Revista Psicología

Distimia: cuando la tristeza se vuelve crónica

Por Mundotlp @MundoTLP

El trastorno distímico tiene diferencias con la depresión, aunque comparten síntomas y tratamientos. Aprende sobre esta enfermedad mental.

Distimia: cuando la tristeza se vuelve crónica
Baja autoestima, melancolía, tristeza y pesadumbre… Todos nos hemos sentido así en momentos puntuales de nuestras vidas, pero hay algunas personas que sencillamente no pueden “salir de un hoyo” desde hace muchos años.La distimia es un trastorno depresivo que no encaja en el diagnóstico de una depresión propiamente dicha: sus síntomas son menos severos, pero también suelen ser mucho más persistentes y prolongarse en el tiempo hasta volverse crónicos.Esto, el tiempo, es lo verdaderamente diferencial a la hora de reconocer un trastorno distímico. Los psiquiatras entienden que, para diagnosticarla, el estado emocional depresivo ha tenido que prolongarse más de dos años en los adultos y un año en menores de edad.Menos aguda pero igual de penosaAunque los síntomas sean menos agudos que en el de un trastorno depresivo mayor (no son frecuentes, por ejemplo, los pensamientos suicidas ni las autolesiones), vivir con la distimia no es para nada fácil. De hecho, debido a lo “discreto” de sus síntomas, las personas con distimia suelen tener más problemas que aquellas con depresión para que su entorno reconozca su enfermedad y sepan cómo ayudarle.Quienes viven con la distimia suelen experimentar también con bastante frecuencia episodios puntuales de depresión severa, dando lugar a una especie de “doble depresión” con altos y bajos dentro de un estado melancólico y apático generalizado.Con bastante frecuencia, el trastorno distímico también va acompañado de otros problemas mentales relacionados, como el trastorno de ansiedad generalizada y trastornos de la personalidad.¿Qué la causa y quién la padece?Como en tantas enfermedades mentales, no hay una sola causa que explique la aparición del trastorno distímico. Los médicos saben que existen varios factores de riesgo bioquímicos (cambios en los neurotransmisores del cerebro), genéticos, psicológicos y ambientales que contribuyen al desarrollo de esta condición, pero acotarlos y cifrarlos hasta el punto de poder determinar qué factor es “el culpable” es a día de hoy una tarea imposible para los psiquiatras.En general, la distimia afecta más a personas que ya tienen antecedentes familiares y que están o han estado sometidas por algún motivo a situaciones de gran estrés emocional. Al contrario que en el trastorno depresivo mayor, donde no hay grandes diferencias entre géneros, la distimia afecta cinco veces más a las mujeres que a los hombres.¿Cómo se trata?Al igual que en el trastorno depresivo mayor, la distimia suele tratarse con medicamentos antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), recomendados por sus pocos efectos secundarios.A veces también suelen prescribirse en combinación con otro medicamento, ya sea un estabilizador del estado de ánimo como el litio o un ansiolítico, para controlar los ataques de ansiedad puntuales.Pero la medicación por sí misma solo ayuda hasta cierto punto. Como en otras enfermedades mentales, el tratamiento de la distimia es más efectivo cuando se combina con formas de psicoterapia. En esta página ya te hemos hablado de los beneficios que experimentan las personas que han seguido una terapia basada metodología cognitivo-conductual.Aceptación y luchaAunque no hay dos personas que respondan igual a los tratamientos, lo cierto es que es muy normal que la distimia se prolongue durante muchos años, e incluso entre aquellas que experimentan mejoría, no eliminan sus síntomas para siempre.No siempre podemos cambiar lo que nos pasa, pero lo que hacemos con ello sí está en nuestra mano. Si tienes distimia, aprende a luchar contra los síntomas y no caigas en la desesperación y el desánimo.Los fármacos, la psicoterapia y una actitud realista y valiente consiguen que los síntomas mejoren, y que muchas personas que conviven con la distimia consigan llevar una vida plena y normalizada. No hay atajos para la felicidad y una vida llena de sentido, pero tampoco llegarás a ella si no te mueves para alcanzarla.http://elmundotlp.blogspot.com/es

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