Revista Remedios

Diferencias entre crisis nerviosa y ansiedad

Por Alfreidx

Todos nos ponemos ansiosos en momentos específicos de nuestra vida, por ejemplo, cuando se va acercando la fecha de nuestra boda, cuando nos toca hablar en público, cuando debemos esperar el resultado de una prueba que nos indicará si hemos logrado aprobar o no un curso. Todo esto es normal, el problema surge cuando la ansiedad se hace tan frecuente que empieza a tomar el control de nuestra vida, y por lo general no nos damos cuenta.

A veces sentimos que no somos capaces de regular nuestra conducta, algo se nos escapa y no podemos controlarlo. Eso se conoce como crisis nerviosa o nervios.

Aunque nos referimos a esas conductas como nervios, generalmente estos trastornos no implican daño alguno al sistema nervioso. Sólo en algunos casos pueden observarse interrupciones, ocasionando que la unidad mente y cuerpo no puedan integrarse y ocasione estos cambios conductuales circunstanciales.

¿Qué síntomas se presentan en una crisis nerviosa?

La crisis nerviosa se manifiesta en diferentes formas en cada persona, así como varían sus causas, con esto se quiere decir que, dependiendo del motivo que haya originado la crisis nerviosa, la persona podrá romper en llanto o sentir un desespero al sufrir de una taquicardia.

Los síntomas que se presentan son variados, pero se caracterizan porque son muy acentuados. Cada síntoma se nota en exceso, se pierde por completo el control emocional de uno mismo.
Con una crisis nerviosa puedes cambiar drásticamente de humor. Algunos síntomas que pueden ayudarte a reconocer una crisis nerviosa incluyen las palpitaciones o aumento del ritmo cardiaco, el miedo irracional a algo, demostrando que no lo puedes controlar, o por el contrario, caer en un estado depresivo profundo, sintiendo que todo está mal y que no existe posible salida.

Diferenciar los síntomas de la ansiedad con la crisis nerviosa

La ansiedad y el nerviosismo tienen mucho en común hasta el punto que muchas veces se pueden confundir. Para entenderlo fácilmente, el nerviosismo sería el paso previo a la aparición de la ansiedad. Así, el nerviosismo es sobre un problema específico, mientras que la ansiedad se manifiesta si ese estado de nerviosismo persiste por un largo periodo de tiempo.

Entre los síntomas de la ansiedad tenemos la inseguridad y la pérdida de confianza en todo lo que hacemos, el presentar manos temblorosas, el aumento de la transpiración y del ritmo cardíaco, el bloqueo mental y la impulsividad en nuestro comportamiento.

Algunos de los síntomas de la ansiedad pueden ser físicos, incluyendo molestias del estómago, ocasionando náuseas y vómitos, o hasta desencadenando cuadros de diarrea, además de dolores musculares y tensión en la mandíbula. También se puede presentar decaimiento en el estado de ánimo de la persona. La persona se torna irritable y susceptible, reaccionando de mala manera ante situaciones que normalmente sabe controlar.

La ansiedad se vincula más con el miedo. Un buen ejemplo es cuando toca presentarse en un evento público, primero experimentamos síntomas de ansiedad los días previos a la preparación, se siente miedo de algo inevitable pero que todavía no llega, y los síntomas de nerviosismo podemos sentirlos momentos antes de que el evento se lleve a cabo.

Ambos desequilibrios nos causan daño a la salud. Es necesario controlar la ansiedad y enfrentar las causas del nerviosismo, evitando que se haga costumbre en cada tarea que vayamos a cumplir.

Factores que te pueden alterar los nervios

Los problemas que no podemos o no sabemos como controlar, así como situaciones traumáticas que hemos vivido y acontecimientos que estamos por experimentar, pueden desencadenar episodios nerviosos.
Una causa menos común, pero muy peligrosa son predisposiciones genéticas a padecer enfermedades mentales que se acompañan de crisis nerviosas. Este puede darse en el caso de psicosis maniaco depresivas, donde el cerebro produce sustancias químicas en altos niveles que terminan alterando su funcionamiento normal.

Si cambias tu estilo de vida puedes mitigar los síntomas de nerviosismo que presentes, contribuyendo además en evitar que esto se convierta en ansiedad. En la actualidad es casi imposible escapar del estrés diario en muchas de las actividades que hacemos, pero nosotros somos dueños de nuestra vida, y controlar el nerviosismo y la ansiedad que nos pueden generar, queda a nuestro alcance.

Un primer paso, y fundamental, es empezar a conocernos a fondo y reconocer las potenciales situaciones que nos pueden generar nerviosismo. Lo ideal es prevenir una crisis antes que suceda, y para esto es importante poder reconocer los posibles desencadenantes, cosa que nos permitiría tomar las precauciones necesarias. Siempre es mejor intentar prevenir, y para esto es clave el conocerse a fondo uno mismo.


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