Revista Cocina

Disfruta de la ciudad de Nueva York con los cinco sentidos

Por Ana Pérez Villa @mundicolasblog

Nuestro viaje a Nueva York ha sido una experiencia que hemos disfrutado con los cinco sentidos. Todo el mundo dice que es una ciudad de contrastes, y no se equivocan. Todas las culturas, todos los idiomas, todas las costumbres y todas las clases sociales conviven en NYC. ¿Por qué decimos que es una ciudad para disfrutarla con los cinco sentidos? ¡Comenzamos!

[OÍDO] Manhattan es un hervidero día y noche. Sirenas de policía y ambulancias, edificios en obras, los claxon y motores de coches y camiones, el bullicio propio de la gran ciudad. Las risas y conversaciones de la gente. Los señores que bocean los servicios del autobús turístico. Los vendedores de ilusiones en Times Square , rodeados de curiosos. Idiomas distintos, acentos latinos, sigilo en los museos, el chasquido de la cámara de fotos, una alarma, canciones gospel en Harlem, un solista homenajeando a John Lennon en Central Park, helicópteros, escaleras mecánicas, el metro atronador.

[VISTA]
Nuestros imprescindibles
Empire State: Visita obligada si no tenéis miedo a la alturas. Las vistas desde los dos observatorios, situados en los pisos 86 y 102, son impresionantes. Podéis comprar los tickets a través de la página web.

MOMA: Museo de Arte Moderno de Nueva York. Alberga obras de Picasso, Miró y Van Gogh, entre otras. El museo es gratuito los viernes de 16.00 a 20.00 horas. Otros museos interesantes son el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Ciencias Naturales.

Misa Gospel: El barrio de Harlem nos gustó mucho. Nos pareció un lugar tranquilo, cercano y entrañable. En domingo, os recomendamos la visita a una misa Gospel, en alguna de las iglesias baptistas. Es muy emocionante. La entrada es gratuita, pero se recomienda un donativo.

Central Park: El pulmón de Nueva York y el protagonista de cientos de películas. Rincones exquisitos y las mejores vistas con los rascacielos apoderándose del cielo, detrás de los árboles. Podéis aprovechar el buen tiempo para descansar, practicar deporte o hacer un pic-nic. Recorrer el parque en bici es una delicia.

Wall Street: El corazón financiero de Nueva York. Lo más impresionante es el camino angosto entre edificios gigantes hasta llegar al edificio de la Bolsa. Es un entorno interesante, cercano al One World Trade Center.

Staten Island: Podéis visitar la Estatua de la Libertad. Sin embargo, nosotros decidimos verla desde el Staten Islan Ferry, un medio de transporte gratuito. Se puede ir y volver en el mismo Ferry, pero tendréis que desembarcar y volver a subir. El viaje dura una media hora y las vistas son muy interesantes, una panorámica genial de Manhattan con la Estatua como protagonista.

Times Square: Nunca habíamos visto una plaza con gradas instaladas para contemplar las luces de neón. Es magnética, con miles de estímulos y un sinfín de personajes que sobreviven a la frivolidad. Seguro que habéis visto imágenes de fin de año de esta plaza y las vallas publicitarias de Broadway.

Excursión: Nos apetecía salir de Manhattan y obtener una idea general de los barrios. Hicimos una excursión por The Bronx, Queens y Brooklyn. Estuvo muy bien, porque en una mañana recorrimos buena parte de estas zonas tan emblemáticas. Hay varias empresas que organizan este tipo de tours, con un coste aproximado de 60 $.

Puente de Brooklyn: Un paseo magnífico con unas vistas espectaculares del skyline de Manhattan. Se divisa hasta la Estatua de la Libertad.

Librería Strand: Para las personas amantes de los libros... esta librería es solo un ejemplo. En Nueva York hay infinidad de locales maravillosos con ediciones bien chulas y detalles muy originales. Bien se merecen una visita. Tampoco os podéis perder la Biblioteca Pública ( New York Publica Library), una auténtica joya.

Otros puntos de interés
Grand Central Terminal: Se trata de la estación de trenes más grande del mundo en número de andenes: 44, con 67 vías. Como curiosidad, en la planta baja de la estación hay una zona abovedada denominada Whispering Gallery o Galería del susurro. Si os situáis en una de las esquinas, de cara a la pared y susurráis algo, la otra persona que se encuentra en el lado opuesto escuchará el mensaje perfectamente.

Catedral de San Patrick: Entre el puzzle de edificios y rascacielos encontraréis de repente una iglesia. San Patrick es solo una muestra. Pero... ¡Hay más!

Greenwich Village: Edificios con encanto. Establecimientos coquetos y arquitectura cuidada. Perderse por sus calles es un placer. Es un barrio tranquilo en pleno centro. ¿Un milagro? Sí, ¡bendito milagro!

