Revista Opinión

Difícil papeleta

Publicado el 24 octubre 2016 por Daniel Guerrero Bonet
Difícil papeletaEl Comité Federal del Partido Socialista (PSOE) ha decido que, en la próxima votación para la investidura del candidato conservador de la minoría mayoritaria, Mariano Rajoy, es “menos malo” abstenerse y permitirle gobernar que mantener un rechazo intransigente que conduciría directamente a unas terceras elecciones generales en menos de un año. Eligiera lo que eligiera, sí o no, todas las opciones eran catastróficas para el PSOE, que siempre sería culpado de obligar a repetir comicios o de sentar en la Moncloa a un presidente infame. Tenía ante sí una difícil papeleta y ha preferido hacerse el “haraquiri” ahora que dentro de unos meses, cuando estuviera aún más debilitado electoralmente.
Ya hace tiempo estimamos en estas mismas páginas la opción de la abstención como única solución responsable para evitar unas terceras elecciones que abocarían al país a una situación de peligroso deterioro político y social. Sin embargo, también asegurábamos en aquella ocasión que dicha decisión debería explicarse, con grandes dosis de pedagogía, a los simpatizantes socialistas, gran parte de los cuales son partidarios de impedir un gobierno del PP, y al resto de los ciudadanos, a los que sorprendería la postura del PSOE. Creemos que hay obligación de aclaración porque, en principio, ni unos ni otros perciben claramente la importancia de contribuir a la gobernabilidad del país de manera preferente frente a los intereses partidistas de los socialistas. Sería la primera vez en democracia que el PSOE permitiera, con su abstención, la formación de un Gobierno conservador. La Historiajuzgará este momento sin precedentes y valorará si la decisión del PSOE socava o cimenta la estructura de un partido centenario que hace prevalecer los intereses del Estado a los suyos propios.
Difícil papeletaPara dejarse llevar por la demagogia simplista y vocinglera ya existe otro grupo en el Parlamento español que no ha tardado en calificar a los socialistas de aliados del PP y de abandonar la representación política de los humildes y desfavorecidos, de los trabajadores y clases medias, para venderse a las élites y los poderosos. Una crítica preocupante si no fuera porque los mismos que la formulan impidieron un gobierno del PSOE cuando pudieron respaldarlo, hace escasos meses, y prefirieron “aliarse” con la derecha para votar no. Prefirieron ejercer la “pinza” contra una opción de gobierno progresista.
Sería fácil, si no fuera redundante, razonar los motivos de la decisión adoptada por el Comité Federal del PSOE de abstenerse en la próxima sesión de investidura de Rajoy, pero parece más pertinente abundar en las posibilidades que se le presentan a los socialistas de controlar y modificar las iniciativas que un Gobierno en minoría ha de tramitar en el Parlamento de la nación. Que esa capacidad de influir en las políticas de los conservadores, cada vez que pretendan aprobar cualquier ley en el Congreso de los Diputados, es mucho más eficaz y respetuosa con la voluntad transformadora del PSOE que unas terceras elecciones de resultados imprecisos, no hay duda. Sólo por ello es preferible la abstención al no. Y sólo así, visibilizando el comportamiento parlamentario de los socialistas a lo largo de la legislatura –dure lo que dure-, será posible demostrar que el PSOE defiende los intereses de los trabajadores, procura una sociedad con menos desigualdad y se opone a las medidas de austeridad que empobrecen a los ciudadanos. Frente a la demagogia barata, podrá demostrar la idoneidad de la responsabilidad y la seriedad de un partido que ignora las banderas del oportunismo populista.
En cualquier caso, el PSOE tenía una difícil papeleta y ha optado por la decisión menos mala en esta tesitura en la que nos encontramos desde hace casi un año y bajo amenazas de nuevos recortes y ajustes. Una vez arranque la legislatura, la cotidianeidad parlamentaria hará que todos se “retraten” y muestren sus verdaderas intenciones y a quién representan realmente. Será una legislatura apasionante.

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