Revista Cocina

Dietas proteinadas, la cara oculta (I)

Por Alimmenta @alimmenta
Cara oculta

Hace poco apareció en un telenoticias que 8 de cada 10 seguidores de una famosa dieta habían vuelto a recuperar el peso perdido. La famosa dieta a la que me refiero la hemos escuchado hasta en la sopa, que ya es difícil. Pertenece al grupo de “dietas milagro”, hiperproteicas y desequilibradas pero que prometen una pérdida de peso rápida, y esto a muchos les parece genial. Lo que ya no es tan genial son las consecuencias para el organismo que conlleva esa rapidez.

Este grupo de dietas hiperproteicas,  suelen ser hipocalóricas, muy bajas en hidratos de carbonos y con una primera fase muy restrictiva, además de desequilibradas y nocivas para el organismo.

Los tratamientos dietéticos incorrectos contra la obesidad pueden agravar el riesgo metabólico y cardiovascular de los pacientes, conducir a malnutriciones, facilitar la incursión en los trastornos de la conducta alimentaria, y favorecer la recuperación del peso perdido, además de inducir a la recuperación rápida de la grasa perdida, y los ciclos de pérdida de peso-recuperación del peso perdido (efecto yo-yo) incrementan el riesgo metabólico de la persona obesa (1).

Creo que hay que destacar otro aspecto, menos frecuente pero muy grave de las dietas excesivamente restrictivas, que es la inducción (en personas predispuestas) a los trastornos de la conducta alimentaria. Después de varios meses alternando dietas de hambre y períodos semanales de atracones inducidos por el propio médico, muchas personas “aprenden” comportamientos restrictivo/compulsivos que con el tiempo desembocan en obesidad y otras personas, quizá más predispuestas o con un trastorno ya subyacente desarrollan auténticas bulimias o trastornos por atracones (2).

Sobre la baja ingesta de hidratos de carbono, me gustaría señalar el importante el papel que aporta la insulina segregada como consecuencia de la ingesta de carbohidratos, y que las dietas escasas en este nutriente y ricas en grasa pueden desencadenar en incremento del apetito, compulsiones alimentarias, obesidad y/o diabetes. Sabemos que las dietas virtualmente exentas de carbohidratos conducen a una cetosis severa, con el correspondiente riesgo de deshidratación, acidosis metabólica y a muerte súbita por arritmia, especialmente si se tiene algún factor de riesgo cardiovascular previo (3).

Por último, hay que tener en cuenta que las dietas proteinadas no están indicadas en: insuficiencia renal, insuficiencia hepática, hiperuricemia, uso de diuréticos, alteraciones psiquiátricas, insuficiencia cardíaca, enfermedad de Addison, enfermedades neoplásicas, accidentes cerebrovasculares y no son aconsejables a menores de 18 años o a mayores de 65.

Referencias

(1) Dulloo AG, et al. Pathways from weight fluctuations to metabolic diseases: focus on maladaptive thermogenesis during catch-up fat.

(2) Vázquez Martínez, C. Et al. Una sentencia firme contra la mala práctica en el tratamiento de la obesidad

(3) Astrup A, et al. Atkins and other low carbohydrate diets: hoax, or an effective tool for weight loss?

El artículo Dietas proteinadas, la cara oculta (I) apareció publicado primero en Dietistas-nutricionistas, portal de nutrición.


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