Revista Música

“Discos conceptuales: soledad e indiferencia universal”

Por L

Blur – The great escape

No solo la alegría es un motivo para celebrar, también se puede hacer en base a las cosas no tan buenas que suceden y ponerse una mascarita cínica y disimular con esbozos de una sonrisa inventada un sentimiento ausente o la búsqueda de este en su opuesto, ya sea por que somos animales gregarios o porque muchas veces las aglomeraciones con sus voces de gigante, no logran narrar las cosas que el individuo metido detrás de ellas quiere expresar, o varias de estas, está incluido en, mas no se siente parte de ,es que termina implotando para si mismo, hundiéndose en sus propias cárceles de contemplativa soledad.
“Discos conceptuales: soledad e indiferencia universal”
La incomunicación como principio básico, donde entre mas conocimiento y búsqueda de este inunda la mente del individuo, menos empatia siente con las simplezas que hacen feliz al resto. Muy bien lo retrataría el escritor Hermann Hesse, asi como también Blur en este disco, que contrario a lo que diga Damon Albarn, si es un gran album. Manejando los hilos pop, con temáticas inundadas de mares de soledad, pero al mismo tiempo no cayendo en el clásico cliché, de sonidos sentimentales excesivos. Si no que en el fondo celebra la condición ante todo. Sigue preservando ese ideal al que es fiel, una forma y fondo que van para el mismo lado, terminado en un concepto circular y universal.
Quizás nació en la época donde la guerra mediática de falsa importancia entre Blur y Oasis llegaba a su mas alta exposición, y lo llevo de lleno a competir con el buen What’s the story? (morning glory), ganando este ultimo en popularidad, mas si se hace un análisis concienzudo del asunto, ambos dos trabajos eran merecedores contundentes de tales expectativas, ambos muy sólidos. Mas como decía en un principio The great escape, es mas profundo con relación a sus inclinaciones, no se deja jalar por el éxito de primeras que significa el continuismo, cogiendo todos los recursos de sus antecesores. Y añadiéndole, ahora mas ganchos para amplificar su obra. Se podría decir fácilmente que desde MLIR , pasando por Parklife, el siguiente paso evolutivo y final vendría siendo este cuarto disco, un proceso natural. Solo el tiempo les daría la razón.
Como una manada de lobos, se pasean por el Londres lluvioso, mirando a los transeúntes, tratando de reírse de lo que ellos se ríen, siendo felices con lo que ellos son felices, mas el aislamiento como principio los obliga a aullar, pero con sarcasmo, con ironía y con sinceridad al final. Armando bosquejos sociales por montones, entrando en el juego pero desde un lugar distanciado, colaborando con una pieza que musicalmente suena lúdica en muchos tramos, y sin embargo, cobija entre sus líneas líricas tremendamente tristes, que es inevitable el soltar un aplauso involuntario ante la mera genialidad.
Un espectro de colores sicóticos y juguetones, llega con Stereotypes, quien como luces parpadeantes embeleza al principio. Es interesante como cuando se va acabando, la voz de Albarn logra darle ese tinte a desintegración gradual. Le sigue Country house, quien mezcla unos ganchos ineludibles a elementos de viento, que pareciesen armar una comedia grafica, donde el personaje principal de la historia, va tratando de disimular su ansiedad, con el exilio a lo rural, mas en el fondo eso es solo una pretensión poco efectiva, siguiendo igual de atado a la enfermedad, proveniente del siglo XX, y su modelo de libre mercado. El trecho donde el fragmento de voces que se encontró apostado atrás, por casi toda la canción, pasa a tomar protagonismo es intrínsecamente desolador con esos… “Blow, blow me out. I’m so sad i don’t know why”. Best days, en cambio, no disimula para nada, esa esencia a vacío y nostalgia desmedida. Con una composición arraigada en un tiempo moderado, que lo torna inteligentemente triste y melancólica. Le secunda la historia del hombre insípido y sin encantos, llega de la mano de Charmless man, un track que funciona paródicamente, iniciándose con una tensión marcada y disipándola en un instante con la guitarra precisa y los teclados variopintos, sigue con una alternancia de voces muy adictiva, pero el denominador común que se apodera de toda la canción es esa caracterización de farsa, que pareciera plantarse como un estandarte en el album…Se escuchan unos tintineos electrónicos, dando el preludio a Fade away, una canción que parece jazz , con otros cuantos trucos ocultos en el sombrero de mago. Han de ser la predominancia de vientos que le infiere esa críptica atmósfera, por instantes me recuerda a la sección propia de “the national anthem” más en este caso, esta mas moderada y no tan resuelta como ese caso…Flemática y elocuente.
Como decía en un principio la prevalecencia de la soledad se ve profundizada con la llegada de temas como The universal y He thought of cars, ambos dos son lugares donde el grupo completo se embiste de blanco y actuando ser Alex Delarge, divagan con absoluta complacencia por espacios alborozados de dolor global. Los arreglos orquestales ven potenciado el concepto, que conmueve de alguna manera sacando a relucir esa incomodidad de Lobo estepario, que el oyente guarda dentro de él. Guitarras mas convencionales, y con algo de punk en sus venas tienden a explayarse con It could be you, mas en ese caso se ve redimido, por el espíritu burlesco omnipresente siempre en la interpretación del grupo. Su titulo tiene el nada ingenioso precepto de ser el eslogan de una lotería, nada demasiado subterráneo…un espíritu similar pero mas inclinado al espectáculo deriva en Top man, con unas percusiones y acústica que plaga el tema de un tipo de tranquilidad impuesta. Mr. Robinson’s Quango, con un canto que elige lamentarse, mientras la guitarra le va escoltando como tapias duras, para que vaya pronunciando, con cierta fingida angustia, ahondando lo mas posible en ese matiz de las cuerdas vocales de Albarn que en cualquier momento parecieran disolverse.
La celeridad y lo circense se ven exponenciado en el trecho final del album, temas como Globe Alone exploran abiertamente la beta callejera y riffera, Ernold Same, suena veterana, con sus conjunciones coloridas y solemnes. Dan abnormal (anagrama del nombre del vocalista) no representa un aporte sustancial, de hecho me recuerda un poco al espíritu reinante en “Leisure”, mas no todo gira caóticamente Entertain me dona, esos lazos adictivos que le gusta ceder a Blur al final de sus discos, una melodía que van consumiendo y retribuyendo, abstrayendo y sublimando, energizando y potenciando, para luego pasar a segunda línea cuando termina…y obviamente abriendo el gran final para Yuko & Hiro, un termino de trayecto…Ligero y neutro, muy lisérgico en si mismo…
¿Como no tenerlo? ¿Cómo no disfrutarlo? ¿Como no compartirlo?...Tal vez el pico creativo de la primera mitad de Blur..Seguirían ahondando en al exploración de la tristeza, de la soledad, pero por otros caminos..de aquí en adelante todo se vuelca en la persona, se puede ver una banda madura, que siempre lo fue por cierto, no obstante entregan un trabajo sublime y muy pensado. ¿Quién dijo que el pop, no tenia un trasfondo, mucho mas insondable que la vana superficialidad moderna?...Con ustedes el gran escape, al abstractismo.
• Tracklist
• Stereotypes
• Country House
• Best days
• Charmless man
• Fade away
• Top man
• The universal
• Mr. Robinson’s Quango
• He thought of cars
• It could be you
• Ernold Same
• Globe Alone
• Dan Abnormal
• Entertain me
• Yuko & Hiro

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