Revista Opinión

Dilema masónico en Venezuela: ¿Cumplir la Ley o luchar para cambiarla?

Publicado el 17 enero 2018 por Habitalia

Por: Garibaldi (Simb.·.)

Tras los recientes acontecimientos en Venezuela con la muerte de Óscar Pérez, surge un debate monumental. Los masones juramos cumplir la Ley del país que nos ampara pero; ¿Qué sucede si la Ley de ese país es injusta? ¿Dónde están los límites en los que un masón debe o no actuar frente a una injusticia por muy legal que sea?

El asesinato de Óscar Pérez no sólo ha polarizado más las posiciones de unos y otros en la política venezolana, ya de por sí enfrentada por las denuncias mutuas de violación de derechos humanos, traición a la Patria, asesinatos y violencia en las calles.

También la condición masónica del opositor que se erigió como símbolo contra el gobierno de Maduro, ha destapado un debate ya hace tiempo que se llevaba a cabo internamente en la masonería de la República Bolivariana. No sólo se ha intensificado, sino que se ha internacionalizado.

Los masones españoles sabemos muy bien lo que es sufrir una brutal represión, bajo pena de muerte, sólo por el hecho de ser masón.

Nos fusilaban sin haber cometido ningún delito. Nos condenaban a cárcel o nos inhabillitaban profesionalmente sólo por defender los principios de L.·.I.·.F.·.

Aquí también se comenzó pidiendo censos y visitándonos lo que se llamaba la "político-social", brigada represiva encargada de la contrainteligencia franquista. Incluso eran los propios HH.·. de algunas Logias quienes, en tal de salvar el pellejo, señalaban a otros HH.·. que posteriormente serían condenados militar y socialmente. Y acabamos exiliados (los que pudieron escapar) por todo el mundo, más activamente por México y Francia.

Hermanos y Hermanas, como masón, creo que juramos muchas cosas al ser iniciados, también en los sucesivos Grados. Juramentos que dependiendo del contexto social y político en donde se hagan adquieren una mayor relevancia.

En Venezuela, existe un gran dilema ahora mismo: ¿Salimos a la calle a defender la Institución y las libertades públicas o esperamos a que las urnas nos den el cambio necesario para cambiar la ley?

Es evidente que ese cambio, con la reciente modificación constitucional y con la creación de la nueva constituyente, va a ser complicado, puesto que cuando se consigue ganar en un foro institucional, se le vacía de contenido y se crea otro nuevo afín al gobierno.

La Revolución Bolivariana, en su momento, nos ilusionó a todos. Un cambio del pueblo para el pueblo. Hace casi 20 años que eso comenzó. Derribar la oligarquía para un gobierno realmente democrático, pero a la vista está que no es así.

El que suscribe, no dice ni mucho menos que el Q.·.H.·. Óscar Pérez haya actuado correctamente. No entra en la capacidad de un H.·. juzgar a otro. Para eso ya existe la Justicia Masónica y la Profana. Sólo quiero trasladar este debate a las Logias de todos aquellos HH.·. que nos leen en todo el mundo para su debate.

Tampoco es mi intención entrar a analizar en profundidad la realidad política y social venezolana; sino simplemente defender los valores masónicos y la Orden que los amparan de los poderes fácticos que quieren acabar con el librepensamiento cercenando sus libertades.

Este puede ser un punto de inflexión en el que los masones y masonas de un país deben ser fuertes, adquirir una postura como Institución, no política, no de bandos, sino puramente masónica para ayudar a construir puentes, a tender la mano a sus conciudadanos, ayudar al necesitado, solidarizarse con las víctimas y ser un ejemplo de dignidad humana y masónica.

Mis ánimos y respeto a todos y todas aquellas QQ.·. HH.·. que han sufrido, sufren y sufrirán represión sólo por el hecho de ser masones. Esto sucede porque cuando la masonería y los masones dan la espalda a la sociedad; callan las injusticias, la institución no "se moja" para que imperen los principios de Libertad Igualdad y Fraternidad; al final acaban siempre y en todos los casos de dos formas. O la institución la copan dirigentes canallas, o acaban matándonos y encarcelándonos. La historia así lo dice, y si no, tiempo al tiempo.


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