Revista Ciencia

Disciplinando a un niño desafiante en edad preescolar

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Alejandra Alonso | On 06, jun 2012

Disciplinar a un niño puede ser un trabajo muy frustrante y agotador para los padres. El Dr. Kalmar Heller  nos da técnicas para mejorar la conducta y el temperamento de un niño difícil, además de las claves para hacer efectivos algunos métodos disciplinarios clásicos como el tiempo fuera.

Pregunta: Mi hijo tiene 4 años y él manda en la casa. Su primera respuesta a todo es “¡No!” Hacer que se vista, que coma el desayuno, que vaya al jardín de infantes o a la guardería es una lucha. Hace rabietas siempre que no consigue lo que quiere- y a veces incluso cuando sí lo consigue. Está muy celoso de su hermana de 2 años y siempre va tras ella. Me desgasta. Yo se que me descontrolo y le grito, por supuesto, en vano. Mi esposo y yo tratamos de disciplinarlo pero no se queda en el tiempo fuera- siempre se sale de su cuarto. Y tratar de que se quede en su cama a la noche es otro desafío constante junto con intentar tener una cena pacífica. Sin embargo, puede ser un niño cálido, afectuoso y a veces es placentero jugar con él o leerle ¡En la escuela me dicen que es estupendo!  Eso me hace sentir que estoy haciendo algo mal. Yo se que no estamos siendo muy consistentes con nuestra disciplina. Mi esposo y yo a veces acabamos gritándonos entre nosotros por esto. ¿Alguna sugerencia?

Respuesta: Cada vez que los padres luchan con un niño difícil de manejar, el primer paso es consultar a un médico, incluyendo al alergista, para asegurarnos que no hay nada médico afectando el comportamiento del niño. Como profesional de la salud mental, tomo cuidadosamente la historia temprana para determinar si esto es primariamente una cuestión de temperamento, es decir, si hay clara evidencia de desafíos desde el comienzo. Otra avenida relacionada que se debe explorar es el más reciente identificado concepto de problemas de integración sensorial, muy a menudo sugerido por una historia de no ser calmado mediante el contacto, reacciones de miedo o estirar la ropa frecuentemente (posiblemente por causa de ciertos materiales que son irritantes).

Es importante darse
cuenta que la crianza de los hijos no es un proceso de una sola vía. 

Cualquiera sea la causa es importante empezar por reconocer que no puedes controlar el comportamiento de tu hijo. Es una falsa expectativa que contribuye a la noción de los padres de que son un fracaso o resulta a veces en esfuerzos muy dañinos de volverse más autoritario y enojado. Lo único que puedes controlar son tu comportamiento y las consecuencias del comportamiento de tu hijo, que debes aprender a manejar activa y consistentemente para que el niño aprenda a hacer mejores elecciones. Para muchos niños esto es un proceso sencillo porque están naturalmente ansiosos de complacer y/o tienen un temperamento muy equilibrado. Pero algunos chicos son impulsivos, malhumorados, deficientes en la habilidad para calmarse y muy necesitados de atención. Puede que estos chicos con temperamentos difíciles siempre luchen con su tendencia a persistir en una tasa más alta de realización de decisiones inaceptables. Ellos presentan un desafío especial para todos los padres.

Es importante darse cuenta que la crianza de los hijos no es un proceso de una sola vía. Los niños influyen en los padres al menos tanto como los padres en los niños. Así que si tienes un niño que es difícil desde una edad temprana, empiezas a tener dudas sobre ti mismo como padre y comienzas a sentir resentimiento hacia ese niño. Éste último es comúnmente admitido con significativos sentimiento de culpa. Éstas dudas y emociones negativas hacen más difícil criar a los hijos efectivamente. Es muy común que  los padres de un niño desafiante piensen que son malos padres, especialmente las madres a quienes nuestra sociedad carga con un sentido de  responsabilidad por la conducta de sus hijos. No obstante, estos mismos padres suelen tener uno o más niños adicionales a quienes les va muy bien, ¡pero no toman ningún crédito por eso!

Es típicamente un alivio el solo ayudar a los padres a entender que ellos no son la causa de las dificultades del niño y que no pueden hacer nada para cambiar su estructura esencial. Lo que es más probable que esté pasando para cuando llegan a mi oficina es que estén desgastados por el proceso y es posible que se encuentren haciendo cosas que aumenten los comportamientos desafiantes.

