex fiscal que debieron llevar los tarros de sangre de las víctimas debidamente certificados para abrir una investigación, línea de conducta que parece seguir su sucesora en el cargo, la Sra Fatou Bensouda, quien ya lleva 5 años en él y tampoco levanta un dedo por lo que ocurre en Venezuela que para darse cuenta solo necesita ver los periódicos, la televisión; claro, ella fue la fiscal adjunta del argentino Moreno Ocampo, estuvo al tanto de la actitud displicente de éste y muy probablemente ella también ha recibido y recibe las interesadas visitas de la "embajadora" de Maduro, la señora Haifa el Aissami quien probablemente también a ella la haya convencido de que en Venezuela solo hay “peleas callejeras”

LA ACTUAL FISCAL DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL  FATOU BENSOUDA

Diego Arria, quien estuvo de Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU afirma haber denunciado ante esa fiscalía “hechos que van desde el asesinato hasta desplazamientos forzados y eliminación de la propiedad privada como parte de una política generalizada del Estado para violar derechos humanos y cometer crímenes lesa humanidad” pero tampoco tal denuncia de alguien que estuvo en tan alto cargo, lo cual supone dominio sobre los extremos legales necesarios, conmovió al ex fiscal Moreno Ocampo y tampoco nada conmueve a su sucesora la señora Bensouda
En esta materia los venezolanos hemos estado en la ilusa creencia de que la Corte de La Haya va a bajar del cielo con mano poderosa empuñando la espada de la justicia y es tiempo de despertar.
Carlos Ramírez López @carlosramirezl3 
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