Revista Comunicación

Disculpen la espera

Publicado el 19 octubre 2015 por Anade @Anade

OliviaSobreMando

Ha pasado más de medio año desde la última vez que pasé por aquí. Y lo primero, quiero pedir disculpas, a todos aquellos que habéis seguido esperando o buscando, recomendaciones, bandas sonoras y localizaciones por aquí. Ha sido una época muy ocupada, en la que era complicado pasarme por aquí, tras dejar mis impresiones aquí y  aquí, lugares en los que por cierto podéis seguir encontrándome. Ahora además de conseguir organizarme, vuelvo a tener ganas de continuar dejando por aquí mis opiniones, con la firme intención (que no es nueva) de estar por aquí con cierta constancia.

En todo este tiempo he despedido Mad Men con cierta indiferencia, me he indignado con la cancelación de Forever y he apuntado en la lista de las buenas Outlander. Además he disfrutado de mi época histórica, con Sons of Liberty y la segunda temporada de Turn y he celebrado que los británicos hagan adaptaciones tan buenas como Jonathan Strange y el Sr. Norell. En la Agente Carter he encontrado una gran heroína y he disfrutado con las nuevas apuestas de Netflix, Grace & Frankie, Bloodline y Narcos. He despedido a Raylan y Boyd de Justified, y pospongo, como si fuese evitable, el adiós a Parks&RecreationParenthoodGotham, Sense8, Manhattan, The Affair, iZombieTogetherness pasaron el corte entre las nuevas y espero con ganas que vuelvan (otra vez) VikingsRipper Street, PowerSilicon Valley. Mr. Robot y (especialmente) UnReal, animaron un verano ideal para saldar cuentas pendientes, aunque no tantas como me gustaría.

Ahora apenas acaba de comenzar una nueva temporada que, como cada año, nos traerá un montón de producciones prescindibles, algunas imprescindibles y otras series que, simplemente darán de qué hablar. Para terminar asumiendo que el mundo de las series es, por ejemplo, como el de la ropa. Hay cosas que estrenas y te pones con mucha emoción, una temporada después con suerte el sentimiento segirá siendo el mismo y excepcionalmente perdurará durante años. Pero lo normal es que la emoción se diluya con el paso del tiempo… Y lo que antes te ponías para un día especial termine convirtiéndose en la camiseta para dormir. O aún peor, en el cacho de tela con el que hacer trapos. Pero, ¿y lo bien que lo pasamos hasta ese momento?

Gracias por seguir ahí.


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