Discos duros

Hasta hace poco tenía algunos discos de vinilo. Pero un buen día decidí que tenía que transformarlos en unos discos duros más pequeños, puesto que ya no necesitaba el clásico tocadiscos, esos que utilizabamos en los guateques que se organizaban en alguna casa de algún amigo.
Y los padres vigilaban convenientemente para que no diéramos rienda suelta a nuestra juventud. Todo controlado.
El otro día un amigo que sabía que yo tenía vinilos de antaño me dijo que había un mercado interesante en donde coleccionistas pagaban muy bien determinados discos.
Entonces me vino a mi mente otros discos duros. Si, eran los discos duros destruidos a martillazos, y no sé porqué pensé que yo había deshecho mis vinilos poniéndolos en formato de disco duro y me recorrió por el cuerpo un escalofrío en diferido.
Dichosos discos duros.