Pasemos a ver algunas directrices sobre qué hacer. Las mañanas son un reto. Ayuda recordar que el problema central en estos niños es seguramente, una necesidad exagerada de atención y una combinación de problemas para autocalmarse y poder mantener la concentración en actividades cuando está solo. Estos niños suelen andar mejor en el marco escolar porque suele ser altamente estructurado y los chicos son influenciados a seguir las reglas por el resto de los niños. Cuando sí tienen problemas en preescolar es, usualmente cuando el programa es menos estructurado, el ambiente es muy ruidoso o sus necesidades de atención resultan en conflictos con otros niños.

Recuerda que una de las
técnicas disciplinarias más efectivas que tienes como padre es la atención que le das a tu hijo.

La necesidad extra de estructura es muy importante para estos niños. Son menos capaces de crearla ellos mismos. Así que toma esto prestado del preescolar, que usualmente tiene una agenda en un afiche grande con imágenes y el niño lo revisa rutinariamente. Consecuentemente, los padres deberían crear, con la asistencia del niño, un afiche grande que esboce la rutina de las mañanas. Incluya tiempos, una breve exposición de la tarea a ser completada y una imagen o dibujo de la tarea. Ubique un gran reloj analógico al lado del afiche. Luego, durante la mañana, refiérase constantemente al afiche: “son las 7:20 y el poster dice que ya deberías tener tus dientes cepillados. Oh-oh mejor te apuras o no terminarás de vestirte para las 7:35.” Es como si el poster estuviera a cargo en vez del padre (¡y no puedes discutir con un poster!).
Si es posible, construye al final del horario un breve tiempo para jugar que, por supuesto, sólo puede llevarse a cabo si se está listo a tiempo. De esa forma, haces que el niño trabaje por lo que más quiere: tu atención. El mismo proceso puede ser utilizado en la noche, con la misma recompensa al final si el niño está listo a tiempo.

Ahora bien, ¿qué deberías hacer si el niño tiene una rabieta?  Aléjate, incluso si el niño responde intensificando la rabieta o manteniéndola por un período más largo de tiempo. Espera a que siga su curso antes de intentar cualquier disciplina. Si el niño se sale de control, ten en mente que es una experiencia que da miedo y deberías verbalizar ese probable sentimiento cuando la rabieta se acabe. También deberías decidir en esas instancias ofrecer algunos comentarios tranquilizadores en adición a las posibles consecuencias negativas.

Recuerda que una de las técnicas disciplinarias más efectivas que tienes como padre es la atención que le das a tu hijo. El niño desafiante ha aprendido a obtener más atención mediante comportamientos negativos. Debes invertir esto retirando tu atención en esos momentos, con menos preocupación sobre lecciones y amonestaciones inútiles, y haciendo tu punto al reforzar las conductas positivas a través de otorgar más atención a esos momentos. Muchas veces ayuda usar la estructura aquí también, mediante la confección de una lista de comportamientos positivos en un gráfico donde se puede ganar tiempo extra para jugar con uno de los padres.

Disciplinando a un niño desafiante en edad preescolar

Disciplinando a un niño desafiante en edad preescolar (parte 2)

El tiempo fuera es aún una de las técnicas disciplinares más efectivas, pero una clave para hacerla funcionar es, otra vez, reconocer que no puedes controlar la conducta de tu hijo, solo las consecuencias de la misma. Si un niño se rehúsa a ir a su cuarto o a quedarse allí por el tiempo requerido (sólo unos pocos minutos para niños en edad preescolar), te arrodillas, lo miras a los ojos y le dices: “tienes razón, no puedo hacer que te quedes en tu cuarto, pero si no lo haces, la próxima vez que me pidas hacer algo contigo o para tí, yo solo diré que no y te recordaré que me debes un tiempo fuera.” Luego aléjese. Su hijo pronto necesitará algo de usted y usted le recordará que no lo hará hasta que complete el tiempo fuera. Usted será probado en esto unas cuantas veces y una vez que el se de cuenta que usted es como un elefante que nunca olvida (tener una máscara de elefante o imágenes a mano le agrega ligereza a este proceso) el niño se hará más obediente al momento de aceptar su castigo.

Las cuestiones clave en la crianza de un niño desafiante son no perder la confianza en uno mismo como padre, ser persistente, crear una estructura, manejar su atención y encontrar los aspectos positivos del niño para enfocarse en ellos tanto como sea posible.

Aclaración del editor: Este artículo fue publicado previamente en drheller.com y cedido a Psyciencia por el autor (Dr. Kalman Heller) .

Imagen: quickanddirtytips

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Desafiantes Disciplina Dr. Heller Niños terapias

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