[OLFATO] Vapores del metro que ascienden a la calle. Queroseno, humo de coches y de repente se abre la puerta de una pastelería: ¡ummmm! Aromas a especias y carne frita que provienen de un food truck, uno de cientos, que día tras día dan respuesta a colas interminables de viandantes impacientes, a punto de comenzar su jornada laboral. Un recuerdo entrañable: olor a Little Italy.

[GUSTO]
Para comer: Pío Pío (comida latina muy rica), Fools God (cervezas riquísimas y unos nachos que quitan el sentido), Luncheonette (hamburguesas recomendables), Le Pain Quotidien (producto muy cuidado y comida saludable). En casi todos los restaurantes os servirán un vaso de agua gratis, a no ser que pidáis botella.

Para tomar una cerveza: Fools God, Heartland Brewery.

Supermercado: Whole Foods Market. Son geniales. Compramos fruta muy sabrosa. Hay gran variedad de productos, incluso comida para llevar.

Como curiosidad: Murray's Cheese. Una tienda en Greenwich Village muy interesante, con quesos divinos.

Hay infinidad de lugares interesantes. Podéis consultar guías o el Tripadvisor. La cultura cervecera está muy extendida. Encontraréis cervezas riquísimas de multitud de estilos. No hay nada más que entrar en un supermercado.

[TACTO] Los parques son el oasis de los neoyorquinos. Tocar el césped entre kilómetros de acero y hormigón es un regalo.


Nos alojamos en el hotel La Quinta Inn & Suites Manhattan, muy cerquita del Empire State, y a pocos metros de una de las plazas con más luces de neón del mundo: Times Square. Está muy bien alojarse en el centro de Manhattan, porque puedes ir caminando a muchos sitios interesantes y así te ahorras el transporte, pero tiene un inconveniente: el jaleo exponencial del centro. No apto para amantes de la tranquilidad y el silencio.

Este hotel no es muy recomendable. Aunque el trato con el personal de servicio fue correcto (excepto con una recepcionista), el desayuno mediocre, el aire acondicionado y el colchón 'blandiblú' se convirtieron en nuestro martirio. Lo más destacable es la azotea - bar desde donde se divisa el Empire State y la buena conexión a Internet (incluida en el precio).

Echad un vistazo a Tripadvisor para rastrear hoteles, restaurantes y empresas de transporte de viajeros, sobre todo para los desplazamientos al hotel y al aeropuerto, que aunque es un servicio muy práctico, no todas las empresas funcionan bien.

Si vais a un restaurante, no olvidéis que al precio que aparece en la carta le sumarán unas tasas y una propina. Suelen poner diferentes porcentajes en relación a la propina, para que el cliente decida: 15%, 18% o 21%, dependiendo de su satisfacción con el servicio. La letra A, bien grande, en el cristal de un restaurante significa que cumple con la normativa de seguridad alimentaria.

En Nueva York se camina y mucho. Es fácil orientarse, pero las calles son larguísimas. Así que ya sabéis, calzado cómodo y cuidado con el tráfico. Atención con los semáforos. La gente suele ser muy amable. Enseguida ofrecen ayuda. No obstante, les molesta que entorpezcas su paso, principalmente por el centro, ya que caminan muy rápido.

Hemos escuchado infinidad de veces que la gente compra muchas cosas en Nueva York. No es nuestro caso. A lo mejor hace años merecía la pena. En estos momentos no es así. En Internet hoy en día se encuentran productos y bastantes marcas a buenos precios. Y es que la compra online se ha extendido mucho en los últimos años. En determinadas zonas de Nueva York, como SoHo, hay tiendas exclusivas, sin embargo, el centro comercial más representativo, a precios más asequibles es Macy's. Todo es cuestión de prioridades. Hay gente que contrata excursiones para ir de compras a las afueras.

Para viajar en metro o subway la tarjeta que más se utiliza es la metrocard, que se puede recargar según el número de viajes. Quizás tengáis que pasar la tarjeta por la cinta magnética de los tornos en varias ocasiones. No os asustéis ¡Va fatal! El metro es viejo y descuidado y en las estaciones suele hacer un calor terrible. Normalmente, en los vagones hay aire acondicionado. Un alivio. Moverse por la ciudad en metro no es muy complicado, y es lo más económico, pero ¡cuidado!, solo los trenes locales paran en todas las estaciones. ¡Ojo al plano!

Hay una imagen que no se nos olvidará jamás. Nuestra primera foto. Nos dirigíamos al hotel desde el aeropuerto y de repente... el skyline de Manhattan se colocó frente a nosotros dándonos la bienvenida. Espectacular.

Nueva York es infinita, sorprendente, una ciudad que nos resulta familiar porque la hemos visto en millones de películas, desde el sofá de nuestras casas. Nos parecía un sueño, una ciudad de ciencia ficción, el plató de mil guiones. Pero Nueva York es de carne y hueso, con historias reales. Nueva York es una experiencia para disfrutar con los cinco sentidos.

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